Surprise me!

~ Confesiones

POV: Allison.

— Está bien Sandy — suspiro. Ella sigue mirándome indecisa, pero al final repite mi acción.

— Beatriz siempre ha estado detrás de Isaac, pero justamente cuando ellos empezaron a hablar, apareciste tú — dice a secas. ¿Es en serio?

— Se conocen desde colegio e incluso cuando Isaac comenzó a hablarte, ella iba a buscarlo a nuestra casa, hasta que Isaac le dejó en claro las cosas y desde ahí Beatriz está resentida — hace una pausa — Aunque ayer que vino a visitarlo, Isaac me pidió que me retirara y cinco minutos después Beatriz salió — comenta dudosa. Inmediatamente dejo de comer.

— Estaba molesta, no hacía falta preguntarle, pero aun así, escuché que vendría hoy — finaliza y siento que fueron las ganas de comer.

— Pues que bueno, porque yo pasaré el resto del fin de semana aquí — comento para terminar con mucho esfuerzo mi comida.

— Lo sabemos, por eso les hemos traído varios juegos de mesa para que se entretengan — dice Sandy con una sonrisa.

— Gracias por eso, y por cierto, ¿cómo se encuentra Gina? — pregunto por la pequeña de la familia. Sandy suspira cortamente y junta sus manos.

— Quiere quedarse todo el día a lado de Isaac, pero no es admitido y apenas llega a casa pregunta a cada rato cuando volverá — Sandy frota sus manos, mirando a otro lado.

— Oh, me imagino, realmente ama mucho a Isaac — murmuro terminando de comer. Enseguida nos levantamos para volver a la habitación.

Ingresamos para encontrarnos a un Isaac en silla de ruedas con otra bata y el cabello húmedo. Esther me sonríe y la enfermera nos mira.

— Síganme por favor — murmura la enfermera y emprendemos la caminata hasta el jardín. Hay pocos pacientes por la hora y también por el clima: caluroso.

— Cualquier cosa, estaré en recepción — dice la señora antes de retirarse. Isaac sonríe de lado cuando aparezco frente a él.

— ¡POR TODOS LOS CIELOS! — alza la voz Esther, mirando el reloj de muñeca que posee.

— ¡CIERTO! ¡Nos tenemos que ir! — acota Sandy igual de alarmada que su mamá.

— ¿Por qué? ¿Está todo bien? — interrogo confundida. Isaac y yo tenemos el mismo semblante.

— Hay que recoger a Gina, además, llegará la tía Tatiana, así que nos retiramos — comenta rápidamente Esther, para luego acercarse y dejar un beso en mi mejilla.

— No duden ni un segundo en llamar si pasa algo — dice Sandy antes de adelantarse a la salida, tomada de la mano de su mamá.

— Cuídense, mañana vendremos temprano — finaliza la señora Burrell para luego irse a paso apresurado.

Isaac y yo nos miramos, encogiéndonos de hombros.

— ¿Y qué tal estuvo el almuerzo? — pregunto brindándole una pequeña sonrisa.

— Terrible, pero ya viste que me lo acabé todo y encima hoy pude ducharme a gusto, eso sí, con la ayuda de mi mamá — comenta sobándose un poco el cuello, mientras sus mejillas se sonrojan. Únicamente me dedico a aguantarme la risa.

— Pero ahora, puedo disfrutar del sol y no de ese tétrico cuarto — enseguida alza su cabeza para recibir el sol en todo su rostro.

Lo miro. Admiro cada una de sus facciones, y sin remordimiento, puedo decir que es guapo. ¡MALDITA SEA ISAAC! ¡ERES DEMASIADO GUAPO!

— ¿Quieres sacarme ya la foto? ¿O voy a seguir posando para que me pintes en un gran cuadro? — pregunta mirando hacia mi dirección.

— No creo que sería una buena idea la foto, pero si insistes — lo molesto un poco. Me entrega su celular. Lo miro loca.

— Este es mi mejor ángulo, asegúrate de capturar bien mi rostro — murmura para luego posar. Pone pico de pato y cierra los ojos.

Río rápidamente y enseguida poso junto a él imitando su mueca.

— ¡Listooo! — anuncio entregándole su celular. — Ya se le envié a Sandy para que le muestre a Ginny — murmuro sonriendo. Isaac inmediatamente abre sus ojos y revisa veloz su Whatsapp.

— ¡Qué mentirosa! ¡Ahora por ese chiste la enviaré a tu mamá! — murmura fingiendo disgusto. Abro los ojos y cuando quiero quitarle el celular, ya es tarde. Incluso había mandado la foto a su grupo familiar y a mi.

— ¡Se acabó el tiempo! ¡Hora de regresar a su habitación! — dice la enfermera avanzando hacia nosotros. Isaac enseguida toma mi mano.

— Llévame tú — susurra y asiento. Pero ni se crea que se va a quedar así.

— Si me permite, lo llevaré yo — digo cuando la enfermera ya está con las manos en la silla de ruedas. Asiente pero no se va de nuestro lado.

Cuando llegamos a la habitación e Isaac está de nuevo recostado en su cama, la enfermera se retira. Me cruzo de brazos, mientras niego con la cabeza.

— Ginny dice que nos vemos muy tiernos en la foto — murmura Isaac extendiendo su celular hacia mi cara.

Leo el mensaje e increíblemente, sonrío. De verdad que se veía muy linda y chistosa la foto.

— Mamá dice que ocupemos el rompecabezas que ha traído, ¿Puedes traerlo? — interroga poniendo un puchero en sus labios.

Me levanto y enseguida recojo lo pedido. Ambos observamos la portada: Era un rompecabezas de Rapunzel de 200 piezas.

En ese momento me quería reír escandalosamente, pero Isaac se me adelantó.

—  ¡OUUUUUUUUUUCH! — se queja por el brusco movimiento.

— ¿Estás bien? — interrogo, limpiándome las lágrimas de tanto reírme.

— Sí, no te preocupes, ahora preguntaré que ha pasado — responde poniendo una sonrisa burlona en sus labios, tecleando rápidamente en su celular.

Ni modo, comienzo a acomodar el rompecabezas en la mesita donde traen la comida. Sí, así de multiusos es para mi.

— Escucha esto — comenta Isaac, poniendo play al audio enviado.

"Yo lo elegí porque ese era el que construíamos juntos, así que disfrútalo con Allie"

Claramente era la voz de la pequeña Ginny. Isaac y yo sonreímos y comenzamos a armarlo.

(...)

— ¡Esa pieza va ahí! — exclama Isaac cuando ve que recojo la antepenúltima pieza del rompecabezas.




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