¡¿soy una maldita loli?!

Capítulo X: Veamos quien se atreve a meterse con esta loli rabiosa

Cuando llega el amanecer al día siguiente en la Ciudad portuaria, desde la casa del Gobernador salen gritos muy alemanes que ensordecen a quien pasa por la calle, cerca del edificio más importante de la ciudad y que está fuertemente custodiado por soldados con extraños uniformes.

Una enorme águila sosteniendo entre sus garras una cruz adorna en una bandera que sobresale de las ventanas del edificio.

Lo que más llama la atención de los transeúntes, es la apariencia racial de los que protegen el sitio y los subordinados más cercanos al Gobernador.

Nadie imagina que esa gente es la causante de la mayor guerra de la historia del anterior mundo al que pertenecieron.

Rudolph golpea una y otra vez la mesa, mientras su círculo personal lo observa expectante:

 

Rudolph: “Imposible que dos amarillos hayan tenido la suerte de vencer a esos tres inútiles. Los subestime demasiado, como subestime a los británicos, americanos, italianos, franceses…malditos infelices!!” — se acerca a la ventana

Dorialice: “Herr Fuhrer, no debe tener motivos para enfurecerse, ellos han cumplido bien su misión. Ya están en la mazmorra, infestada de criaturas y redes de túneles imposibles de cruzar, aunque llegasen donde está el golem, nunca regresaran por el camino original” — exclama con firmeza y levantando sus anteojos con el dedo anular

Rudolph: “Claro…claro…si, si. Porque una vez maten al Golem, la red de túneles se reiniciara, y no podrán escapar nunca más. Brillante Fraulein, brillante! Por algo eres mi mano derecha!!” — festeja con una sonrisa

Dorialice: “Estoy para servirle mi Fuhrer”

Rudolph: “Dígame algo, Fraulein. Ellos…cuando van a llegar?”

Dorialice: “Viendo en la agenda, diría que estarán aquí dentro de dos semanas. Recuerde mi Fuhrer, que ellos se han ido al Este con un pequeño batallón de quinientos hombres a tomar la ciudad de Xeongxiao, y hay unos doce mil hombres protegiendo el lugar. Les llevaría apenas una semana conquistar el lugar, y otra semana en llegar aquí con los carros de combate”

Rudolph: “Perfecto, aunque solo requiero que ellos siete vuelvan, nada más”

Dorialice: “Blaz innovak. Coronel del Sector Puerto. Ex capitán de una de las flotas de Alemania durante la Segunda Guerra mundial. Experto en mar, y actual líder del proyecto, Destructor naval. Un genio en nado, e instructor del equipo de buceo” — lee el expediente de cada oficial de mayor rango de Hitler

Rudolph: “No tiene rival alguno en el mar, inclusive lleno su uniforme de éxitos marítimos en el Norte de Europa” — exclama con orgullo

Dorialice: “Brum Hold, Comandante de la Ex SS, Oficial de altísimo rango considerado de los más importantes. Experto en manejo de información”

Rudolph: “El primer Comandante de la SS, magnifica lealtad” — sonríe levantando sus manos

 

De repente la puerta se abre con un fuerte chirrido, entrando una joven muy atractiva muy entusiasta, portando en sus manos escobas, y cubierta de harina en sus hombros y cabeza:

 

Dorialice: “Beatrice…cuantas veces…debo decirte…que no interrumpas las reuniones con el Fuhrer?!” — la reprende molesta por su actitud

 

Sin embargo Rudolph no parece importar tales cosas triviales, inclusive la consiente diciéndole mientras le quita la harina de los hombros:

 

Rudolph: “Ya ya pequeña, por algo viniste, cierto?”

Beatrice: “Si si Herr Fuhrer…”— mira a Dorialice burlándose

Dorialice: “Maldita tabla…”— exclama furiosa

Beatrice: “Alfa tetona…”— le responde con una vena en su frente hinchada

Dorialice: “Detecto envidia?” — se toma sus pechos con una sonrisa— “Deberías conocer tu lugar enana simplona…el Fuhrer tiene prioridad y esta, es muy importante…”

Beatrice: “Por supuesto, pero dudo que usar uniforme apretado tenga que ver con la reunión…o a caso su cerebro está en tus pechos?”

Dorialice: “Maldita moco…”— llega a tomar su arma de fuego en la parte trasera de su pantalón

Rudolph: “Ya ya chicas, no sigan discutiendo, al final tenemos datos importantes. Y es imperioso que aumentemos nuestra mano de obra con Goblins…no les parece? Porque las minas se están vaciando, todos los niños de la Ciudad al final no resultaron ser la mejor opción. Mejor someter a criaturas fuertes y ciudadanos de otros territorios. Todo sea para crear el arma definitiva, y cumplir con mi designio divino…CONQUISTAR ESTE MUNDO!! Y SOMETER A MI SEÑORA PARA QUE POR FIN ME RECONOZCA COMO SU ESPOSO…JAAAAAAJAJAJA!! — ríe a carcajadas mientras sus subordinadas lo observa sonrientes y orgullosas de su líder

 

***

Dejamos atrás la taberna al día siguiente, y para mi mala suerte le termine contando a Norman mi batalla en el baño. El imbécil acabo estallado de risa y burlándose de mi todo el camino hasta que llegamos a un puente.

Nuestras miradas se centran en la estructura que cruza el Rio. Allí nos encontramos con algo sospechoso e inmediatamente nos ponemos en guardia, yo alzando mis puños y esperando a golpear a alguien, y Norman…Norman…:

 

Merdithia: “Que carajo estás haciendo?!?!” — le pregunto exaltado

 

Norman no estaba con su varita, báculo o lo que sea en su mano, sino que está mirando hacia todos los lados y moviendo su mano como trazando un mapa pero desde un árbol al otro.

Entonces se acerca y saca de su manga una fina cuerda de tela, muy larga y casi imperceptible.

Lo miro bastante confundido y solo permanezco en guardia, mientras le digo en voz baja:

 

Meridthia: “Ts!! Que estás haciendo? Pronto seremos ataca…”

 

Cuando lo miro con mayor detalle, estaba colocando entre varios árboles unas trampas con la cuerda. En ese momento recordé que es el maldito Oda Nobunaga, el más célebre estratega de la historia Japonesa y si planea algo, será exitoso…al menos eso espero…no me convence demasiado por su rostro esbozando una sonrisa como si fuera un científico loco emocionado por un experimento a punto de fallar…Mierda:




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