Capítulo adicional.
Tener sueños y no poder cumplirlos es lo peor que puedas creer o vivir.
Si bien nuestros deseos son hechos precisamente para ser imposibles, deberíamos, aunque sea, tener la valentía de poder cumplirlos, pero si bien conocemos al ser humano, y sabemos que en la primera caída dejamos de luchar, ¿por qué soñamos realmente?
Otra cosa que el ser humano hace principalmente como si la vida dependiera de eso, es descubrir quiénes somos. Es gracioso, ya que de pequeños esto no se nos pasaba por la cabeza, pero cuando empieza la adolescencia, divertidamente sentimos un vacío llamado por los psicólogos "crisis de identidad".
Nos refugiamos en nuestros debuts o hobbies como pueden ser el dibujo, el canto, el baile, todo aquello relacionado con el arte, ya que el individuo tiene la necesidad de recrearse con algo que nos apasione verdaderamente.
Pero, ¿qué sucede cuando tu deseo es ser director de una escuela secundaria? Llena de reglas y perfección, con una reputación firme y fina la cual se debe cuidar.
Y si bien, este deseo se crea por el despecho de tu familia y la creación de poca felicidad, nuestra definición de Mei Stone está hecha, ¿no lo crees?
Mei conoció a Rose en un parque y a la misma vez se conocieron de casualidad cuando entraba a su casa.
Ambas historias muestran caminos diferentes, solo por el hecho de que se conocen de edades diferentes. En una de ellas, Mei ya tiene su deseo fijo, mientras que en el capítulo anterior, su único deseo fue creado en su infancia al conocer a Rose, el deseo de protegerle se creó de ese modo.
Las cosas pueden cambiar de una manera algo incomprensible, pues Rose en esta historia no tiene padre y su madre es alcohólica.
— ¿Quién serás en el futuro? — Preguntó Rose, quien se encuentra con su cabeza recostada sobre el regazo de la chica de ojos miel.
— ¿Quién debería ser? — Preguntó Winter son una sonrisa, mirando el atardecer.
Rose conoció a Winter cuando llegaron a la preparatoria, en su primer año de esta, logró conectar con esta chica en un instante. La academia Stone logró cambiar su vida con facilidad.
La familia Stone, había adoptado a esta pequeña chica al conocer de su historia después de encontrarla en el parque, sola.
— Más bien, ¿por qué no estás con Mei ahora? — Preguntó Winter mirando ahora con Rose.
— Hmmm... — Dudó Rose. — Al parecer está algo ocupada con el consejo, no quiero molestarla.
— ¡Es su aniversario, chica! — Recordó Winter con una cara burlona.
— ¿Cómo va a estar esa congelada haciendo algo tan inoportuno en un día así?
Rose le sonrió y miró el atardecer. — Ella quiere ser la directora de esa academia, Winter. — Dijo pausadamente. — Ella necesita esto y yo lo respeto totalmente.
El volverse una persona sumisa y agraciada era lo más extraño que logró en su transcurso, pues bien, en su infancia esta pequeña alocada, lograba hacer su gran show cada día en el lugar que, en ese entonces, llamaba hogar.
— ¿Cómo sería si nuestra historia fuese diferente? — Preguntó Rose levantando sus manos al aire y levantándose.
— Hoy estás muy preguntona. — Dijo burlonamente Winter.
— Probablemente, tu vida sería acogedora con tu madre y Mei tuviera una vida tan miserable que considere el suicidio. -
— Cierra la boca, Winter. — Dijo Rose empezando a caminar en dirección a su casa.
Winter carcajeó y tapó su rostro.
— Y a mí me gustaría Mei secretamente. — Dijo a Rose con cierto recelo. — Y Zuri sería un diablillo. — Rose sonríe con lo último.
Su vida no era mala, y con lo dicho por Winter, sabía que podría ser peor.
— Estoy en casa. — Informa Rose a la casa vacía de los Stone, o eso creía ella.
Rose quería ser escritora y Mei directora de su prestigiada academia.
— Bienvenida. — Dijo Mei sujetando su cintura, a sus espaldas.
Rose le sonrió como cuando eran pequeñas, Mei hizo lo mismo.
— ¿Cuál es tu regalo para mí? — Preguntó Mei en su oído con suavidad.
Podía ser una historia diferente, incluso su historia podía acabar mal.
— Preferiría que el tuyo furese primero. — Murmuró Rose con sus ojos cerrados.
El final de una historia es lo que todo autor tiene definido. Esta historia ha tenido un fruto diferente al que he deseado, pero al final, es la misma expectativa.
— Te amo, Rose. — Dijo Mei.
— También te amo, Mei. — Correspondió Rose.
Y esta vez, no era una mentira como lo pudo haber sido.
Y en el último día, fue el último sentimiento.
— Despierta, Rose.
O tal vez sí lo fue, no todo es como lo deseamos.
Sus ojos se abrieron con miedo.
Esta era la realidad.
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El hubiera es la peor decisión que alguien pueda tomar, ya es algo que no sucedió y no sucederá. Puedes encargarte de tu vida, puedes hacerla un hábito o hacer algo innovador cada día.
Te doy la oportunidad de comenzar con tu historia de ahora en adelante, y por favor, no la dejes morir, lucha por ella.
SWEET DREAM.