Escribía sobre nosotros, la vida que íbamos a llevar juntos, lo que teníamos y lo que no, lo que fantaseaba cada noche antes de dormir. Lo tenía tan cerca pero nunca fue tan mío como ahora. Si hablara con la Katherine de 17 años sobre la vida que le esperaba jamás me habría creído aunque viniera del futuro.
Ahí, viendo como Luke corría por el parque para tomarle fotos a Sarah y sonreía con una ilusión que no vi en su cara con otra persona que no fuera yo, me llenó por completo el corazón. Mis días eran cálidos con ambos en mi vida, todas las mañanas tenían un propósito y era verlos ser felices conmigo.
– Tiene sus ojos – me sobresalté al escuchar su voz – pero creo que sacó tu cabello.
– Michael, hola, ¿qué haces aquí? – nos dimos un pequeño abrazó y él acarició mi espalda de forma reconfortante.
– Recién vuelvo al país, tenía unas cosas del trabajo pendientes y de casualidad los vi.
– ¿cómo estás? – tal vez no era la respuesta que él esperaba pero tenía cinco años de no verlo, era lo mínimo que podía hacer.
– Bien, sí. Me costó un tiempo, asimilar todo... esa fue la razón por la que me fui. Quise visitarlos muchas veces pero no creía que era adecuado. Quiero que sepas que perdoné todo y que ahora estoy mejor.
– Gracias, en serio – lo abracé una vez más suspirando con tranquilidad, un peso que no sabía que llevaba cargando por tanto tiempo desapareció. Luke nos divisó a lo lejos y no tardó en tomar a Sarah entre sus brazos, llegó trotando para hacerla reír y nos sonrió.
– Mike, tanto tiempo – este le dirigió un pequeño asentimiento con la cabeza y sonrió. – Sarah, saluda a nuestro amigo.
Aunque sí murmuró un risueño "hola", escondió su cabeza en el cuello de Luke con las mejillas rojas como tomates.
– Suele ser muy tímida con la gente nueva, pero te conviene, cuando toma confianza no hay forma de callarla. – Todos reímos y por unos segundos se sintió como si esto fuera cosa de todos los días.
– Es preciosa – llevó su mano hasta mi brazo y dio un leve apretón. – Me alegró verlos y que todos estemos tan bien.
Al despedirnos pensé un poco en si debía de hablar o no, pero antes de que estuviera muy largo decidí hacerlo.
– ¡Michael!, hay un evento importante la otra semana, – levanté mi mano con una pequeña sonrisa mostrándole el anillo – ¿te gustaría asistir?
– ¡Por un momento iba a regañar a Luke cuando no noté el anillo! – él rio y se le vio bastante animado – te avisaré si puedo asistir.
¿Por qué no había escrito nada sobre una boda en mi diario?, ah claro, nunca creí que pasaría. Ya me había casado una vez pero esto era completamente diferente. Sentía los mismos nervios que sentí cada día a mis dieciocho con Luke a mi lado. Nada en esta vida podría prepararme para tenerlo frente a mí en un altar diciendo que queríamos pasar el resto de nuestras vidas juntos.
Mientras caminaba hacia él, miré por encima a todos los presentes, el corazón latiéndome con fuerza y el nudo en la garganta que sólo alimentaba mis ganas de llorar de felicidad. Fue inevitable notar que Michael no estaba, pero de todas formas era algo que ambos entendíamos. Y entonces, lo vi, su cabello levemente peinado y el precioso traje que lo hacía ver como si realmente fuera alguien serio. Mis ojos picaron aún más y sonreí al igual que él. Ninguno de los dos podía apartar los ojos de ambos, estaba pasando, nos estábamos casando y prometiendo amor eterno ante todas las personas que queremos. Corté la conexión cuando tenía que decir los votos, miré nuestras manos juntas y suspiré.
– Jamás imaginé esto y tú más que nadie sabes la imaginación tan voladora que he tenido siempre. Me alegra compartir este momento, con todos, porque estoy segura de que no podría ser más perfecto. Te amo y lo he hecho desde mis diez años aunque no lo creas. Quiero estar a tu lado en esta vida y si es que existen otras, prometo buscarte hasta el cansancio para que podamos estar juntos en esas también. – Tomé aire y miré hacia arriba mientras pestañeaba repetidas veces para evitar llorar más – gracias por ser el mejor padre para Sophie, por amarnos cada día tanto y por ser el mejor compañero de vida que alguien podría pedir.
Se me hizo imposible hablar porque la garganta no me daba más combinado con las lágrimas, me tapé la boca con el dorso de mi mano riendo y todos lo hicieron en conjunto. Luke tomó mi mano y la llevó hasta su pecho presionando un poco.
– Quiero que sepas que esta cosa funciona gracias a ti – reímos una vez más y él negó – es en serio. No sabría lo que es amor si no hubiera sido por tu existencia, me diste lo más puro y precioso que he visto alguna vez – miró con una gran sonrisa y ojos llorosos a nuestra hija – te amo con cada latido de mi corazón, cada segundo y momento del día. Me haces el hombre más feliz y te prometo que voy a buscarte también en mis próximas vidas. Katherine, agradezco haberte hecho spoiler de nuestra historia, pero sinceramente no sé qué habría sido de mí si no lo cumplíamos. Espero que hayas escrito sobre cómo vamos a envejecer juntos y amarnos el resto de la eternidad, porque eso es lo que planeo.
Y así, como si fuera un sueño, se cumplió. Nos quedamos juntos.