12.2

El aire se escapa unos segundos de mis pulmones cuando escucho las palabras de Michael, siento como los colores se me van de la cara y respirar se me hace más difícil.

– Eh... – miro a Luke, intentando acomodar mis palabras pero simplemente no me sale nada.

– Katherine, responde.

Su semblante es serio y lo que antes era un simple agarre en mi brazo, se volvió en un apretón con fuerza. Michael desde hace un tiempo me había contado que tenía problemas de ira, jamás lo vi tener algún ataque. Siempre decía que yo era como su calmante, pero justo ahora, no estaba muy segura. En cuanto Luke notó lo que estaba sucediendo, a grandes zancadas caminó hacia nosotros y estuvo a mi lado en segundos.

– ¿Todo bien, Michael? – puso su mano sobre el brazo del chico frente a mí e interpuso su cuerpo entre ambos. Doy una gran bocanada de aire porque el ambiente se había vuelto tenso demasiado rápido.

– Aparentemente el que va a hablar, serás tú – se cruza de brazos frunciendo el ceño, y me mira tan solo unos segundos.

– Ya, no fuimos nada, nunca – hablo buscando valentía de algún lugar, antes de que Luke lo haga y meta la pata – j-jamás habría podido estar con alguien como él.

Escucho el suspiro de Luke, ni siquiera tengo que mirarlo para saber la cara que tenía. El otro chico, por su parte, estaba bastante contento con lo que había dicho; pues claro... aquello alimentaba bastante su ego.

– ¿alguien como él? – lo veo alzar una ceja y una pequeña sonrisa se formaba en sus labios.

– Ya sabes... – me encojo de hombros bajando la mirada al suelo.

– Uhm, supongo que sí – de reojo, puedo verlo mirar a Luke con desprecio.

Michael no era así cuando nos conocimos, era dulce, tierno, jamás fue celoso. Hasta que llegó Luke, cambió completamente. Pero claro, antes estaba tranquilo porque yo jamás me hubiera fijado en alguien más aunque tuviera a muchos chicos esperando que él se descuidara. Con Luke siempre fue diferente, él nunca fue desconfiado, siempre me repetía que si algún día dejaba de amarlo me permitiría ser feliz con alguien más y no juzgaría mis decisiones. Él sabía que lo amaba incondicionalmente y no necesitaba alguna prueba de ello.

– Puedes ser mi amigo Luke, pero tenemos que ser sinceros... eres una mierda – bufa riendo y baja sus brazos de forma relajada, se estaba burlando de una forma horrible – ¿en estos últimos años has tenido alguna novia? Porque jamás conocí a ninguna, aunque dudo que alguna chica se pueda fijar en ti teniendo en cuenta la historia que se sabe de tu pasado.

Muerdo mi labio inferior, reteniendo las ganas de gritarle y golpearlo, no podía hacerlo ya que no habría explicación lógica alguna.

– Michael, que seas un inmaduro de mierda y realmente temas que Kat se dé cuenta de que hay personas mejores por ahí afuera, no es mi problema. Ahora, tenemos que volver al maldito trabajo.

Iba del lado del copiloto en el auto de Luke, ni siquiera lo pensé dos veces cuando ofreció llevarme de vuelta a la oficina. Soy bastante impulsiva y probablemente le hubiera dicho todo a Michael en su auto si me llevaba. El rubio a mi lado no dejaba de murmurar cosas por lo bajo y desde aquí podía escuchar su respiración pesada y de vez en cuando me miraba de reojo.

– ¿Quieres que hablemos? – pregunto con un hilo de voz mientras lo miro.

– Sí, realmente lo necesito – se estaciona rápidamente a un lado de la carretera, la cual se encontraba casi vacía. Apaga el auto y me mira frunciendo el ceño – en serio... – baja la mirada como pensando en si hablar era lo correcto o no – ¿tú en serio me ves como lo dijo Michael?

En mis labios se forma un pequeño puchero, porque me encontraba a segundos de llorar con ver la cara de tristeza que tenía. Juro que pude sentir como mi corazón dolía, me acerco a él hasta poderlo abrazar y acaricio su cabello despacio.

– Por supuesto que no Luke – susurro en su oído antes de dejar un beso – te veo como el hombre más dulce, simpático, amoroso, respetuoso... en fin, el ser humano más puro que jamás haya conocido – veo como mueve su cabeza de forma pesimista y ruedo los ojos – no puedes negarlo, te conozco demasiado como para saber que puedo verte de esa forma.

– Kate... es que hice tantas cosas malas cuando estábamos jóvenes. Me es imposible verme como alguien, no lo sé, alguien que te haga bien en tu futuro.

– Me enamoré de ti, aun cuando estuve en tu pasado y no te juzgo, todos nos podemos equivocar – me encojo de hombros y sonrío levemente – además, sólo aprovechabas que te bendijeron con un buen físico y una excelente personalidad.

Lo veo reír lo cual hace que pueda estar más tranquila.

– Ni siquiera toda mi vida me alcanzaría para decirte cuanto te amo – me mira a los ojos y pone su mano sobre mi mejilla y acaricia esta con su pulgar – gracias, por ser mi compañera de vida.

– Luke... – bajo la vista haciendo una mueca – creo que ese no es el título más apropiado que pueda tener.

– No me importa – rueda los ojos – tu amor me pertenece y el mío a ti, sea como sea que estemos juntos, aunque sea de una mala forma. Jamás me arrepentiría de esto, de poder estar contigo.

– ¿a veces no piensas en dejarme?, ya sabes, por esto de estar escondidos o de que yo "tenga" a alguien más.

– Nunca, ni siquiera ha pasado por mi cabeza. Sé que hay alguien de por medio por todos los problemas de la vida y que es muy difícil. Además, sé que me amas, Michael no es alguien que me preocupe.

– O eres demasiado confiado – murmuro divertida.

– No cariño, noto como me miras siempre y es la misma mirada que yo tengo para ti, tal vez no lo entiendas, pero cuando veo tus ojos, lo único que pienso es en que eres la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida y supongo que se ve reflejado en los míos... por cierto, – baja su vista a mis labios unos segundos y acaricia estos con su pulgar – estuve leyendo eso sobre el hilo rojo, sé que te gusta esa historia y quería investigar. Llegué a la conclusión de que si tú no tuvieras el otro extremo del mío, me importaría muy poco. Corto el de ambos y los unimos, ¿qué te parece?