Sytus

Capítulo 1

Allí estaba, atemorizada y a punto de colapsar, no lograba observar nada más allá de aquellos bosques y edificios flotantes alrededor de un infinito vacío incoloro. El aire me ahogaba a voluntad, cada sensación impregnada azotaban contra mi estabilidad, no podía pensar, no lograba hacer ningún movimiento.

—Otra vez sucedió —dije, mientras con dificultad intentaba despertar—. Aquél sueño siempre recorre mi mente, no comprendo qué objeto tiene.

«Cada mañana siempre despertaba con el único deseo de no volver a soñar con lo mismo, o al menos lograr entender lo que significaba».

Pasados unos minutos, Me levante. comencé con mi rutina diaria, siempre asegurándome de que cada cosa estuviese limpia y en orden dentro de casa, por supuesto, antes de salir al trabajo.

Cada mañana al terminar mi rutina, me despedía de Orión, mi querido amigo, mi gato y mi único compañero de casa

—Tendré que irme —dije, mientras le daba un cálido abrazo y una tanda de besos—. Me es difícil estar lejos de ti, y sé que en ti sucede lo mismo pero volveré pronto, te amo.

«Siempre mantuve un vínculo inigualable con mi Orión, pues siempre me trajo alegría, compañía y una ayuda muy especial. A su vez, él me trae muchos recuerdos sobre mi difunto amigo de la infancia, la existencia de Orión y su sola presencia hace que sienta aún estoy protegida por él, me hace sentir que de alguna forma que vive en mi amigo de toda la vida».

Al inicio de mi jornada laboral, no tuve ni idea, lo que estaba a punto de suceder, las vueltas que la vida me haría pasar, un cambio, recuerdos y una luz en mi interior comenzaría a florecer. Llegó un punto en el que estaba subiendo a mi lugar de trabajo por aquellos pasillos en gris, la típica oficina "cuadrada", un hombre bastante alto, parecía un personaje caza alienígenas, lo único que lo distinguía era que su traje era gris, hacía juego con la empresa.

—¿Quieres saber sobre el Sytus? —me preguntó con un tono sarcástico-. Sé que tienes preguntas, te puedo proponer un trato. 
—Disculpa, creo que no te conozco —Un escalofrío pasó por todo mi cuerpo—. Esta situación me da mala espina, me gustaría saber, ¿quién eres? 
—Lo importante no es quién soy, si no qué puedo ofrecer —Frunce el ceño—. Te podría ofrecer una tarjeta con la que me podrías contactar.

—Lo miré durante unos segundos antes de tomar la tarjeta y me fui en silencio—.

«Mientras me alejaba, lo escuché decir: "la falta de información suele provocar insomnio", éso me dejó perpleja. Ahora tenía incluso más preguntas que en la mañana».

Pasadas unas horas culminé con mi trabajo y salí como de costumbre. Mientras iba camino a casa, entre pensamientos, dudas y teorías en base a aquél hombre de gris, llegué a una conclusión; tener información realmente haría de mí descanso algo más tranquilo, y además podría esclarecer aquellas dudas, aquellas que desde mis años tiernos han generado interrogantes.

A la luz de la luna, un camino solitario, decorado por árboles a cada lado formando arcos, un cielo despejado repleto por cuerpos astronómicos, un espectáculo sin duda, como danzar tu canción favorita en tu lugar feliz.

Estuve a punto de llegar a casa, sin presagio percibí gritos a lo lejos, parecían ser de una niña, por instinto o quizás por mal obrar de el destino, fui directo hasta el lugar dónde aquellos gritos secos y desgarrados me llevaban. Sentí una necesidad inexplicable de salvar a lo que yo asumía era una niña.

Bajé por una antigua estación de trenes guiada por aquellos despavoridos gritos. En frente encontré una puerta oscura, notablemente deteriorada; pude percatarme de manchas rojizas, estas asemejaban provenir de un humano. Pequeñas manos y arañazos estaban plasmadas en aquel pavoroso escenario.

—¿Hola? —pregunté con tonalidad baja —. Puedo ayudarte, no tengas miedo voy a sacarte, te llevaré a un lugar seguro.

«Los gritos cesaron, sentí que algo no estaba bien, algo iba a suceder, una presión muy fuerte estaba presionando mi pecho, me costaba respirar y sentía más frío de lo normal, solamente pensamientos negativos pasaban por mi mente como si de flashback se tratase».

—Sólo hallarás perdición —susurró una voz siniestra sollozando—. Cada paso es una petición de muerte, vete. ¿Acaso anhelas que esta sea tu tumba?

En cuanto escuché ésto huí tan rápido como pude, tropezando ente escalones, el horripilante sentir me provocó una total descoordinación. Al salir, comencé a llorar, mi fuerte y agitada respiración provocaban dolores en mi pecho, y mientras ésto sucedía, escuché algo detrás de mí.

–Ya no hay forma de revertirlo—.

—Espera —Grité—.

«Al mismo tiempo sentí un golpe, mi vista quedó nublada». 



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En el texto hay: magia, recuerdos borrosos, paranornal

Editado: 29.04.2022

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