¡¿soy una maldita loli?!

Capítulo IX: La batalla naval y La catástrofe del N°2

Al día Siguiente…

Nos despedimos de los Goblins para viajar rumbo a las montañas y cumplir con la misión.

Para dejarlos más tranquilos y en actividad, les ordeno que recopilen información sobre lo que puedan, por supuesto bajo el más austero silencio y también perfil.

Un goblin en pleno campo abierto o en la ciudad, atraerá muchos problemas y posibles cazadores deseosos de matar a tales criaturas.

Si ocurriera tal hecho, tendré que adelantar mis planes de patearle el culo al Fuhrer e incendiar toda la ciudad.

 

***PARTE II***

 

Meridithia: “Llevamos casi una semana viajando, ¿tan lejos es esa montaña o lo que sea que es?” — pregunto dejando ver mi malhumor

Norman: “Bueno, jamás he ido, así que no podría decírtelo con seguridad. Pero si he visto desde lo lejos…unas montañas…”— me responde rascándose la barbilla sin mirarme

 

A juzgar por su reacción y respuesta, Oda ni siquiera sabe a dónde vamos. Lo miro con cierto desagrado:

 

Meridithia: “Allá a quinientos metros, parece ser una posada, podríamos ir y descansar” — propongo mientras señalo con mi dedo índice una gran cabaña con caballos apostado allí y varios borrachos dando vueltas

Norman: “Sera lo mejor, ya que está anocheciendo y los bandidos son más osados en campo abierto”

 

Nos desviamos un poco para pasar la noche en la Posada.

Luego de registrarnos a una habitación con dos camas, nos dispusimos a cenar el especial del día: Estofado de Carne de Cabra, un manjar típico de la zona.

Ya sentados en una mesa del lugar, junto a la ventana, me dirigido a Norman en tono bajo:

 

Meridithia: “¿Crees que sea seguro?” — miro a todos los rincones las miradas sospechosas de los clientes

Norman: “Quien sabe, lo cierto es que no estamos en un ambiente muy cordial que digamos”

Meridithia: “Oda, dime algo…”

Norman: “¿Sí?”

Meridithia: “Hace unos minutos que no apartan su mirada y por alguna razón portan cosas muy peligrosas encima”

Norman: “¿C-Como es que lo sabes? Estas de espalda… ¿acaso tienes ojos detrás de la cabeza?” — pregunta, inquietado de cómo sabe eso la loli

Meridithia: “No lo sé, desde que ocurrió eso de Hitler que puedo ver lo que ocurre a mi alrededor…”

Norman: “¿Percepción Superior? ¿Este chico puede obtener habilidades que no son acordes a su clase? Se supone que Percepción Superior solo los Druidas pueden…— piensa sorprendido

 

Una madura y atractiva voz interrumpe la conversación y pensamientos de Norman:

 

Camarera Steffy: “Aquí tienen sus dos pedidos de Estofado de Cabra, que disfruten de su cena” — nos dice con una linda sonrisa que acaba por sonrojarnos a ambos

Norman: “Si si…señorita…”— le responde mientras saliva cae de su boca

 

La actitud tan depravada de Oda hace que sienta más arcadas de las que ya tengo con él, así que a la velocidad de la luz le golpeo la cara con mi puño desnudo para que entre en razón. Ese golpe fue tan veloz que nadie se ha percatado ni la camarera, solo Oda, pero simula no haber entendido nada haciendo que me hierva aún más la sangre:

 

Camarera Steffy: “S-Señor…su rostro…está sangrando su nariz”

Norman: “No se preocupe señorita, esto es algo que me sucede muy a menudo”

Camarera Steffy: “Por favor, disfruten de su estancia aquí” — se retira de regreso a la barra para continuar entregando comida y bebidas

 

Por supuesto que lo que sucedió no agrado a Oda. Su rostro se torna serio y luego violento, como queriendo batirse a golpes conmigo.

Entonces lo miro con prepotencia, ya que mi curriculum como pandillero es más de lo que Oda Nobunaga podría soportar:

 

Meridithia: “Oh, veo que el Gran oda Nobunaga quiere conocer mis puños”

Norman: “Ya verás mocoso…”

 

El tiempo apremia, así que decidimos dejar de pelear, nos damos las manos en señal de tregua y devoramos al estofado.

La textura de las papas que se disuelve al tacto, la carne de cabra que rebosa de suavidad por las especias cuidadosamente cocinadas, la salsa que no hace más que darles un brillo superior a tales platillos. Mis pupilas gustativas caen agónicas ante tal exquisita comida.

Literalmente caigo rendido ante el chef.

Frente a mí, Norman no parecía ser el mismo de siempre…porque él ya ha caído como una doncella ante lo majestuoso de este plato. Bueno, su cara de idiota lo dice todo, está sintiendo orgasmos culinarios.

Cuando acabamos de cenar, nuestras barrigas se ven aumentadas por la cantidad de platos que hemos devorado. Sin embargo, algo comienza a ocurrirme, una fuerte presión hace que me doblegue. Mi mayor enemigo había regresado desde el otro mundo. Creía que no podría pasar aquí, pero el desgraciado me seguirá hasta la tumba.

Me levanto bruscamente de la silla y corro hacia la barra.

Norman observa sin entender que ocurre, pero por su enorme barriga, no puede moverse…

 

***PARTE III***

Por un instante había cometido un terrible error de equivocarme de lugar, pero después de guiarme con los carteles pude llegar a aquel sector para clientes

La presión es cada vez más fuerte, mis piernas ya no logran sostenerse, pero finalmente había logrado mi cometido…llegar al baño.

Sin importarme que haya otras personas, cruzo la puerta del cubículo y bajo mis pantalones donde bendigo religiosamente el inodoro.




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