Capítulo 20: "Polos opuestos"

Cambio a Narrador Omnisciente:

Desde las profundidades de un club nocturno altamente lujoso, unos zapatos de primera marca se movían sobresalientes cerca de la pista de baile. El muchacho, buen mozo, atraía las miradas de toda clase de mujeres, pero especialmente, de aquellas que pertenecían a la primera categoría. Sin embargo, aunque ellas se animaban a invitarlo a pasar tiempo en conjunto, lo cierto es que no podía aceptarlas, después de todo, aún había una chica que se le enredaba fuertemente en el pecho.

Rechazando con gran orgullo a aquellas damas, apartaba a éstas con una mano, para luego seguir su caminar, y dejarse perder nuevamente entre la multitud. Ahora bien, tenía un asunto pendiente. Desde un puesto más digno de su persona, alguien lo estaba esperando para encontrarse y entablar una de las charlas más significativas de esta historia.

El cuarto antes mencionado, tenía cristales reforzados que permitían ver desde su interior al exterior sin ser divisados por los de afuera, también, estaba el detalle de que se encontraba elegantemente decorado por cortinas y telas rojas, que rosaban el suelo como los mismos muebles, resaltando así, su magnificencia.

—Lamento la tardanza —dijo el dueño de unos ojos lacerantes.

—¡Bienvenido! —respondió una voz mucho más madura que la del joven que había recientemente ingresado al salón—. Como siempre tan puntual como tú solo… Gael —declaró el sujeto que se sentó correctamente sobre el sofá, pues minutos antes de escuchar la puerta, se encontraba recostado sobre éste.

—No es nada. Sabes que a mí lo que me trae aquí son mis propios negocios —antes de que él pudiera seguir hablando, fue interrumpido por su acompañante.

—Tienes razón —afirmó rápidamente con un movimiento de mano—. Tu principal objetivo siempre ha sido esa muchacha —hizo una leve pausa—. Esa que está recorriendo todo el globo como una ratoncita escurridiza.

—¿Dónde está ella ahora? —preguntó con interés.

—Las últimas noticias que obtuvimos de ellos, es que se encuentran paseando por las calles de Bangkok —informó el misterioso hombre. Al momento en que el de ojos grises entre abrió los labios para decir algo, el hombre levantó su copa de vino para acallarlo—. Sé lo que vas a decir: “¿Acaso son tan inútiles que no pueden hacer frente a una pequeña mafia?” —luego, lo señaló con uno de los dedos que sostenía la copa—. Entiendo a qué te refieres, pero… la realidad es que tu padre ha sido siempre tan cercano a Clemente… que me es difícil convencerlo de que deje sus tratos éticos atrás, además, hay que reconocer que tu padre es un buen estratega cuando se trata de este tipo de cosas. Ha resistido bastante bien —este hombre se cruzó de piernas, y se echó un trago.

—Mi padre es un viejo zorro; un zorro muy viejo al que se le pueden caer los planes en cualquier momento —sonrió Gael, y luego dio un paso al frente borrando su expresión anterior—. Usted me prometió hacerme más fuerte para poder enfrentarme a ese granuja —mencionó con frialdad mientras lo miraba desde arriba con aires de superioridad.

—Eres un muchacho apresurado —el hombre también sonrió y dejó la copa sobre una mesita de café que se encontraba a su frente—. Tu maestro ya ha sido asignado, y este lugar te servirá muy bien para tu entrenamiento, especialmente porque la música envuelve cada rincón de este lugar —en ese momento chasqueó los dedos y unos sujetos que estaban con traje ingresaron. Este par de individuos, traían consigo a un hombre de traje blanco cuya identidad era desconocida debido a la bolsa que tenía en su cabeza. De un momento a otro, el pobre hombre que aparénteme había sido secuestrado, fue arrojado sobre la mesita de café derribando así también la copa, pero a su vez, soltando un gemido de dolor—. Él será tu tutor —indicó el hombre.

Gael, sin inmutarse por el maltrato al desconocido, se agachó para posteriormente quitarle la bolsa de la cabeza, y así descubrir, que se trataba del padre de Lili. Este acontecimiento no sorprendió para nada al miembro de la familia Miracle, más bien… se mostró satisfecho.

—Pero que irónico. Ahora resulta que mi entrenador será el padre de mi peor enemigo —soltó una carcajada, luego, procedió a quitarle la mordaza de la boca al anterior líder de la mafia Parisi.

—He escuchado todo lo que han dicho… ¡No pienso ayudarles! —sentenció el padre de Lili.

—Me temo que no tienes opciones —avisó Gael, quien entre cerró los ojos amenazante—. De lo contrario… tendré que asegurarme que tu hija junto a ese rubio desastroso, no se olviden de mí. 

—Desgraciado —dijo él con la voz temblorosa, y de inmediato una carcajada rompió la tensión; provenía del tipo que había secuestrado al señor—. ¡Tú tampoco la sacaras barata Malco! ¡Cuando tu hermano se entere de esto…!

—Él no va a enterarse de nada, en especial porque cuando termines de entrenar a este chico… —él hombre tomó la base de la copa que había quedado intacta a excepción del resto, y como forma de burla, lo miró a través de ésta— ya estarás enterrado.

—Ambos… ¡ambos son unos viles traidores! —las quejas del padre de Lili fueron acalladas cuando Malcon dio la señal para que lo cubrieran de nuevo con la bolsa en la cabeza, después de eso, fue llevado de ahí a los empujones, cosa que Gael observó hasta que éste desapareció de la habitación.

—Supongo que esto resuelve tus dudas —Malcon llamó la atención de Gael con aquello dicho.

—Sí —mencionó monótono en cuanto volvió a verlo.

Unos segundos de silencio se guardaron entre ellos, el cual se rompió apenas volvió a hablar Malcon Neutraalne.

—Ha sido una gran inversión traerte con nosotros a cambio de lo que nos has pedido —aseguró el hermano de clemente.