Han pasado varios días desde que Chris y sus compañeros llegaron al reino de Heinburn, Hanna y Tsubaki estuvieron paseando por la ciudad para pasar el tiempo hasta la fecha del torneo, ellas dos se volvieron bastante unidas como para hablar abiertamente mientras que Guilian estuvo entrenando dentro del Coliseo, donde se llevarán a cabo los combates, pues muchos de los participantes, para procurar estar en las mejores condiciones, hacen combates de práctica en los últimos días antes del gran evento.
A un día del torneo, en una planicie a las afueras de la ciudad, Chris se encontraba entrenando con la abuela del joven herrero, una anciana de nombre Xian Tao, con la estricta política de mantenerse a 10 metros de distancia de ella por su “maldición”. Ella quedó algo impresionada con la facilidad con la que él grabó en su cuerpo los hábitos para percibir el ki con su cuerpo.
—Tienes algo de experiencia en esto. — dijo Xian Tao, siendo el primer cumplido hacia Chris —Entre más entrenado tengas el cuerpo, más fácil es despertar la noción del ki. ¿Quién te entrenó, niño?
Chris procura seguir las posturas, hacerlo de forma fluida, sin tensión en los músculos, manteniendo un ritmo constante en la respiración. “Sé como el agua, sin forma, en constante flujo y cambio”. A pesar de ser un adepto de Tierra tiene la facilidad de aprender muy rápido con su cuerpo.
—De hecho, entrené con dos maestros, quien me entregó la espada me enseñó a ser un guerrero. —contesta Chris mientras recuerda sus últimos cuatro años entrenando sin descanso —Mi segunda maestra me enseñó artes marciales, siempre me hizo hincapié en seguir el flujo del viento.
—«¿Cuatro años? Parece como si su cuerpo hubiera entrenado por décadas, y considerando lo joven que es reboza de fuerza vital, es más aterrador que esas criaturas de la noche.» —piensa Xian Tao al observar con mucho detenimiento a Chris —«Si llega a desenterrar los secretos del ki, será imparable, un verdadero monstruo.»
Habiendo entrenado durante días sin mucho descanso, sin su instructora practicando lo aprendido hasta hacerlo instintivamente, ella le da el visto bueno en que ha logrado “percibir” el ki, a duras penas, pero aún está lejos de “usarlo” y Chris se va corriendo a inscribirse a primera hora en la mañana de la competencia. Sus compañeros se sorprenden al verlo hecho un desastre, ni siquiera la ropa estaba aseada y de inmediato Tsubaki le lleva a los baños del Coliseo para que se asee y dé una buena primera impresión.
Las aguas calientes relajan sus músculos desgastados y mientras tanto, comienzan las eliminatorias. Debido al número alarmante de participantes se decidió dividirlos en bloques de 100 personas y que los ganadores se batan en duelos 1 contra 1 hasta llegar a la cima. Chris, Guilian y Tsubaki quedaron en bloques distintos entre los 8 en total. Otra regla es que no se está permitido a los participantes ver los otros combates, ni siquiera en las eliminatorias.
Apenas habiendo empezado el baño, Chris no se preocupa de llegar tarde pues su bloque es el último y entonces, un enorme tremor se siente por toda la estructura, incluso erizó la piel de Chris mientras se secaba el cabello. Combate campal del primer bloque, todo el público quedó boquiabierto al presenciar una victoria aplastante, apenas transcurrido un par de minutos el campo quedó calcinado y todos los adeptos quedaron en terribles condiciones mientras se alzaba un hombre con una expresión que dice “no vale mi tiempo” en toda la cara.
El locutor anuncia la primera victoria de las eliminatorias, el hombre de cabello negro, ropas del Oriente y una irónica mirada que helaría la sangre de cualquier guerrero experimentado, según su forma de inscripción, por los datos ingresados, se grita a los cuatro vientos: Adepto de Fuego, uno de los Seis Lords, Puño de Dragón Ryuken.
Toda la gente empieza a descontrolarse al saber que uno de los seis adeptos más poderosos del mundo, tanto individual como colectivamente, está justo en el centro con la intención de pelear. De inmediato resuena por todos lados las cornetas con una tonada característica, la reina, Alice Heinburn XVI, les dirige unas palabras:
—De haber querido hacer destrozos como Volt simplemente lo habría hecho, pero incluso ahora siguió el reglamento del torneo y acata el código de los guerreros, por lo que sus intenciones las reconozco como no hostiles. Ahora mismo solo es un guerrero en busca de un oponente digno. —la voz de la reina alcanzó a todos sus súbditos, quienes se han tranquilizado un poco.
—«Esa mujer, me da mala espina. Su flama interna es inusual, como si no fuera siquiera humana; y su voz me da repelús, me dio una mala vibra al recorrer mi cuerpo, algo oculta.» —analiza Ryuken al ver a la reina desde el centro de la arena.
Y con ello la gente se queda especulando mientras aquel hombre se retira a su camerino a esperar su siguiente combate.
Veinte minutos después se anuncia el ganador del segundo bloque y la gente queda emocionada, Alexander del torbellino, discípulo de Faust, uno de los seis Generales Imperiales. A diferencia del anterior combatiente, éste tenía una buena reputación para los habitantes de un reino que es aliado del Imperio. Se lleva a cabo la reparación de la Arena y de inmediato comienza el enfrentamiento del tercer bloque.
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Editado: 11.07.2023