Budikka.
Exactamente en el área de cápsulas.
Ferenc estaba hecho una furia implacable. Caminaba por todos lados, pensando en lo que acababa de ocurrir hace unas pocas horas. Gaulther escapó. Nunca en su vida había fallado en las misiones que escogía: los servicios, la ruta de Jortermag, el foro de Adminburk…
La captura de Gaulther de Nee era su primera misión fallida. Y no se cansaba de repetirlo en voz baja.
Stella, Tirso y Trip estaban preocupados. Reed estaba aprisionado en una cápsula, pegando la cara contra el vidrio e inquieto por la reducción del espacio dentro de él. Trip fue el primero en hablar en voz baja, para que todos lo oyeran.
—¿Quién va a hablar con él?
—Hazlo tú, también está enfadado conmigo —dijo Stella. Estaba sentada al revés de la silla—. ¡Ah! De haber sabido que había un devorador en esa habitación no hubiéramos entrado.
—Pero encontraron algo más, ¿no?
—No, esa bestia nos dio demasiados problemas.
—Sí, y nos delató.
—Tú cállate, los traidores no hablan —dijo Tirso.
—Bola de pelos, por si no lo sabías tengo derecho a tener silencio.
—Confiábamos en ti.
—Ya, lo siento.
—Un «lo siento» no es suficiente, Shevlin —Tirso cruzó las manos, indiferente—. Mataste gente.
—Por una buena razón —sonrió Reed—. La vida no es tan linda, amigo mío. El día en que lo comprendas me lo agradecerás.
—Cállense —murmuró Stella—. Gaulther escapó.
—Otra vez —masculló Trip.
—Estoy comenzando a creer que ese Gaulther es el maestro del escape. Debería ser su alumno.
—¿No lo eres acaso? —preguntó Stella.
—Obvio no, preciosa —se rascó el cuello como acostumbraba siempre—. ¿Ya puedo salir?
Al voltear, vieron que Ferenc los miraba calladamente.
—Ustedes… —escupió.
Los tres sintieron un escalofrío recorrer la espina dorsal.
—Olvídenlo, estoy mejor aquí —dijo Reed detrás del cristal—. Apuesto a que desearían estar aquí adentro.
—Debería acabar con ustedes —maulló.
—No lo haga jefe, tienen familia… Bueno, Tirso no.
—Silencio, Shevlin.
—Gaulther va a una fiesta dentro de un crucero.
—¿Y por qué deberíamos creerte?
—Al menos sé un poco de su próximo paradero, ¿no? Ese idiota no busca regresar a Nee. El quiere quedarse una pequeña temporada en la alianza.
—¿Y para qué se quedaría? No tiene sentido.
—Recopilar información para la alianza Nee-Wrovil —comentó Stella.
—No —la retractó.
—¿Cómo de que no, Reed?
—Cómo se los explico: tuve una pequeña conversación con él, y puedo concluir que fue del todo sincero. Si Giles Batthory es poderoso, Morana de Nee lo es mil veces más que él.
—Explícate, Reed —dijo Tirso.
—Morana crea alianzas a base de matrimonios y el nacimiento de un crío, ¿no?
—¿Sí? Eso no es nuevo, nos lo explicaron bien al momento de tomar la decisión de unirnos.
—Yo estuve presente en el juicio —dijo Stella.
—Ok, ok, ¿pero qué pasaría si uno de los hijos de Morana en realidad fuera el traidor? —indagó a través del cristal.
Ferenc lo miró algo atónito.
—¿Dices que Gaulther es un…
—…fugitivo? Sí, cap…
—…No me digas cap…
—El viejo Jag dijo que Nee era un excelente planeta. Su gente no.
—Bien, en eso estamos de acuerdo. ¿Y a dónde irá?
—El crucero I0I. Si logró escapar a salvo, irá ahí.
—¿Qué tan cierto es eso? —preguntó Ferenc.
—Él va para allá —dijo Trip sintiendo la presencia de Gaulther—. No miente.
—Pero antes de confiar en ti, necesitamos saber por qué mataste a esa gente —dijo Stella.
—Prostitución —contestó Reed pegando su frente al cristal—. Ese lugar está negramente corrupto. Yo lo hice por eso. De Gaulther, no lo sé. Rost es su tío, pero no es una buena persona.
—¿Cómo lo descubriste? —preguntó Tirso.
—Creo que eres muy pequeño para entender eso todavía, bola de pelos.
—En fin, necesitamos un plan para entrar a I0I.
—Tengo uno pero, ¿confían en mí?
—No, tú quédate ahí encerrado.
—No, sáquenlo —ordenó Ferenc—. Si intente hacer algo estúpido me aseguraré de matarlo.
—Trato hecho.
Stella desactivó la cápsula. Un espeso humo brotó al instante para librar a Reed y sacó el cuerpo de la vitrina.
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Editado: 22.11.2021