Querida alma gemela, el viento sopla suave, llevando mis palabras hacia ti. Son susurros que anhelan encontrar eco en tu corazón.
Te escribo desde lo más profundo de mi ser, confianda en que estos versos te alcancen. Pienso en ti a cada instante, añorando el tacto de tus manos, el calor de tu mirada, la melodía de tu risa.
Quisiera que este poema fuera un barco de papel, navegando por los meandros del tiempo y la distancia, para llegar a tus manos y recitarte cada línea como si fueran besos suaves sobre tu piel. Anhelo el día en que podamos estar juntos, entrelazar nuestros dedos, fundir nuestras almas.
Hasta entonces, guardo celosamente estos versos, que son el reflejo de mi amor infinito.
Tuya, por siempre.