Suplantacion: Comienzo Oscuro

Capítulo 5. LA CONFRONTACION

Danilo, al no haber recibido el currículum, decidió dirigirse directamente a la agencia de empleos en busca de respuestas. No obstante, se encontró con una desagradable sorpresa: Gaby, la persona enviada como reemplazo de la psicóloga, que había cancelado a último momento, carecía de experiencia y no poseía título universitario.

Su disgusto se profundizó, calificando su actuación como negligente e inaceptable. Los asesores se disculparon, explicando que, según algunos colegas, Danilo Montalbán era conocido por su rigidez y exigencia, lo que los llevó a enviar a Gaby como una solución temporal, mientras buscaban un reemplazo adecuado.

Danilo quedó insatisfecho con esa explicación. Su principal queja residía en que la agencia había decidido enviar a su casa a alguien sin experiencia, sin referencias y a quien ni siquiera conocían, cuando él confiaba en su profesionalismo. Su disgusto era tan profundo que llegó incluso a amenazar con demandarlos para evitar que continuaran actuando de manera tan negligente con sus clientes.

Se dirigió directamente a casa, con la firme intención de descargar su furia en Gaby, y se encontró con que ella, ya se había ido. Su juicio estaba nublado por su enojo, y no pudo apreciar el informe positivo del segundo día, brindado por Clemencia.

Ni siquiera tenía su número de teléfono, aunque despedir a alguien por ese medio, no parecía apropiado. Podría pedirle a su chofer, Álvaro, que lo llevara a su casa, pero algo en su interior le impidió tomar esa decisión. Confiaba en sus instintos y, en esta ocasión, decidió que sería mejor hablar al día siguiente. No podía ignorar el hecho de que Mateo la había aceptado.

Al día siguiente, Danilo aguardaba con impaciencia a Gaby, ansioso por confrontarla sobre lo que había descubierto, deseando dejar en claro que no permitiría que nadie se burlara de él. Había reorganizado su jornada en la oficina para disponer de más tiempo en casa y poder hablar con ella. Mientras la esperaba, repasó mentalmente todas las razones que le llevaban a confrontarla.

Clemencia tenía instrucciones de llevar a Gaby a su estudio cuando llegara. Lo que pareció una larga espera, finalmente llegó a su fin cuando, de pie en el centro de la oficina, la vio entrar. Con una expresión de disgusto, sin saludarla, Danilo comenzó a decir:

  • Me enteré de que no tienes estudios profesionales -le recriminó Danilo-. Me engañaste, pensé que eras una persona honesta.

Gaby, sorprendida pero serena, respondió:

  • Nunca te mentí; no preguntaste directamente y simplemente lo omití. Lamento que llegaras a conclusiones erróneas.

Danilo, sin dejar de mostrar su disgusto, contraatacó:

  • No erróneas, tú sabías perfectamente que no estás calificada y era uno de mis requisitos; insistí en tener tu currículum.

Gaby no respondió y lo miró avergonzada, reconociendo que era cierto.

Danilo continuó:

  • Anoche regresé temprano a casa para tener esta conversación y resulta que no me esperaste, por lo visto, saliste corriendo. Entonces, ¿confirmas que sabías y me manipulaste?

Gaby lo admitió con sinceridad:

  • Está bien, lo reconozco, no te esperé precisamente porque pensaba que me preguntarías.

Danilo, mostrando sarcasmo, preguntó:

  • Y qué se supone que debo hacer, ¿felicitarte por reconocerlo?

Gaby respondió de manera humilde:

  • No, lo siento, solo estaba tratando de ganar tiempo. Quería que vieras que puedo ayudarte con Mateo y, lo más importante, ayudarlo a él.

Danilo, queriendo obtener respuestas, cuestionó:

  • ¿Por qué estás tan segura?

Gaby explicó con confianza:

  • Imagino que Clemencia te ha contado que ha comido bien, se ve tranquilo y no me ha echado de su habitación.

Danilo reflexionó sobre estas palabras, sin poder refutar la verdad en ellas. Gaby continuó:

  • Obviamente no pretendo presentarme como una persona idónea, solo te pido la oportunidad de ser su niñera. Creo que puedo interactuar más con él, que tú también puedas volver a acercarte y, quién sabe, hasta lograr que salga de su habitación. Esto como una solución temporal, para allanar el camino hacia la ayuda profesional que cumpla con tus requerimientos.

Danilo, queriendo obtener más información, cambió su tono:

  • Primero, dime qué te ha dicho y cómo has logrado llegar a mi hijo.

Gaby, consciente de la importancia de sus palabras, respondió con cautela:

  • Perdona, confía en que no es nada malo. Más adelante te explicaré.

A pesar de su falta de educación formal, Gaby demostraba un fuerte carácter, manteniendo una mirada firme y directa. Danilo, al observarla más detenidamente, se preguntaba en silencio cómo esta joven había conseguido ganarse la aceptación y la confianza de su hijo en tan poco tiempo. Definitivamente, no le recordaba en absoluto a su madre; habría entendido si físicamente fueran similares y, por esa razón, su hijo habría sentido cierta empatía.




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