Summer

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Salimos caminando de la institución con mis papeles de inscripción y uniforme de deporte en mano, Mis padres me indicaron que cambiarían su destino hacia la antigua primaria en donde mi madre solía trabajar.

-Girasolito ¿Por qué no te vas caminando a casa?- Indico mi padre con cariño mientras me entregaba todas las cosas. –Tu madre y yo necesitamos ir a resolver algunos asuntos de trabajo-

Definitivamente no me sentía de acuerdo con que mi padre trabajara debido a su enfermedad, pero si esto era lo que a él le hacía feliz no me quedaba nada más que apoyarle.

-¿Están seguros que no necesitan que los acompañe?- Di la prima excusa que se me ocurrió para no quedarme sola. La verdad ni siquiera tenía la más mínima idea de en donde me encontraba parada.

-No te preocupes querida, nosotros tenemos algunas muchas cosas que resolver – Mi madre coloco su mano en mi hombro como si hubiese adivinado lo que realmente estaba sintiendo – Regresar  a casa no te será tan difícil, solo deber caminar derecho algunas cuadras hacia abajo y la recordaras fácilmente, Recuerde el enorme árbol de Cecis que esta en nuestro jardín.

-Pero Ma…

-Summer no te preocupes por perderte, aquí estamos en un vecindario seguro- Reitero mi madre mientras me quitaba el cabello de la frente para peinarme lo cual me hiso alejarme un poco pues la verdad me daba un poco de vergüenza de que los otros chicos jóvenes se burlaran por esto.

-Está bien, Me iré a acompañar al abuelo- Respondí mientras me alejaba caminando para cruzar la calle y alejarme.

La verdad estaba tan concentrada observando hacía en frente que no me di cuenta cuando dos motocicletas pasaron a toda velocidad y casi pisaron mi pie, Por suerte papa jalo hacia atrás justo en el momento preciso.

-¿Hija estas bien?- Pregunto preocupado mientras me observaba de arriba abajo buscando algún tipo de herida. Yo estaba en Shock, me sentía asombrada. La verdad ni siquiera tenía palabras por lo cual simplemente dije que si con mi cabeza.

-¡Tontos mocosos!- Dijo mi madre enojada mientras los observaba estacionarse en toda la entrada del lugar – ¡Creen que están en una autopista y no se dan cuenta de lo peligroso que puede ser para otras personas!- Se quejaba mientras levantaba el puño en forma de reclamo.

Yo levante poco a poco la mirada y comencé a darme cuenta de que los gritos de mi madre estaban comenzando a hacer efecto pues la gran mayoría de las personas estaban observándonos fijamente, incluyendo los dos chicos de las motocicletas quienes aún tenían puestos sus cascos. Yo estaba comenzando a sentirme bastante avergonzada e incómoda por las miradas mientras mi madre seguía dándole un sermón a toda la juventud.

-Silvia creo que ya entendieron querida- Mi padre se acercó hacia ella para colocar la mano en su hombro.

-No entiendo qué clase de padres dejan que sus hijos manejen motos a altas velocidades arriesgando la vida de los demás, me parece increíble sinceramente-

-Te entiendo Corazón, pero ya basta, Summer va a comenzar a estudiar en esta escuela mañana y no queremos que se sienta avergonzada por los demás – Mi padre como siempre me entendía un poco más – Mira que todos nos están observando-

Mi madre se quedó en silencio por unos segundos hasta que camino hacia mí para colocarse lo suficientemente cerca como para protegerme

-Creo que mejor te acompañamos hasta la casa-

Caminamos por aproximadamente unos minutos hasta que mama y papa pudieron dejarme para su tranquilidad en la puerta de nuestro nuevo hogar, pues al parecer había fallado en mi primera prueba de cómo cuidarme sola en esta ciudad por lo cual ahora nunca me dejarían andar sola por ningún lugar.

Cuando entre a casa pude darme cuenta de que el abuelo había intentando organizar algunas que otras cajas, pero que su vejez y cansancio le gano rápidamente puesta estaba sobre acostado roncando sobre uno de los sillones de la sala mientras la televisión estaba encendida.

Yo sonreí un poco y decidí irme rápidamente hacia mi habitación para hacer algunas cosas y luego bajar a ayudarle, Por supuesto no me fui sin antes sacar mi teléfono móvil y grabar un poco la situación para enviársela a mi padre y que se riera conmigo.

Al entrar a mi habitación nuevamente sentí aquella sensación de vacío, y es que la verdad no me gustaba para nada ni siquiera el color. Así que pronto buscaría la manera de hacerle algún tipo de arreglo para sentirme un poco más en casa.

Luego de dejar mis cosas encima de la cama me dirigí hacia la cocina para comenzar a hacer el almuerzo, quería recibir a mis padres con una gran sorpresa para que solo llegaran a descansar. Sabía lo difícil e importante que era para los dos encontrar un empleo rápido y rogaba de todo corazón que la suerte estuviese de su lado. Pues el dinero era algo de vital importancia para poder salvar la vida de mi padre. Probablemente al conocer un poco más la ciudad yo podría buscar la manera de ayudar con algún empleo de medio tiempo. Me la pasaba evaluando posibles situaciones para poder contribuir con la importante causa que ahora atormentaba mi familia.

Cuando termine de almorzar comencé a terminar de desempacar varias cosas y así acomodar nuestro nuevo hogar, estuve aproximadamente unas 4 horas en esto, cosa que sinceramente me agoto. Para cuando el abuelo despertó de su larga siesta ya yo había terminado de desempacar más de la mitad de las cajas.

Estuvimos sentados en la sala compartiendo historias sobre la abuela y comiendo galletas con leche hasta que comenzó a anochecer. Fue entonces cuando decidí subir a mi habitación y esperar a la llegada de mis padres mientras pensaba en posibles situaciones en la escuela al día siguiente.

Necesitaba no llamar tanto la atención de las personas, pero también necesitaba hacer amigos. No quería ser la nueva rechazada ni tampoco que alguien buscara la manera de querer molestarme. Me preocupaba el estilo de vida que llevaban las personas en este lugar. Era mucho más libres y extremos a lo que normalmente yo estaba acostumbrada. Entre pensamiento y pensamiento fui cerrando poco a poco mis ojos hasta quedarme profundamente dormida con la lámpara de mi mesa de noche encendida. Cuando unas horas después abrí mis ojos por unos segundos para percatarme de cualquier situación me di cuenta de que ya Papa o mama la habían apagado y también me habían colocado una sábana para protegerme del frio. Nuevamente me quede dormida hasta la mañana siguiente.




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