Stigma

Capítulo IV

—Vamos, yo te llevaré a Pandora—dijo el capitán mientras empezaba a caminar


 

—Espera, necesito buscar a mi hermana — respondí aguantándolo por el brazo


 

—!¿Hermana?¡—exclamaron Sofi y el capitán


 

—Sip, hermana, vivimos solos nosotros dos


 

Los ojos de Sofi se cristalizaron y con una cara algo triste me preguntó


 

—¿Ustedes...emm...no tienen padres?


 

—No, los Souls acabaron con ellos cuando éramos más pequeños, no nos acordamos muy bien cómo logramos sobrevivir, pero juré acabar con todos...uno por uno—bajé la vista hacia el suelo


 

Sofi pasó sus manos por los ojos secando unas pequeñas lágrimas que bajaban hacia sus mejillas, en un segundo las pequeñas lagrimas empezaron a ser inmensas 


 

—¡¿Que te pasa?! no llores ¿Que le está pasando Jack?—grité nervioso mientras intentaba consolarla dándole palmadas en la espalda


 

El me miró , su cara lo decía todo, ya estaba acostumbrado a ese comportamiento de ella, solo con mirarlo lo supe


 

—¿Eso?...eso es normal en ella, no te preocupes, es demasiado sentimental —dijo con tono burlón


 

—¡No lo soyyyy! No me hagas golpearte Jack—gritó Sofi y se limpió las lagrimas con su túnica


 

Una ligera carcajada salió de mi, no podía creerlo, por primera vez en años había logrado sonreír, sonreír de verdad, sin necesidad de estar fingiendo que todo estába bien


 

Los dos me miraron asombrados y curiosos, deben haber pensado que estaba loco


 

—Gracias—les dije mientras sonreía


 

—Me caes bien cara de sapo—gritó el capitán y desvió la mirada


 

—¿No era pequeñajo? ¡Quien te dio permiso para que me cambies el apodo!—lo miré amenazante


 

—Déjate de quejas y vamos a buscar a tú hermana


 

—Síganme, yo los guío—les respondí y empezamos a caminar


 

Los dos me siguieron por las frías y estrechas calles de las afueras de Pandora, ya casi caía la noche y el frío empezaba a ser más notable


 

—¡Aaaaaaah! Que frío haceeeee—exclamó Sofi mientras juntaba sus manos alrededor de su esbelto cuerpo


 

—Tranquila, ya estamos al llegar, es doblando la esquina


 

Doblamos el callejón y  logramos ver la casa...(bueno..a lo que llamábamos casa Jessica y yo) era un edificio abandonado, ya maltratado por el paso de el tiempo, un lugar lleno de escombros y moho, nos acercamos los tres para poder entrar


 

—¡¡Jessica, ya llegué!!


 

El silencio se apoderó del lugar


 

—¡Jessica!—grité a todo pulmón, pero nadie respondía


 

—Jessica, no es tiempo de bromas, traje nuevos amigos....sal a conocerlos—grité mientras la buscaba por todo el primer piso


 

(Silencio......solo sentí silencio)


 

—¡Jessica!—grité asustado—¡Jessica!—salí corriendo por todo el edificio en ruinas, buscándola, intentando no imaginarme el peor escenario posible en mi cabeza


 

—Debe estar en el segundo piso—pensé—Siempre le gusta esconderse ahí, subí apresuradamente las escaleras, Sofi y Jack también subieron conmigo al verme tan alterado


 

Abrí la puerta bruscamente por el miedo, un ligero olor a sangre hizo que me tapara la nariz rápidamente, Sofi también tuvo que taparse la nariz ante tal fétido olor a hierro


 

Mis ojos se dirigieron hacia el final de la habitación del segundo piso.....una lagrima brotó de mis ojos


 

—¡Jessicaaaa!—apreté mi puño contra mi pecho


 

Solo podía observar una gran mancha de sangre que llenaba el fondo de la habitación, en ella estaban las ropas de mi hermana pero ni rastro de su cuerpo


 

Corrí como loco mientras lloraba y gritaba sin consuelo hacia las ropas de mi hermana, un intenso dolor llenó mi corazón, era como si me lo apretaran fuertemente destrozándolo en mil pedazos , mi respiración se agitó hasta el punto de no poder ni hablar...ni siquiera respirar


 

—¡Jessica!—susurré ligeramente—Lamento no haber estado aquí....lamento, no haber podido ayudarte—dije mientras las lágrimas caían de mis ojos y mojaban mis harapos


 

Entre las ropas se encontraba un pequeño pendiente de color negro, era un recuerdo de mamá,  lo único que nos había dejado a los dos y ahora era lo único que me quedaba de ambas


 

Agarré el pendiente del suelo y bruscamente empecé a ponérmelo, la sangre empezó a brotar de mi oído izquierdo manchando mi mano completamente


 

—Eden...deja que te cure la herida—dijo Sofi preocupada


 

Pude escuchar que alguien me hablaba, pero mi cabeza estaba demasiada cargada para entender lo que ella decía , mi oído estaba entumecido del dolor por haberme puesto el pendiente, solo quería que  todo hubiera sido una pesadilla, una cruel sueño


 

Me paré lentamente del piso y miré a Sofi y al capitán, sus caras reflejaban tristeza, la misma tristeza que reflejaba la mía, dolor por la muerte de un ser querido


 

—¡¿Que hago ahora....que hago sin mi hermana ?!—dije entre lágrimas


 

El capitán me miró fijamente


 

—Tú hermana no está muerta, o por lo menos un Soul no ha sido quien lo ha echo—me respondió mientras caminaba hacia donde yo estaba


 

—¿Porqué piensas eso?


 

—Utiliza más tu nariz, no hay olor a azufre, un Soul no debe haber estado aquí


 

Era verdad lo que él decía, no había tal olor en la habitación, tampoco en el primer piso lo sentí


 

Un ligero rayo de esperanza atravesó mi corazón, aunque seguía sin entender varias cosas


 

—¿Y la sangre, de que manera explicas eso?—pregunté curioso




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