Sueco

Capítulo 59

Hortensia instintivamente se acercó a Lorena y la abrazó. Lorena respondió ese abrazo con uno más fuerte.

 

  • Está muy grave. Me dijo el médico que está en coma, está inconsciente y no se sabe cómo va a evolucionar. Las próximas horas van a ser vitales – dijo una acongojada Lorena a Hortensia.
  •  

Hortensia sintió como unas lágrimas se le derramaban sin poder evitarlas sintió como que le salieron naturalmente, sin pedir permiso. Ahí se dio cuenta que realmente lo quería a Carlos, tal vez no lo amaba pero si lo sentía mucho. También se sentía culpable por el ataque que había recibido.

 

  • Bueno, va a salir todo bien. Carlos es un tipo fuerte, sano. Va a salir adelante, vas a ver.

 

Lorena seguía aferrada al cuerpo de esa mujer que había estado acostada con su marido hacía apenas un puñado de horas. Ella no lo sabía fehacientemente, pero lo “sabía”, lo intuía y eso era más cierto que haberlo visto con sus propios ojos. Igualmente no se dejó llevar por la bronca que sentía por ella en ese momento, después de todo la única que estaba en ese momento haciéndole “le aguante” era nada más y nada menos que Hortensia, la amante de su marido, actual o en el pasado.

 

  • Eso espero, Hortensia. No sé cómo se lo voy a decir a los chicos. Estoy en shock, siento que estoy viviendo una película. Esto es un desastre, la inseguridad en este país es un desastre. Te apuñala un tipo a plena luz del día y en un bar rodeado de gente y nadie vio nada…
  • Ya lo van a encontrar. Hay que ver bien cuando la policía indague bien. Ese barrio está lleno de delincuentes, deberían ponerle una bomba y ya…
  • Yo no creo que sea ese barrio, está lleno de chorros y asesinos en todos lados. En la policía también…eso no me lo conto nadie, lo viví con Carlos…
  • Bueno…yo me voy para mi casa. cualquier cosa llamame. Yo mañana vengo…
  • Ok, Hortensia, gracias.

 

 

Hortensia se fue para su casa mientras pensaba en el pobre Carlos, pensó en ir al bar donde lo habían apuñalado pero sabía que no tenía sentido, y aparte una mujer sola en ese lugar no era muy conveniente. Cuando llegó a su casa, se fue a la habitación. Quería estar sola, y también quería hablar con Victoria sobre lo que había hecho, contratar a Carlos para que siguiera a Abel y a Lili, y también quería contarle lo que le había pasado a Carlos. Hortensia sospechaba de Abel, pero no que lo había apuñalado el directamente sino alguno de sus vecinos del barrio. Hortensia en un momento se quedó medio dormida, luego la despertó el ruido de llaves que venía de la puerta principal de la casa. Salió de su habitación y emito el nombre de Victoria bien fuerte…

 

  • Si, mamá, soy yo. Estoy re cansada.
  • Bueno, espera que bajo y te hago algo para comer, debes estar muerta de hambre.
  • Dale, ahí bajo y hablamos.

 

Cuando Victoria escuchó << Hablamos >> ya se imaginó algo pesado, denso. Fue a su habitación, se cambió y bajó a la cocina. Ahí la vio a su mama haciéndole un café con leche y un sándwich de queso. Esa imagen la retrotrajo a su infancia, recordaba las tardes que volvía del colegio y Hortensia la esperaba con chocolatada y galletitas. Muchas veces llevaba amigas para tomar todas la leche juntas. Hortensia sirvió el café con leche junto con el sándwich y se sentó frente a Victoria.

 

  • Espero que te guste, lo hice con todo el amor de madre…
  • Mamá…mama…de que querés hablar.
  • Viste que te conté hoy lo de Carlos…
  • Si…y ¿Cómo está?
  • Está en coma, inconsciente. No se sabe si sale de esta. Perdió mucha sangre. Tiene comprometido un par de órganos vitales…
  • ¡Qué mal! ¿y ya saben cómo fue?
  • Todavía no, fue en un bar en barrio pobre…ahí te puede pasar cualquier cosa…
  • Como en cualquier lado mama, no empieces.
  • NO empiezo, sigo…Yo lo contraté a Carlos…
  • ¿Lo contrataste..para qué?
  • Para que siga a Abel y a Lili. Y es lo que hizo. Y mirá como terminó. Tengo miedo, nena. No quiero que te pase nada, y a mí tampoco...Todavía estamos a tiempo.
  • ¡Siempre con lo mismo! Ya me tenés cansada mamá. Y no sé porque asocias el ataque a Caros con Abel y con Lili.
  • Yo creo que vio algo y Abel mando a uno de sus amigotes, no te das cuenta. Todo cierra. Algo estaban tramando y Carlos debe haber visto algo. Despertate, Vicky. No estés enceguecida por ese chico.
  • Y vos estas enceguecida por Lili, siempre le echas la culpa él nada más.
  • Yo le echo la culpa a él porque es hombre, tiene la fuerza y la maldad, pero la otra pendeja es la cómplice, son los dos iguales y no lo querés ver.
  • Me parece todo una pavada esto. El hacer seguir a Abel y a Lili, lo que decís de ellos. Estas segura de algo sin tener ninguna prueba, es todo sin ningún tipo de sustento…
  • Vos seguí pensando así. Seguí con ese chico. Sigamos con la otra villerita dentro de nuestra casa, un día nos vamos a despertar…bah…no nos vamos a despertar, vamos a amanecer muertas, envenenadas o acribilladas. Pero vos seguí con tu negación ante las cosas tan obvias, tenés todo frente a tus ojos y no lo ves…
  • Bueno, ya me cansaste. Me voy a mi habitación. A la hora de cenar bajo de nuevo.
  • Pensá, solo te pido que pienses…



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En el texto hay: policial, romance accion y drama, romance

Editado: 28.05.2018

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