Capítulo 10

Nunew se rió entre dientes, cuando Zee puso la corbata roja sobre su cuello y la enderezó en él. Se puso sus jeans y subió el cierre de la cremallera. —Te ves bien en rojo —dijo mientras se ponía la camisa, y luego miró hacia atrás a Zee.

—Tú te ves mejor.

—¿Así que no te molesta que yo llegara a tu oficina y le dijera a Jessie que cancelara todas tus citas? — Nunew admitió que se sentía un poco nervioso por eso. Había sido bastante osado por su parte hacerlo.

Zee hizo bocina con las manos alrededor de la mejilla de Nunew. —No, en absoluto, Liebling. Tú puedes cancelar mis citas en cualquier momento que lo desees, siempre y cuando me traigas otra corbata.

Nunew podía sentir su cara arder. Agachó la cabeza. Tal vez James tenía razón. Tal vez podría hacer cosas que le gustaran a Zee con los fondos que tenía. Nunew sólo tendría que darles un giro a ellas.

—¿Te he dicho que necesito varios pares nuevos de bóxers? —preguntó Zee.

Nunew rodó los ojos. Podía oír la diversión en la voz de Zee, pero también podía escuchar la alegría. Agarró a Zee por la corbata y acercó su cara para un rápido beso. Tirando hacia atrás, él agitó sus pestañas a  Zee, coqueteando con él.

—¿De seda o de algodón?

—Bueno — Zee comenzó—, yo prefiero...

La explosión repentina de la puerta del despacho al abrirse, hizo que ambos, Nunew y Zee giraran alrededor.

Nunew apenas captó la visión de tres hombres corriendo en la habitación antes de que Zee se pusiera delante de él.

—¿Cuál es el significado de esto? —gritó Zee—. ¿Quiénes son ustedes?

—¿Zee Pruk Panich? —Un hombre comenzó—. Usted está bajo arresto por el secuestro y el asalto de Nunew Chawarin Perdpiriyawong. Usted tiene derecho a permanecer en silencio. Todo lo que usted diga puede ser usado en su contra en un tribunal de justicia. Usted tiene derecho a un abogado. Si usted no puede pagar uno, le será designado. ¿Entiende usted estos derechos que le he leído?

Nunew vio con sorpresa y horror cómo dos de los hombres esposaron a Zee y le leyeron sus derechos. Dio un paso adelante. —No, esperen, están cometiendo un error.

—Es necesario que dé un paso atrás, señor —dijo el oficial que le había leído los derechos a Zee—. Si no lo hace, será acusado de interferir con un oficial de policía.

—Pero usted no entiende —exclamó Nunew tratando de llegar a Zee—. Zee no puede haber... —Las palabras de Nunew se cortaron por un agudo pinchazo en la cara. Se dejó caer de rodillas. El intenso dolor que atravesó su cabeza golpeó el aire fuera de él.

Nunew escuchó el rugido de Zee. Oyó un choque, unos pocos gruñidos más y los sonidos de carne contra carne golpeando. Luego todo quedó en silencio. Nunew recuperó el aliento y levantó la vista justo a tiempo para ver a Zee siendo arrastrado fuera de la habitación. Su cabeza colgaba sobre su pecho y no parecía que caminara por su cuenta.

Nunew se puso de pie. Su mano cubrió su rostro herido. Echó un vistazo a la última persona en la habitación, la que parecía estar a cargo. —¿Cuál es su nombre?

—Detective David Kim —se burló el hombre—. ¿Cuál es su relación con el Sr. Panich? —preguntó el detective, que metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó una libreta y un bolígrafo. Él la abrió y empezó a tomar notas. 

—Tal vez debería haber investigado antes de irrumpir aquí y atacarnos —gruñó Nunew mientras se abrochaba la camisa. Miró al detective—. Está a punto de saber exactamente quién soy, y cuando lo haga, espero una disculpa por su parte y de su departamento. Entonces yo querré su placa.

—¿Usted quiere mi placa? —El hombre se echó a reír—. ¿Por arrestar a un hombre que secuestró y asaltó a un joven? Me merezco una medalla. ¿Tiene usted alguna idea de qué clase de hombre es Zee Pruk Panich?

—Yo sé exactamente qué clase de hombre es Zee Pruk — Nunew dijo con orgullo—.Yo estoy casado con él. 

Nunew se apartó del detective y salió de la habitación antes de que alguien pudiera decir otra cosa. Tenía que llegar a la estación de policía y sacar a su marido de la cárcel. Y luego iba a hacer arder el lugar en el infierno.

— Jessie, llama al abogado de Zee y dile que se encuentre conmigo en la estación de policía. Yo estoy yendo hacia allí ahora mismo. Y dile a Net que me espere con el coche en el momento en que esté en la planta baja.

—Sí, señor Panich—dijo Jessie, y enseguida agarró el teléfono—. Buena suerte, señor Panich.

—Yo no necesito suerte. — Nunew le guiñó un ojo a Jessie—. Necesito a Zee.

Nunew se apresuró a llegar al ascensor. En el momento en que las puertas se cerraron y pulsó el botón de la planta baja, Nunew sacó su teléfono celular y marcó el número de James. Se tocó el pie con impaciencia mientras esperaba que James contestara.

—¿Ya me extrañas? —Se rió James cuando contestó el teléfono.

—Ya basta, James —espetó Nunew—. Estoy en problemas y necesito tu ayuda.

—¿Qué pasa, hombre? —preguntó Nunew, su voz seria esta vez.

—Estoy en camino a la estación de policía. Necesito que nos encontremos allí. Zee ha sido arrestado. Te morirás cuando escuches el motivo: él ha sido arrestado por el secuestro y agresión de Nunew Perdpiriyawong.

—¡De ninguna manera! —exclamó James.

—Sí, así fue —dijo Nunew—, y el maldito detective ni siquiera sabía quién era yo.

—¿Crees que tu padre tiene algo que ver con esto?

—Oh, sí, sus huellas están en todo esto —gruñó Nunew. Las puertas del ascensor se abrieron. Nunew salió, asintiendo a Net cuando se puso a caminar junto a él—. Nos vemos allá, James. — Nunew cerró su teléfono y se metió en el coche, Net se deslizó a su lado.

—¿Qué te dijo Jessie? —preguntó Nunew cuando se giró para mirar a Net.

—Que algunos detectives llegaron y arrestaron a Zee.

—¿Eso es todo? —preguntó Nunew con sorpresa.

Net se encogió de hombros. —Ella tuvo una especie de histeria después de eso. ¿Puedo entender que hay más?