CAPÍTULO XXVII

Verde Pecado.

Jueces 20:16, Éxodo 20:20 Son pequeños ejemplos que nos dá la biblia para entender que es pecar. 

Cuatro de cada diez personas afirman no ser religiosas, pero utilizan la palabra pecado con el mismo significado. ¿Y que es pecar?

Creo desde mi juicio se utiliza como sinónimo de errar. La única diferencia notable es que la palabra pecar conserva más fuerza a travéz del tiempo, y es que pese a no ser religiosos, ni creer en ello, todos nosotros tenemos una leve noción de lo que significa dicha palabra. O lo que acarrea detrás de si. 

La primera vez que alguien pecó fue en un libro. Al menos la primera vez que se entendió lo que verdaderamente significaba.  Contaba la historia de el animal más astuto que Dios había creado. La serpiente.

Genesis 3

 Un día La serpiente preguntó a la mujer:

__ ¿Realmente Dios le dijo a usted que no debe comer la fruta de los arboles en el jardín?

__ Por supuesto podemos comer la fruta de los árboles salvajes en el jardín. - La mujer contestó.- Es solamente aquella fruta del árbol en el medio del jardín, la que no se nos permite. 

Y así repitió recordando las palabras de Dios.

"Usted no debe comer o tocar el fruto de aquél arbol; sino morirá."

__ ¡Usted no morirá! -La pérfida serpiente contestó a la mujer y prosiguió manipulando sus sentimientos de curiosidad.- Dios sabe, que sus ojos serán abiertos tan pronto usted coma su fruto, comprenderán todo mejor; serán como el mismisimo Dios, porque podrán diferenciar entre el bien y el mal.

Convenció a la mujer.  Ella vió que el árbol era hermoso y su fruta parecía deliciosa, y deseó la sabiduría que quello podía proveerle. 

Tomó de la fruta y la comió. Dió a su marido, que estaba con ella, y él comió, también. 

En ese momento sus ojos fueron abiertos, y sentían repentinamente vergüenza de su desnudez. Fue así que cosieron las hojas de una higuera para cubriese.

Genesis 3:13

Dios le preguntó a la mujer:

__ ¿Conque esas tenemos?

Y la mujer respondió:

__ La serpiente me engañó y yo comí del fruto.

 Entonces Dios le dijo a la serpiente:

__ Por haber hecho esto, entre todos los animales, sólo tú serás castigada. Tendrás que arrastrarte sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Haré que tú y la mujer sean enemigas, y que tus hijos sean enemigos de los de ella. 

Su descendencia buscará aplastarte la cabeza, mientras la tuya tratará de picar sus talones.

El problema del pecado no erradica en el miedo que le han impuesto como palabra santa. El problema siempre estuvo en la enorme y deliciosa tentación por pecar. Porque cada uno de nosotros tenemos una pequeña serpiente en nuestro interior que cree que nunca es suficiente, que necesita siempre más. Y si la dejamos crecer... incluso nos deja de importar el costo. 
 

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1 De Marzo del 2000. Narra Mike Campbell 

La fiesta estaba en su auge, la música hacía que no se pudiera escuchar nada más. Podría dispararle a alguien sin silenciador, que ni la persona a mi lado escucharía la ida sin vuelta del casquillo. 
No tenía muy claro el porque acepté desde un principio venir a este lugar. 
Pero una vista a su curvilíneo cuerpo danzante y entendí sin necesidad de palabras. 
Era una chica hermosa y morena con la que había contactado por Facebook. El pelo le llegaba al cuello en un perfecto y recto corte y un color castaño que realzaba sus profundos ojos verdes.
Al parecer aquella página también servía para ligar, más allá de subir fotos de tu perro y alguna que otra imagen católica que solo buscaba la fama en likes, haciéndote creer que eras mala persona por no compartir la sabiduria del señor que se manifestaba via internet.
Teníamos intereses en común y unos genes perfectos, pero no se lo diría o escaparía de mi. 
Sonreí por pensarlo.
Ella me sonrió de vuelta y a gritos inaudibles dijo algo colocándose a milimetros de mi oído.
__ Que?! -Contesté de vuelta.-
El ruido era tan fuerte que envolvía mis palabras, y las hacía retroceder hasta perderse en el espeso vapor lleno hormonas y alcohol.
Ella pareció entenderme a la primera, supongo que tenía que ver con su vista fija a mis labios, eso o era una indirecta de que le gustaba. 
Se acercó aún más, y tomándome del cuello algo provocativa, repitió:
__ ¿Quieres ir a un lugar más privado? 
Sin dudas era la segunda. 
__Si! -Dije. Mientras asentía con la cabeza, no vaya a ser que para explicarle esa simple respuesta nos tiráramos unos quince minutos más, jugando al telefono descompuesto.
Ella sonrió coqueta y tomándome de la mano comenzó a moverse entre la gente. Me recordó a una víbora sigilosa, deslizándose entre la arena, tan calma y hermosa que me hacía querer seguirla sin importar hasta donde.

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Su cuerpo sabía moverse y el mío se adecuó a su ritmo rápidamente. El sudor recorría su espalda junto con mis manos. 
Sabía lo que hacía y la dejé ser libre. La luz tenue de la habitación creaba el ambiente, y las sombras que dibujaba en mi pecho eran una obra de arte.

Mordía su labio inferior con tal fuerza, que enrojecía casi al instante y el sudor de su nuca hacía que varios mechones de pelo se retorcieran.
En un llanto ahogado de placer y sincretismo ambos relajamos el cuerpo. 
Había sido una buena idéa volver a facebook.
Sonreí por mi pensamiento y ella sonrió deslizandose fuera de la cama, cubriéndose con nada y de nadie. Aquella chica respiraba oxigeno y exalaba total seguridad, mientras caminaba al baño, desnuda. 
Lo que sonaba como otra invitación para mi.