5. Reencuentro y disociación

Hoy en día las comunicaciones globales hacen que las noticias corran de manera diferente. La tecnología celular y el internet permiten que las noticias se conviertan en un reguero de pólvora que puede cubrir todo el mundo en cuestión de segundos, pero hace 10 años esto no era tanto así. 

2 meses después del incidente de la familia Larner, ocurrió un hecho aislado en EE.UU en una zona prácticamente deshabitada, con esto nos referimos a que en un radio de unos 10 kms. debían haber a lo mucho unos 200 habitantes, la mayoria viviendo en haciendas o rancherías.

Los pobladores de esa zona aseguraron haber oído durante una tranquila noche fresca, una fuerte explosión que se pudo escuchar y ver con claridad a pesar de la distancia.

Aunque las teorías varían bastante, la mayoría de versiones coinciden en que la explosión fue en un área de difícil acceso, de nulo tránsito de personas, debido a que no había caminos o casas, vaya ni siquiera un lugar para estar cómodo por una muy cerrada vegetación, nadie de los habitantes cercanos tenían idea de quién era el propietario de esos terrenos. La casa más cercana a donde ocurrió la supuesta explosión, estaba ubicada a unos 6 kms del lugar y estaba habitada por una pareja de personas de la tercera edad, era una propiedad muy rústica de madera, ubicada en una zona descubierta y con poca vegetación. Ellos son los que dieron la versión más extendida de lo que pasó.

De acuerdo con la versión que dio la pareja de ancianos, ellos disfrutaban de una tranquila noche durmiendo, cuando de pronto un fuerte estruendo los despertó, al asomarse por la ventana, pudieron ver a la distancia y con poca claridad debido a la hora y sus problemas de vista, un fuerte resplandor de color amarillo anaranjado, que sin lugar a dudas era fuego.

Aunque esta situación no era tan alarmante ya que como lo comentamos, la explosión estaba lo suficientemente lejos de su hogar y en un área despoblada, si fue para por lo menos tratar de asegurarse de que ninguna persona hubiera salido lastimada.

A pesar de la distancia, el estruendo se acompañó de una onda de aire que levantó una nube de arena que impactó contra la frágil casa de madera.

El tremendo ruido de la explosión hizo que los animales domésticos de su propiedad se volvieran completamente locos, la longeva pareja tenía un pequeño perro quien hacía las funciones de guardián, el cual aullaba y se veía bastante nervioso. 

Según la versión de ambos, el resplandor del fuego duró alrededor de 15 minutos, ellos aseguraron oír gritos y ruidos de desesperación, todo derivado de dicha explosión, de los cuales no podían asegurar que fueran de humanos o animales.

El señor al que nos referiremos como “J” para guardar su identidad, comentó que luego de que cesó el fuego, tomó su camioneta y se acercó al lugar para ayudar con algunos botes de agua que previamente llenó en su casa.

Al llegar se dió cuenta que no solo el fuego había sido extinto en su totalidad si no que además ya había unas personas limpiando toda el área afectada.

Según sus cálculos, el rango de zona quemada sería de alrededor de 200 mts. a la redonda, bastante área para un simple accidente automotriz.

Ya había ahí un equipo completo de algunas 20 personas limpiando la zona afectada, los cuales se movían en camionetas grandes de color negro, todo sin logotipos o algún sello en particular.

Los trabajadores iban vestidos con overoles blancos de seguridad y mascarillas completas de oxígeno. Algunos de ellos notaron la presencia de “J” en el lugar, pero siguieron con la limpieza sin detenerse para saludarle o preguntar que estaba haciendo ahí.

“J” se dió cuenta de que su ayuda no era requerida y se retiró del lugar sin dar mayor importancia al asunto, por lo que optó por dar la vuelta para irse a descansar.

Al día siguiente las noticias del suceso estaban a la orden del día, la señora “M” esposa de “J” se levantó al ver que había varios vehículos afuera de su propiedad, intentando averiguar qué fue lo que había sucedió, “M” avisó a “J” que tenía que salir a ver lo que estaba pasando. “J” salió a hablar con los vecinos y todos se abalanzaron sobre él para preguntarle donde había ocurrido el incidente y que había sucedido, “J” contó todo lo que vió apenas unas horas atrás y tomó su camioneta para guiarlos hacia el lugar del misterioso acontecimiento. 

Para sorpresa de propios y extraños, al llegar al lugar y estacionarse exactamente en el mismo sitio, se dieron cuenta de que no había absolutamente ningún rastro del acontecimiento de la noche anterior, ni una sola hoja quemada, ni un solo cadáver, ni huellas de humo en las rocas, vaya ni siquiera huellas de las camionetas que estuvieron ahí durante la noche, los habitantes comenzaron a creer si lo que vieron y oyeron en realidad pasó o todo fue una confusión derivada de algún fenómeno meteorológico.

Todos volvieron a sus hogares confundidos y la mayoría optó por cerrar el tema.

¿Qué es lo que une la loca historia del primer capítulo de la familia Larner con la que acaban de leer?

Así es, por increíble que parezca y a pesar de que las zonas, las fechas y las condiciones no coinciden, el protagonista de ambas historias es la misma persona.

A un par de kilómetros del lugar, justo en la dirección contraria a donde vivía “J” fue localizado el cuerpo de un pequeño niño con muy débiles signos vitales, al parecer, había logrado arrastrarse del lugar de los hechos con las pocas fuerzas que le quedaban hasta un punto de sombra bajo un arbol.

El cuerpo estaba cubierto por unas vendas ya bastante desgastadas y sucias, tal vez para el lector que ha atendido la historia desde el principio sepa bien de que se trata, sin embargo esto al nunca haber sido un evento público, carecía de sentido para cualquier persona que lo viera por primera vez.

 Obviamente que esto no tiene ninguna lógica, porque para el punto que se encontró, 4 días después del incidente, el cuerpo presentaba un evidente deterioro, pero además no había consumido ningún tipo de alimento o bebida durante todo ese tiempo, por lo que sería impensable que siguiera vivo para estas instancias.