Suzy

¡SORPRESA!

 

Llegue a mi habitación muy nerviosa. miraba aquella fascinante caja tallada a mano, estaba sola con el objeto sin saber qué hacer, aquel espacio estaba lleno de tristezas y angustias; me acerque lentamente a descubrir lo que contenía, busque la manera de como abrirla, hasta que la encontré. Cuando lo abrí, mis ojos quedaron maravillados ante tanta hermosura que emana del interior, es difícil de explicar, pero haré mi mayor esfuerzo. Había un grandioso atrapa sueños de hermosos colores y muchos cristales que colgaban de él. En ese instante sentí como cambio el ambiente de la habitación, de cómo un momento a otro la tristeza y la angustia se marcharon, y en Lugar de eso se llenó de colores, alegría, y esperanza; seguí buscando en aquella caja y encontré un sobre con mi nombre, tenía dentro una nota y un collar con un cristal igual que del atrapa sueños. Me lo puse frente al espejo y una sonrisa se dibujó en mi rostro. De pronto escuche que me llamaba mi madre, baje presurosamente y un grito me sorprendió.

- ¡SORPRESA!, Escuche. Era mi única mejor amiga y mis padres felicitándome por mi cumpleaños. Los miré y dije - Gracias pensé que no lo recordaron_ pregunté a mi mejor amiga, ¿cómo había llegado? ¿Cómo sus padres la dejaron venir sola?, Gabi sonrió y respondió

- Eso es parte de la sorpresa, también me mudo con mi familia a esta ciudad; por cierto, que hermoso collar ¿quién te lo dio?_ yo solo callé.

Me abrazo tan fuerte que sentí como mis huesos se iban a romper; ella es lo opuesto a mí, la alegría desborda de su ser, incluso puedo decir que es la persona más querida en nuestra antigua escuela y yo era pues la de atrás, éramos amigas desde los 3 años ya que su padre y mi padre son socios y amigos de la universidad. En fin, ella es una gran chica, aunque algo espesa y cariñosa para mi gusto, pero aun así no le quitaba las grandes cosas que hizo por mí. De pronto dijo.

- ¿Suzy? ¿Suzy? ¡Aun no me dijiste quien te regalo ese collar!

En realidad, no sabía si contarle, era mi mejor amiga y entre nosotras no había secretos. Pero también sentía curiosidad por lo que esa señora me había dicho, una pregunta rondaba en mí, era contarle o no contarle el origen del misterioso collar.




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