Soportando A Mi Jefe.

CAPITULO 22

El viaje será en cuatro días y mañana es la celebración del jefe con todos los empleados. Estamos en el centro comercial con el jefe, me está haciendo ir por medio de todos, no sé a donde estamos yendo. Pero lo bueno es que soy la atracción del lugar, algunos me ven y sonríen y otros dicen: "Pobrecita, que le habrá pasado?". Las personas millonarias pagan cantidades exorbitantes por baños en lodo, yo lo recibí totalmente gratis. Se acerca una señorita con terno, es muy joven. Se pone delante de nosotros, y le saluda al jefe. 
-Buenos días, señor. Dígame que podemos hacer por usted.- ¿Cómo?
-Saca a toda la gente de aquí en 5 minutos.
-Señor, pero se generará una pérdida de...- Le interrumpe.
-De un 6.47%. Soy el dueño, llevo las estadísticas diarias.- Es el dueño?
-Haré que lo desocupen de inmediato. - Dicho esto se retira. 
-Eh! Jefe... Usted es el dueño de este centro comercial. 
-No se supone que eres la asistente, deberías saberlo.- Ahora nos hablamos de tú?
-Pero, jefe. No debería de cerrar todo, no entiendo que esta pasando.
-Estas hecha un desastre.
-Claro que estoy hecha un desastre, y es porque un loco psicópata me ha arrojado lodo.
-Sus razones habrá tenido. 
-Pues, no le veo lógica.
-Mira.- Se detiene y se para frente a mí.- Visitaremos las playas más hermosas del mundo, irá Isabella y yo quiero que tú estés cómoda.
-Pues mire.- Le digo con ironía.- Jefe! Yo me siento cómoda mientras sea como soy.
-Pues serás mi novia.- Me deja helada con esas palabras.-  Al menos por las dos semanas.- Claro!.- -Y sólo quiero que tengas todo lo que necesitas, para que no andes como el patito feo.
-¿Patito feo?.- Eso me ofende.- Veo que usted es superficial.
-Me explico
-Por favor...
-Isabella es una mujer elegante, presumida y a pesar de todo es muy atractiva físicamente.- No vamos a negar lo innegable.
-Ok, pero eso no dice que....- Me interrumpe, o mejor dicho interrumpe mi interrupción.
-Pero tú, tienes algo más atractivo que el físico.
-Ok, ya me esta gustando por dónde va eso jefecito...- Guardo silencio para que continúe.
-Tu personalidad, es lo que hace quién eres, ergo no refiere que por ello debas descuidarte. Ya eres una mujer bonita, con una bella personalidad, pero creo que implementar a esa belleza interna, la belleza externa va lograr que el mundo vea lo que yo... Ejem.- Se interrumpe, y yo le doy una mirada pícara y divertida.- Que debemos comprar algo para que tu belleza interior salga. Y ya vamos! Se me hace tarde, no tengo todo el día.- Y ya estamos otra vez igual. 

-En 4 minutos se cerrará el centro comercial por una emergencia interna. Esperamos su comprensión. Gracias por la visita.-Suena en los megáfonos que están incrustados en los techos altísimos. 

-Ok, primero ropa.
-Primero?
-Ven.- Me sujeta la mano y me lleva a una de las tiendas.
-Pero...- Esa ropa es muy cara.
-Prueba este.
-Me da unos diez vestidos.
-Ponte uno a uno y sales para verte.
-Que?! No!
-Estas en horas de trabajo.
-Ok, pero si se rie, me voy!.
-Ve! Ya!
-Bien!.- Le veo con irritación disimulada y me voy a probarme las telas suaves de esos vestidos.
 

Primero me pruebo uno blanco y marcas negras. Salgo para que me vea el mandon de mi jefe. 
-Ok, ahí está. 
-Colócalo.
-¿Qué?.- Me doy cuenta de que no me habla a mí, sino a una de las chicas que están paradas a los costados del sillón en el que está sentado.-Ah.
-El siguiente.
-Por favor.- Le regalo una sonrisa.
-Por favor, el siguiente.
-Ok, jefecito así me pruebo lo que quiera.- Eso sonó más provocativo de lo que debía de sonar, el jefe tose para disimular. Giro sobre mis talones y a por el siguiente.
 

Así me pruebo como treinta vestidos, chal´s de caída, faldas, shorts, blusas, polos, etc. Esto esta más cansado que trabajar, nunca fui fan de comprar ropa, casi siempre uso lo mismo. Pero como dice el jefe, seré su novia, al menos debo lucir presentable.  Me agrada esta complicidad, o con término exacto mentira que vamos a plantar. Cualquier cosa por que esa traidora de la Isabella se aleje del jefe y no le haga más daño del que ya le ha hecho. 

-Muy bien, ahora los zapatos.- No llevamos ninguna bolsa, será que esos hermosos vestidos me daban fatal? Porque no los llevamos. Oh! Da igual.- Vamos!
-Ah. Ok.- Nos dirigimos a otra tienda dónde hay puros zapatos. 
-Cuál es tu talla?.- Siempre tuve pies pequeños, eso es una buena herencia de mamá. Ay! Nota mental: Llamar a mamá.
-35
-Muy bien, hasta que tamaño de tacos usas?
-18 cm.
-Ok.

Se aleja de mí, y camina con una chica que anota en sus tabla de apuntes lo que le dice. Aunque no escucho nada de lo que hablan. Acaso mi opinión no cuenta.

-Soy yo las que se las va a poner!.- Grito pero ni caso me hacen, soy más invisible que un fantasma. 

No puedo evitar pensar en que deje mucho trabajo en la oficina, tendré que amanecer solo porque a mi jefecito le dio ganas de ir de shopping. Quien va de compras y no compra nada?. Sonrió para mi misma,  muchas veces fui a las tiendas, me probaba todo y luego no compraba nada. Aún recuerdo la cara de las que atendían, con una mirada de: "Ha desordenado todo, y no lleva nada"
Aprovecho su distracción del jefe y decido salir un momento para llamar a mamá, casi siempre me llama pero ahora ya no lo hace. Hasta que recuerdo que gracias a la llamada del don hielo, tendré que esperar mi salario para comprar uno nuevo y eso no le hará nada bien a mi economía. 

Vamos!.- Ay! No! Desperdicie mis segundos paz en mis pensamientos. 
-A dónde?
-Andando.- Empieza a caminar Ni modo, voy a ver a dónde me lleva esta vez. Entramos en un salón de belleza, esta muy bonito, hace años que no voy aun lugar así. 
-Siéntate.- Le observo con diversión y reproche.- Por favor.
- Así si!
-Ok, Jhogan.- Se dirige a un joven delgado, algo afeminado por la forma en la que se para.
-Yo me encargo.- Le dice al jefe, mientras coloca sus manos en la parte de agarre de la silla.- Quedarás di-vi-na.
 




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