Capítulo 56

Andrew.

Me desperté como siempre y aunque no era nada cómodo, ya estaba acostumbrado a ello. Observé la hora en mi celular, 3:00 am, la misma hora desde hace varios años. Así es, llevo cinco años seguidos despertándome a las tres de la madrugada todos los días, pero eso me ha traído cosas buenas, una de ellas, las pláticas de madrugada con Hailey. Ella tiene el sueño tan ligero que cada vez que me escuchaba se levantaba a ver qué era lo que ocurría.

Me levanté de la cama con intención de ir por un vaso de agua a la cocina. Cuando salí de mi habitación, pude ver a Hailey cargando su maleta en dirección a la puerta. Ella aún no notaba mi presencia debido a que todas las luces del departamento estaban apagadas y se supone que todos estaban dormidos.

—¿De verdad lo harás? -—hablé por fin, causando que ella se sobresaltara al verme ahí parado.

—¡Andrew! ¿Qué haces despierto? Ah, sí, se me olvida lo de tu posesión demoníaca de media noche.

Encendí el interruptor de la luz permitiendo ver sus ojos algo hinchados e irritados. Hailey había estado llorando.

—Si lloraste debe ser porque en el fondo no quieres irte y sabes que nadie en el departamento quiere que lo hagas, así que desempaca esa maleta y vuelve a dormir.

Ella bajó la mirada sosteniendo la maleta, como si se aferrara fuertemente a ella.

—Me iré.

—No —respondí firmemente.

Ella pareció considerarlo por unos segundos.

—Hagamos un trato. Tú regresa a dormir, puede que al despertar esté aquí, o tal vez no. Lo voy a pensar, pero sólo si duermes.

—¿De verdad crees que podría dormir sabiendo que tú podrías irte? —le pregunté.

—Bueno, yo pude dormir sabiendo que tú te irías de putas, así que creo que puedes hacerlo.

Lo que acababa de decir me hacía sentir realmente mal. Era una de esas veces en las que sólo pensaba en las cosas malas que he hecho. Romper corazones, ser un jodido escándalo a nivel mundial, decepcionar a Stephen, decepcionar a Hailey, ser un mal hijo, un mal hermano e incluso, un mal amigo. En conclusión, soy una mierda de persona.

Me acerqué a ella. Si su decisión era irse, por más que me partiera el corazón, tendría que aceptarlo. Hailey merece a una persona mejor, una que tenga una familia normal, alguien que trabaje en una oficina y no en un estudio de grabación, alguien que no se meta en escándalos. Besé su frente, esperando que por lo menos volviera a pensar la idea de irse.

Y me fui a dormir, esperando ver su rostro de nuevo al despertar.