#24

Jungkook.

El beso entre ambos se repite una y otra vez frente a mis ojos, la sangre hierve como hace unos minutos y me hace querer detener el auto para poder decirle todas aquellas cosas que moría por decirle pero había algo que me detenía de hacerlo y ese algo resultaba ser el hecho de que no tenia porque reclamar absolutamente nada, era consiente de ello, pero aun así no era capaz de controlarme cada vez que algo relacionado con ella me hacia perder los estribos.

Sobrepaso un par de autos antes de adentrarme en calles conocidas, aquellas que solía recurrir cada vez que me apetecía pasar tiempo solas en mi apartamento, aquel había adquirido un concepto diferente, aquel que me recordaba a ella con cada paso que daba y el que me había encargado de poner en subasta en cuando todo eso había pasado, una subasta que aun seguía en marcha y por consiguiente seguía perteneciéndome.

Saludo con un asentimiento al guardia de seguridad antes de que las puertas del complejo se abran frente a mi, adentrándome al complejo habitacional mas exclusivo que alguien podía conseguir y el cual me había encargado de comprarlo no hace mucho y que justo ahora me preparaba para venderlo por completo de una vez por todas a causa de ella, quien parece no tener ninguna intensión de moverse, no frente a mi, así que me concentro en estacionarme correctamente en mi lugar antes de apagar por completo el motor de mi auto dispuesto a confrontarla tal y como lo debí de haber hecho hace un par de kilómetros atrás.

—Baja —Le pido a pesar de que suena mas como una ordenanza a que como una acción antes de descender de mi auto, seguido por ella, quien acata sin decir ni una palabra —Vamos —Me encamino hasta el ascensor en el cual me encargo de teclear el código de acceso.

—Lo mejor es que me vaya —Sus palabras me toman desprevenido, tanto que a penas soy capaz de impedir que eso suceda, tomándola de una de sus brazos a pesar de la forma enfadada en la que me mira —No pienso volver a entrar en tu apartamento nunca mas — Deja en claro su postura, algo que honestamente yo no estaba dispuesto a negociar de ninguna forma, no hasta aclarar todas las cosas que inundaban mi mente.

Sus ojos se mantienen atentos a los míos y por mas que intento relacionarlos de una manera lejana a aquella chica de hace años que me robo el corazón con tan solo conocerla, lo único que logra es despertar recuerdos que honestamente no tenia ganas de recordar, recuerdos que aun dolían a pesar de todo lo que había pasado entre nosotros y que aun me negaba a aceptarlos por completo.

—No puedo dejar que hagas eso —Mi voz sale mas calmada de lo que planeaba, negando con mi cabeza para dejar en claro la situación de la que no estaba completamente seguro de cambiar —Tenemos muchas cosas que hablar —Actuó de una manera civilizada tal y como todo aquel que quisiera arreglar algo haría.

—Creo que no te ha quedado muy en claro algo —De un movimiento brusco se deshace de mi agarre antes de enfrentarme —Tu y yo —Golpea con un dedo mi pecho para dejar en claro sus palabras —No tenemos nada que hablar —Se toma el tiempo para que las palabras queden en claro entre nosotros antes de pasar por mi lado, cosa que me hace contenerme por un par de segundos antes de fallar y encaminarme hasta ella, deteniéndola poniéndola nuevamente sobre mi hombro sin darle oportunidad de defenderse, recibiendo los mismos golpes que sigo ignorando hasta estar dentro del ascensor, quien sube en cuando vuelvo a teclear el código —¡Eres un maldito demente! —Me grita en cuando entramos a mi departamento, asegurándome esta vez de que el ascensor no vuelva a bajar de ninguna manera, dejándola sobre el suelo  —¡Esto es un maldito secuestro, ¿lo sabes jungkook? —Le paso por alado para adentrarme en la cocina, tomando una de las pocas cervezas que me había encargado de dejar la vez pasada, dándole un gran sorbo mucho antes de que la lata salga volando de mis manos, por culpa de ella quien me mira con una mirada furiosa demostrando su verdadero estado de animo, aquel que parecíamos compartir después de mucho tiempo —¡Déjame salir de este maldito lugar! —Grita sin ningún tipo de impedimento para hacerlo, después de todo estábamos completamente solos.

Una palabra conformada por cinco simples palabras pero que justo ahora lograban tener un significado mucho mas importante del que podían llegar a tener.

—No lo hare —Intento mantener mi tono de voz —He dicho que tenemos que hablar —Me encamino hasta mi habitación en busca de un atuendo mucho mas cómodo del que llevaba o esa era la excusa que me daba a mi mismo para no afrontar aquello que debería de encarar.

—¡Eres un idiota! —No me da tiempo de detenerla  hasta que su mano abofetea con poder mi mejilla, quejándome un poco ante la sorpresa de dicho movimiento antes de intentar alivianar el dolor —¡Uno demasiado grande! —Intenta volverme a golpear pero soy capaz de detenerlo a tiempo, perdiendo todo tipo de paciencia.

—No vuelvas a hacer eso —Le advierto en un tono bajo intentando controlar la fuerza que imparto sobre su muñeca —Nunca mas, Xia Lin —Dejo salir su mano antes de poder arrepentirme rodeándola de nuevo para intentar salir de la habitación, deteniéndome en el umbral de la puerta.

—Te lo merecías —Sus palabras me hacen detener mis pasos —Has golpeado a alguien que no debería haber tocado... —Una risa irónica resuena por toda la habitación al escuchar sus absurdas palabras antes de encararla de nuevo.

—¿Inocente? —Pregunto con gracia sin poder creer el tipo de palabras con las que se ha referido a ellos —¿En verdad esta refiriéndote así del chico que te beso a la fuerza? —La gracias se va perdiendo en cuando el recuerdo vuelve.

—Quien dice que no he sido yo quien lo ha besado a la fuerza —Mi sonrisa se borra de inmediato y la paciencia es remplazado por una gran ira que se expande por todo mi cuerpo.

—Cállate —Susurro lo suficiente para que ambos podamos escuchar, intentando mantenerme a raya de toda esta locura que parece estar rodeándonos.