Still Here I: Hache

**FINAL ALTERNATIVO**

No puedo decirle a nadie lo último que recuerdo... Sería una locura, ¿cierto? ¿Luces que se te meten al cuerpo? Por favor, tal vez sólo me volví loca por un instante. Pero no puedo dejar que nadie sepa.

Hace un año y medio que dejé a un lado ese rarísimo incidente y seguí con mi vida. No recuerdo mucho de lo que hice en ese mes que tuve amnesia. Josh me cuenta casi todo, pero siempre me parece que hay algo más.

Ahora me siento como si fuera una persona nueva. Más bien, una total desconocida para mí misma. ¿Alguien más lo habría notado? Estoy totalmente segura de que no soy la misma. Seguido camino a la dulcería, casi diario, sin comprar nada. ¿Por qué?

Caminaba con Dania y Emi hacia el centro comercial, después de clases.

—Es fin de año —hablé—, ¿qué harán en las vacaciones de invierno?

Emi se sonrojó. —Veré todos los días a... Carl —dijo, tímida.

—Estás más linda desde que traes ondas con Carl, ¿cierto? —dijo  Dania, dándole a Emi un codazo amistoso—. Pues yo iré a acampar con mi familia —dijo, exhausta—, en serio, odio estar con ellos, ¡es espantoso! ¿No quieres venir conmigo, Macky? —probó suerte.

—No, gracias, yo me quedaré en casa, tal vez luego viaje a Londres, o a algún lugar como esos.

—¿Londres? —se sorprendió Dania—, es la primera vez que te oigo decir Londres. Creí que no te gustaba viajar porque no sabes el idioma. Eres pésima en eso.

Me quedé pensando. Era cierto. ¿Por qué me se me habría ocurrido pensar en Londres? No es como si tuviera mucho dinero para un viaje tan largo... Es una tontería.

—¿Hay alguien que te guste, Macky? —preguntó Emi, desviando el tema—, quiero regalarle algo a Carl, por navidad...

—¿Alguien que... me guste? —me detuve, miré mis zapatos.

—¡Ah, tan sólo regálale unos chocolates! —dijo Dania.

—¿Macky? —me llamó Emi, hice caso omiso. Ellas se detuvieron delante de mí.

Alguien que me guste... ¿eh? Creo que no había pensado nunca. Hubo alguien que me gustó en primer año de preparatoria, pero no me atreví a hablarle. A partir de ahí, pareciera que lo único en lo que me enfoco es en mis tareas de la escuela.

—¡Macky, cuidado! —escuché una voz particular, no era de ninguna de mis amigas. Una persona se aproximó a mí corriendo a toda velocidad, intentó detenerse, pero lo hizo demasiado tarde, pues chocó conmigo, y de esta persona emanó un glorioso aroma dulzón y suave. Caí al suelo y cerré los ojos. ¡¿De dónde había salido semejante persona que no ve por dónde corre?!

—¡Hey! —miré a la persona que me había tirado por accidente—, la próxima vez fíjate por... —callé. ¿Qué? ¿Qué había escuchado? 

«¿Él me llamó Macky?» Era un chico que no había visto jamás.

—¿Cómo supiste... mi nombre? —pregunté, mirándolo perpleja. Él extendió su mano para ayudarme a levantar. No tenía expresión en su rostro, pero me miraba con inmenso interés, no tardé en darme cuenta que yo lo miraba de la misma manera.

Tenía un rostro de preocupación, intentó encontrar la respuesta a mi pregunta, frunció el ceño. —Yo... Yo no lo sé —confesó, sorprendido por decir mi nombre, al igual que yo.

Tomé su mano para ponerme de pie. Quedamos frente a frente, con las manos estrechadas, que encajaban perfecto.

No le quité la mirada de encima. Él no hizo esfuerzo por desviarla. Y me sonrió, dejando ver dos hermosos colmillos detrás de sus labios.

—Qué ojos más azules —susurré.

Luego, dejó de sonreír para acercarse más a mí. Pareció haberse dado cuenta de algo.

—Perdón por el choque... —dijo, en voz baja, con la voz entrecortada, los ojos llorosos, y su mano no soltó la mía, estaba temblando—, mi nombre es...

 Y después... Como si fuese algún tipo de déjà vu:

—Hunter —dije yo.

«¿Por qué estamos llorando?»



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En el texto hay: celos, amor y amistad, amigo imaginario

Editado: 13.07.2018

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