—¡Arriba! ¡Arriba! ¡Arriba! —gritaba el nuevo líder a quien ni siquiera conocía.
Subimos corriendo a la nave, nuestros pasos hacían eco con el catallum. Nos ubicamos en las skyflys que estaban ya designadas a cada uno.
Estas naves se caracterizaban por tener un suave tono plateado, unas ventanas oscuras y misiles balísticos acoplados a la parte inferior bajo los alerones. A pesar de que la mía estaba en buen estado dudaba que fuera nueva ya que presentaba algunas fisuras no muy bien repuestas.
—Prepárense, la nave nodriza ya va a despegar —se escuchó de un megáfono.
Me instalé en la pequeña nave, unos minutos después todo empezó a temblar fuertemente. Por las ventanas podía ver a mis compañeros conocidos y desconocidos aferrarse a sus naves como lo hacía yo. El temblor cesó, mis manos pegados al una de mis manos que descansaba en mis piernas empezó a elevarse. No me había acostumbrado a la falta de gravedad.
—¡Equipo! —habló a la radio el líder—aquí Josh el líder, informo que atravesaremos el agujero de Lorentz en setenta y cinco horas y estaremos en Litlán en otras veinte más. Según tengo entendido ellos tiene una barricada en el satélite por lo que emboscaremos por allí.
—¡Si señor! —respondimos al unísono.
Me encerré en mi cápsula, hasta que pasara el tiempo.
...
Escuchaba un pitido, abrí los ojos viendo como el vapor de la cápsula se escapaba. Algo mareada me ubiqué de nuevo en mi silla y me puse el micrófono en el oído.
—¿Alguien me escucha? ¡Equipo, estamos por llegar al agujero!
La nave dio una fuerte sacudida seguida de varias pestañeadas de luces, me invadió una sensación de vértigo desagradable.
Después de los segundos cruciales los botones en mi skyfky volvieron a encender y la zarandeada se detuvo.
Por precaución, las naves nodrizas ya estaban provistas de mejoras para evitar cualquier fallo al atravesar los agujeros de gusano así que por lo pronto todo estaba en orden. Solo teníamos que esperar las veinte horas restantes.
Por la ventana observé a los demás bajando de sus skyflys y conversando entre ellos, yo tampoco iba a quedarme encerrada así que los imité.
Debo admitir que caminar en la base de los skyflys me daba cierto temor, tenía la impresión de que en cualquier momento el portón iba a desplegarse y quedaríamos varados en el espacio.
—No te preocupes, no caerás—, escuché al frente, ahí estaba Phillip saliendo también de su skyfly, supongo que mi nerviosismo fue notorio. Dio unos pasos hacia mi —¿Lily, podemos olvidar todo lo que sucedió y empezar de nuevo? Alex quiere hablar contigo al respecto.
Respondí con una sonrisa, realmente extrañaba a mis mejores amigos. Aunque en este momento recordar las últimas palabras de Phillip me llevó a pensar en que tal vez, tal vez no pueda ver de la misma manera a Alex cómo lo hacía antes.
—Ambos son mis amigos y los Super Humanos más cercanos que he tenido así que al ver que te alejabas y rompías el corazón de Alex me puse de su lado. Después de analizar más a fondo me doy cuenta de que él debió de ser honesto contigo —. Sus palabras mostraban arrepentimiento.
—Yo...me siento mal Phillip, alguna vez alguien que quise mucho se fue y rompió mi corazón. Siento mucho haber lastimado a Alex.
Ese alguien era mi abuelo, la mejor persona del mundo entero.
Volviendo a la realidad Phillip y yo nos abrazamos, como dos mejores amigos al encontrarse después de un tiempo.
Alex se acercó a nosotros, no lo había visto pero era seguro que ya hubiera escuchado nuestra pequeña charla.
—Ustedes dos tienen mucho de que hablar —aseguró Phillip y se alejó hacia su nave.
Alex fingió una sonrisa, su mirada era triste.
En este momento no sabía que decir o como debía actuar, mis temores se hicieron reales ya que no podía verlo más como mi mejor amigo.
—Oí lo que dijo Phillip, soy un imbécil. Eres libre de amar a Trevor o a quien quieras. Por mi parte prometo no volver a hacer un berrinche cómo el que hice y...lo lamento.
Sus palabras más que sinceras sonaron seguras, reemplazó su sonrisa por una expresión seria.
¿Y si por esto perdía su amistad? ¿Por qué tenía que ser él?
Desearía saber más sobre el amor, tener experiencia pero sobre todo entender mis sentimientos.
—Yo también lo lamento, Alex no amo a Trevor, él es solo mi...amigo—contesté en voz baja —. Alex... tú y yo seguimos siendo amigos ¿cierto?
Asintió, de nuevo dibujó una sonrisa en su rostro.
Después de todo suena absurdo pensar en el amor en estos momentos donde se supone nuestra única y mayor preocupación debería ser enfrentar a esos seres extraterrestres. Es un momento desafortunado.
—Debo irme, adiós —se despidió.
—Adiós.
Resolví volver a mi nave para poder hacer tiempo hasta la llegada pero entonces en el camino me topé con él. ¿Que hacía Trevor aquí si él no fue elegido?
Se encontraba distraído limpiando una extraña arma que nunca había visto. Tenía la forma de un pequeño cilindro oscuro con algunos destellos plateados.
Me acerqué a él más por la curiosidad de saber qué era lo que tenía en las manos.
—¿Qué es?
Levantó la cabeza ligeramente.
—Un Stait, dispara rayos gamma.
—Nunca los había visto —repliqué mientras mis ojos recorrían hasta el pequeño cañón del objeto.
—Es porque son prototipos, Antón estuvo trabajando en ellos.
Me vino a la mente las palabras de Alex, ¿yo enamorada de Trevor?
—Eh...tenía entendido que no habías sido elegido junto a Scarlett y Louis.
—Necesitaban rellenar algunas filas y me apunté —respondió frotándose la cabeza.
—Y...bueno, la última vez que nos vimos dijiste que había algo que no me imaginaba. ¿Puedes decirme qué es?
—Espera unas horas más Lily, podrás verlo con tus propios ojos.