MORFEO

Noches despierta, sin poder dormir, sin poder cerrar los ojos, pensando en tus cosas, en cosas que deberías haber hecho, o simplemente en cosas que te gustaría hacer. Noches simplemente donde lo único que puedes hacer es pensar. A veces pienso el por qué me costara tanto dormir, porque no soy capaz de que Morfeo llegue y me lleve a mundos lejanos en los que pueda salir de aquí, de este lugar donde muchas veces  lo único que hace es hacer daño, aunque se he hay muchos en los que nos hace reír y ser felices, porque sí, los hay, pero simplemente vemos los negativos, aunque deberíamos aferrarnos a lo bueno, a lo que nos ilumina, pero es algo inevitable, irrefrenable.

Esos momentos en los que te quedas esperando a Morfeo, ves como el tiempo pasa lento, como si se riera de ti, cada segundo pasa más y más lento, y no puedes evitarlo. Tu mente te juega una mala pasada, no te deja descubrir un mundo nuevo, juega contigo, y lo único que puedes hacer es esperar.

Muchas veces me pregunto, ¿por qué la solución de todos nuestros problemas es el tiempo y esperar? ¿Por qué no simplemente viene todo cuando queremos que llegue? A veces el mundo es cruel, nos hace esperar a que llegue el momento que estamos esperando, el momento perfecto, aunque muchas veces ese momento no llega, el momento de llegar a unos objetivos o simplemente llegar a cumplir nuestros sueños. Sé que muchas veces esperar es bueno, se dice que el tiempo lo cura todo y pone a todos en su lugar, y hay momentos en los que se cumple, pero muchas veces el tiempo te mata, la espera te mata, porque ves que no llega nunca ese momento, es como si no llegaras a esa luz que hay al final del túnel, en el que andas y andas, pero nunca llegas y cada vez te parece más lejano.

Por lo que cuando no puedes dormir, estas despierta esperando a que los sueños te hagan abandonar el mundo real, te sientes agobiada o incluso frustrada, porque ves que nunca llega, y lo único que haces es pensar, pensar y más pensar, y las horas pasan, los minutos pasan, los segundos pasan sin querer, sin poder evitarlo, queriendo que llegue el momento, el momento de abandonarte al mundo de los sueños, de escapar de la realidad. En ese momento te sientes atrapada, sin escapatoria, sin salida porque tu mente se ríe de ti, haciendo que recuerdes cosas que no quieres, mostrándote cosas que no deberías haber hecho y que ahora te hacen sentir culpable, enseñándote el mundo que sueñas que puede que incluso nunca logres alcanzar. Y sí, a veces nuestra mente, aunque somos nosotros realmente, nos jugamos malas pasadas. Y por eso en esas noches sin poder dormir muchas veces lo pasamos mal, queriendo salir.

Hasta que al final, sin darnos cuenta, Morfeo llega, no le vemos llegar, pero ahí está, y sin esperarlo caemos rendidos al mundo de los sueños. Alcanzamos lo que queríamos.

Aunque no me guste la espera, aunque el tiempo me juegue malas pasadas, todo llega en algún momento, solo hay que esperar a que el momento llegue. Como cuando no podemos dormir, que esperamos a que Morfeo llegue y nos salve de la realidad, y nos permita soñar.