#11

Nada había pasado a la velocidad que yo habría deseado que sucedieran las cosas después de todas las locuras que habían pasado en una sola noche, lo único que quería es que el tiempo se pasara lo más rápido posible, como aquellas veces en las que de un momento para otro, el día había terminado, solo quería eso para este momento, algo que no había sucedido en lo absoluto.

Pues las horas habían sido eternas para mi durante todo el resto de la noche, desde que el Ferry había llegado a tierra firme, hasta todo el trayecto al aeropuerto, el cual había sido posible trasportarme de un lado a otro en los brazos de James, quien se había encargado de mi cuidado desde que todo había sucedido, algo que me había ayudado a tener alejado no solo a Jungkook, con quien no había vuelto a hablar desde lo ocurrido y quien había mantenido la distancia de mi durante todo el trayecto, al igual que había sucedido con el resto de los chicos, quienes después de comprobar que me encontraba bien, habían concentrado su atención en sus vidas personales, algo que había hecho que las cosas fueran menos incomodas de lo que habían sido hasta ese momento.

Mientras esperábamos a que el vuelo saliera, el resentimiento y la culpa de la decisión que había tomado, se acumulaban en mi interior con intensidad, una que me abrumaba lo suficiente para querer salir corriendo de esta maldita pesadilla.

El vuelo de regreso a Corea había sido una verdadera mierda, no solo por el hecho de que Taehyung y Jungkook estuvieran molestos entre sí, trasformando completamente el ambiente dentro del avión durante todo el trayecto, agregándole el hecho de que la anestesia que me había sido suministrada horas atrás había desaparecido totalmente de mi sistema a mitad del vuelo, siendo remplazado por un dolor insoportable que apenas fui capaz de resistir hasta que aterrizamos.

En cuando habíamos llegado al aeropuerto lo único que me apetecía hacer era ir de una maldita vez al hospital para que pudiera desaparecer este dolor de una vez por todas para conseguir descansar todo el resto del día, si es que eso fuera posible, cosa que no podre hacer hasta que los chicos hayan subido a sus respectivas camionetas, para ayudarnos a dispersar a la multitud de chicas que esperaban detrás de las puertas de la sala de espera, en la que llevábamos casi una hora, esperando a que los chicos salieran.

—¿Te duele mucho? —Alan me pregunta con un tono de preocupación desde el otro sillón, al notar mi extenso silencio, ocasionado por el dolor que me invadía desde mi cadera hasta la planta de mi pie, asintiendo en respuesta al no ser capaz de responder —¿Quieres que nos vayamos primero? —Niego porque sabía que así no podían ser las cosas, no ahora que nosotros estábamos trabajando para ellos oficialmente.

No podía aceptar tal oferta por más tentadora que fuese.

—Estos son los horarios y eventos en lo que se presentaran los chicos próximamente —Me extiende Shin-jae, uno de los trabajadores de Bit Hit, el cual se encargaba de las actividades y los horarios respectivos de los chicos y con el cual había mantenido contacto desde el comienzo por esas mismas razones, y al que apenas soy capaz de corresponder a pesar de mi muy notable humor —Los ensayos empiezan en una semana, esperamos verlos ahí para que puedan grabar todo lo necesario —Nos informa lo suficiente alto como para que el resto de mi equipo, quienes siguen encargándose de conseguir buenas tomas de los chicos, quienes esperan impacientes sobre el resto de los sillones, pueda ser capaz de escuchar —Así que esperamos que puedan descansar un poco antes de continuar y que puedas tratar en su totalidad tu herida —Señala el vendaje que se encuentra sobre mi pierna, aquel que parecía no ayudarme en lo absoluto —El dueño de la empresa Bang Si-hyuk espera un adelanto del proyecto en una semana, sin más, es momento que nos retiremos —Nos informa antes de ponerse de pie dando luz verde a todos para salir de este maldito lugar de una vez por todas.

—¿Quieres que te ayude? —James se acerca a mí con una rapidez impresionante al ver la expresión de dolor sobre mi rostro, negando de inmediato, pues por más que me doliera quería hacerlo yo misma, no quería ser una molestia para los chicos, quienes sabía que tenían mucho trabajo por hacer a causa de mi estúpido accidente, trabajo que me pertenecía a mí, pero que ellos como siempre no habían dudado ningún segundo en ayudarme —Esta bien, si necesitas ayuda no dudes en pedírmela —Deja una última caricia, sin insistir, pues sabía que mi respuesta seguiría siendo la misma, tomando de nuevo su posición antes de que los chicos salieran de una vez por todas del lugar.

En cuando las grandes puertas se abren frente a la gran multitud de chicas, que gritan y se abalanzan hacia los chicos, que con ayuda de sus guardaespaldas y un par de seguridad del aeropuerto logran moverse en una fila y con una lentitud que llega a preocuparme, al notar lo incomodo que dicha acción hacía sentir a los chicos, y es que quien no se sentiría de esa manera, cuando un completo desconocido invadiera por completo tu espacio personal y agregándole aún más, el contacto físico no aceptado, obvio que todos no sentiríamos realmente incomodos en esa situaciones, pero aun así ellos mantienen en su rostro una expresión impecable y de vez en cuando se detienen a saludar y a recibir alguno de los regalos que extienden en su dirección.

Decido esperar en la parte de atrás un poco más de tiempo, antes de conseguir salir de la sala con pequeños saltitos, deteniéndome al mismo momento en que los chicos lo hacen al igual que el resto de chicas que no tardan en rodearlos, intento aprovechar el momento para tomar un par de fotografías con mi celular para poder capturar el momento, después de todo no podía sacar mi cámara en estos momentos y mucho menos en mi estado y sabía que esto vendría muy bien dentro del documental, agradeciendo por poder capturar el momento sin ninguna movimiento erróneo a pesar del estado en el que me encontraba.