💀 TIERRA 💀
Los pequeños gemelos Larner están cumpliendo años de edad y sus felices padres van a hacerles un pequeño festejo, para esto, la orgullosa madre ha comprado un rico pastel de chocolate con cobertura color celeste, ha adornado todo el lugar con globos y papeles de colores, ha colocado cubreasientos del mismo color del pastel y sobre todo y más importante, ha gastado una fortuna en un traje especial de silicón texturizado, con un aspecto muy similar al de un humano común, para su hijo menor.
Este nuevo traje luce bastante real y contrasta fuertemente con sus horribles máscaras anteriores, sin embargo, si le pusieran la atención necesaria se darían cuenta que la mirada vacía y la falta de expresividad en el rostro, provoca en quien lo ve un terrible efecto de incomodidad.
Para este punto el niño ya puede moverse por sí solo en silla de ruedas, todos han notado que se le dificulta hablar, aunque hace algunos sonidos extraños, de cualquier forma logra comunicarse.
Mientras jugaba con 2 luchadores de plástico en la estancia de la casa y lucía su horrendo traje nuevo de humano, la mamá lo contemplaba orgullosa, notaba que por momentos se quedaba quieto viendo al infinito, este nuevo tic le sucedía a menudo, era como si por unos segundos se desconectara del mundo.
Mientras eso sucedía, su mamá se preguntaba qué podría estar pasando por la cabeza de su pequeño hijo, que travesuras y ocurrencias se estarían dando lugar en esa pequeña cabecita.
La realidad es que en esa pequeña cabecita había solo un pensamiento típico de un niño de su edad: el de realizar un magnicidio.
No quiero que se malinterpreten las intenciones del pequeño espectro atrapado en el cuerpo humano de un infante.
Realmente sus intenciones no son las de hacer el mal; deben entender que la muerte se ve muy distinta desde la perspectiva de una raza espectral cuyo modo de vida es el de llevar almas a su reino, para nosotros los humanos ésta es el final de la existencia, para ellos es el inicio, para los nuestros un fallecimiento es un terrible castigo que de alguna manera purifica la memoria del que se va, sin embargo, para los suyos la muerte es una salvación del castigo de vivir en la tierra.
Así como un vendedor vuelve a casa feliz de haber cerrado un jugoso trato, para el cazador de almas no hay nada más satisfactorio que encontrarse con algún despistado que viaja a gran velocidad y no se puso el cinturón de seguridad.
Sin embargo para Supro, la captura de almas era algo más, era algo artístico, un ritual sagrado.
Cualquier cazador de almas podría romper los frenos para ocasionar un choque o facilitarle un arma a algún estudiante de EEUU, pero en la opinión del pequeño recolector, eso era para idiotas, para él, una muerte tenía que ser consecuencia de unos sucesos aparentemente aleatorios tan sutiles, que todo en conjunto pareciera una simple coincidencia.
Y era por ese ferviente compromiso hacia su ideal de lo que se llamaría un “crimen perfecto” que había planeado de manera sumamente minuciosa lo que sería su primera captura de un alma después de un largo tiempo.
Dado que estaba impedido, sabía que no podía hacer mucho con sus capacidades motrices, pero su intelecto estaba intacto, sabía que si se lo proponía, podría hacer algo bastante decente, aunque lamentablemente nadie más pudiera apreciarlo.
Después de revisar todas las posibilidades se dio cuenta de que solo necesitaría de un dulce y uno de sus muñecos de juguete para llevar a cabo su plan.
Comenzaron a llegar los invitados y el pequeño lucía muy atento estudiándolos uno a uno, su presa debía tener ciertas características que aunque eran específicas, no serían difíciles de encontrar en aquel grupo de personas.
Entre aquella pequeña multitud, el pequeño vio a un joven alto y esbelto, era un contador exitoso divorciado, amigo de la familia, que llevaba a su hija de 3 años al evento, respondía al nombre de Edgardo.
A pesar del terrible aspecto de la máscara inexpresiva de látex que llevaba puesta nuestro protagonista, si se alcanzaba a percibir una ligera mueca de satisfacción por haber localizado a la que sería su nueva víctima.
Detalló en segundos un plan muy simple, pero muy detallado en tiempos, espacios y sobre todo ejecución, Supro, a pesar de su muy corta edad, era un maestro de este arte milenario.
La fiesta transcurrió con normalidad, los invitados iban llegando poco a poco, hacían juegos y se divertían, todo marchaba a la perfección.
Angelique era sumamente cuidadosa de su jardín por lo que la fiesta era sin zapatos, no había riesgo porque el césped de Angie (cómo le decían cariñosamente) estaba impecable, una superficie tan perfectamente plana en la que no había una sola hierba en los casi 60 m2 de área verde.
Comieron pastel y finalmente vino la piñata, este era el punto de entrada del pequeño semi muerto, Supro fue sumamente atento y se situó a un costado de la mesa principal, desde ahí podía observar la escena con cautela, comenzaron a pegarle a la piñata uno a uno, el pequeño debía esperar el momento justo para accionar su plan.
¿Han escuchado la frase que dice que “la vida se nos va en un segundo”? Bueno, pues en este caso y para ser justos, al incipiente cazador de almas le tomaría 15.
Voy a detallar lo mejor posible para que puedan entender lo sencillo y a la vez complejo del plan.
El menor en cuestión sacó el dulce y lo arrojó cerca de la pequeña hija de Edgardo, la cual al pensar que éste provenía de la piñata, se lanzó disparada a recogerlo, al realizar esto la niña se puso en riesgo de recibir un golpe en la cabeza de parte del niño que estaba en turno de la piñata en ese momento, perdón por hacer tanto énfasis en la precisión que había que tener en esto, pero era sumamente importante que la niña estuviera en riesgo para que el padre saltara por ella.
Al rescatarla pisó con el pie descalzo el juguete que Supro había puesto intencionalmente en su camino, al hacerlo soltó a la niña y comenzó a cojear mientras tomaba su pie dañado con ambas manos, era difícil andar con un pie con buen equilibrio, por si esto fuera poco, su pierna de apoyo se trabó con una manguera que estaba puesta de tal forma que al pisarla se enredaría a su pie y con ello perdería el equilibrio de manera contundente.
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Editado: 31.08.2024