Carrie venia de allí por allá atendiendo a Harry. Ya era el tercer día que estaban pasando en casa de Carrie y Marie se alegraba mucho de que poco a poco, gracias a sus debidos cuidados, Harry ya estaba mejorando.
Marie le ayudaba en lo que podía a Carrie en cuanto a cuidar a Harry y también en algunas tareas. Marie solía contarle historias a Harry en las últimas tres noches. Carrie le había contado a la muchachita que cuando Harry era pequeño le encantaban los cuentos de hadas originales, sin censura ni nada de esas cosas; Así que Marie en las noches, cuando notaba que Harry estaba plácidamente dormido, empezaba a contar aquellos relatos con gran gozo y un poco de melancolía.
Carrie había terminado de hacer el desayuno de Harry.
- Marie, preciosa.
- ¿Qué pasa señorita Carrie?- Pregunto Marie mientras terminaba de colocar unas flores frescas en el florero de la cocina.
- ¿Podrías ayudarme a...?
- ¿Llevarle el desayuno?- Interrumpió completando la frase ansiosa.- ¡Claro que sí!
La niña corrió rápido a la mesa tomando la charola con cuidado. La acomodo de tal forma que incluso el jugo de naranja estaba completamente seguro. Subió las escaleras con precaución, al llegar a la puerta noto que esta no estaba cerrada, si no emparejada.
Resoplo de alivio.
Paso de lado abriendo la puerta. Harry estaba allí, sentado y mirando a la ventana. Marie lo miro por unos segundos de tal forma que se empezó a poner nerviosa, pero a un nivel que solo Harry podía provocar.
Volteo y sus ojos se encontraron en un esperado encuentro. Una sonrisa se dibujó en el rostro del Joven.
- Buenos días Annie.- Dijo aun con su sonrisa y con basta alegría.
- Hola Harry.- Respondió alegremente Marie pero, muy internamente, bastante nerviosa.- Traje el desayuno.
El joven contemplo el contenido de la charola desde la cama. Marie se sintió muy tonta al notar que se había quedado allí parada. Avanzo con cuidado dejando la charola en la mesita de dormir.
- Gracias.
- No es nada Harry.
Un gran silencio permaneció en el cuarto mientras Marie acomodaba los cubiertos para la comodidad de su compañero. Harry solo la observaba indeciso.
- Annie.
- ¿Si?- Contesto Marie de una manera sorprendida.
- Yo...
Unos golpes provenientes de la puerta de la entrada interrumpieron su plática. Harry y Marie intercambiaron miradas confundidas.
- ¿Qué desea? - La voz de Carrie se hizo presente. Tan tranquila y serena como siempre.
- Carta especial.- Una voz varonil respondió al cuestionamiento.
Marie corrió hacia la puerta de la habitación asomándose desde allí mismo buscado una respuesta.
Carrie abrió la puerta. Un hombre delgado con barba un tanto extraña se apareció delante de ella. Tenía un traje purpura con un sombrero del mismo color, todo su conjunto detallado con adornos plateados y dorados. Su brazo derecho detenía una gran trompeta que enseguida hizo sonar al momento de que Carrie y el cruzaron miradas.
- ¿Carlota Britzgerald?
-Soy yo.- Declaro Carrie.- ¿Qué desea?
- Ha sido invitada al baile anual para celebrar el cumpleaños de sus majestades, el rey Ryu de las tierras del norte y la reina Ameliana del sur.
¿Baile? ¿Rey Ryu y reina Ameliana?
Marie volteo a ver a Harry. Estaba igual de sorprendido que ella, pero el no solo estaba asombrado, se le notaba molesto.
"Avellana" pensó Marie inmediatamente.
- Su esposo la espera cordialmente.
¿¡Esposo!? Ese momento no podía ser más confuso.
- Los detalles aquí.- El hombre le extendió un pequeño sobre blanco con un sello rojo que tenía una flor imperial grabado en él.
- Muchas gracias buen caballero.- El hombre dio una reverencia despidiéndose y marchándose.
La puerta se cerró.
Marie volvió a mirar a Harry, pero este se notaba bastante decepcionado como para mirarla a los ojos.
Antes de que se diera cuenta, Carrie entro al cuarto con el sobre abierto sobre sus manos. Su rostro se notaba bastante petrificado.
- Dime que no iras mujer.- Dijo Harry bastante molesto.- Hace años que tú y el viejo no se ven y ahora cree que puede invitarte a un baile real como si nada hubiera pasado.
- Silencio Harrison.- Sentencio Carrie con algo de enojo mientras leía el contenido de la carta.
Al terminar de leer, miro a Harry con tranquilidad y determinación.
- Sabes muy bien la razón por la cual el dejo de venir y comunicarse conmigo.
- Y ahora te invita a un baile donde esa misma razón está presente.- Harry estaba tan enojado que por poco se cae de la cama.- La peste real estará allí presente.
- No hables así de mi esposo y de los reyes.- Proclamo Carrie ya algo molesta.- Twist te enseño muchas cosas, entre ellas uno de tus sueños, ¿Y así hablas de él?
Marie retrocedió unos pasos asustada. El Harry de hace unos días había regresado, y Marie odiaba a ese Harry.
- Nada es como antes muchacho, ya no eres un niño. Durante toda tu vida has estado terco a una idea errónea en cuanto Avellana.
- Lo dices porque son amigas y porque tu esposo trabaja para esa bruja.- Harry se cruzo de brazos retraído.