"¿La sangre es más espesa que el agua?"
Cuando vi dónde me encontraba me quedé atónito, era la casa de mis padres. Black estaba delante de mí sosteniendo una pistola. Me di cuenta rápidamente de lo que quería que hiciese. Yo hui de casa, me fui lejos porque no podía soportar sus abusos... pero no quería matarlos porque eran mis padres.
Black me miró y me dijo:
-Ahora tienes la oportunidad de demostrar que eres digno de mí apellido. ¿Matar a tus padres para seguir conmigo o morir junto a ellos?
Entonces cogí la pistola y entré. Ahí se encontraban mis padres. Cuando mi madre me vio, se quedó de piedra y empezó a llorar. Los platos que tenía en las manos se le cayeron. Vino mi padre al escuchar el ruido y se quedó sin palabras. Entonces mi madre empezó a decir:
-Hijo mío, sabíamos que no estabas muerto, durante todos estos años te buscamos. Hijo, nosotros cambiamos, desde que tú te fuiste decidimos ser una mejor familia para cuando regresaras a nuestro lado.
-Hijo-dijo mi padre con lágrimas en los ojos- perdónanos...
-Ya es demasiado tarde... Vine aquí para a acabar con ustedes. ¡Yo os mataré!
Entonces vi a una niña de unos dos años de edad, y les pregunté que quién era.
Ellos me contestaron que era mi hermana Ela.
-¿Mi hermana?- les pregunté.
Ellos asintieron.
-De verdad hemos cambiado, ya no quisimos cometer los mismo errores-dijo mi madre.
-Ahora es demasiado tarde para arrepentirme... Estoy metido en algo turbio, si no os mato ellos nos matarán a todos juntos.
-Entonces si no tenemos salida, mátanos pero salva a tu hermana-dijo mi padre-así expiaremos nuestros pecados. Espero que nos perdones. Haz lo que tengas que hacer.
-¡No puedo mataros...!
-Entonces nosotros lo haremos- dijo mamá.
Cogieron la pistola, mi padre se disparó primero y después mi madre. Antes de que se suicidara me dijo que me amaba y que cuidara a mi hermanita Ela que era lo único que me quedaba.