Habían transcurrido un par de días desde que Kay había sufrido el ataque de la perla, si es que lo podemos llamar así.
Todo este tiempo había estado en cama, sin poder moverse en lo absoluto.
Ya que yo fui la que lo encontré, era mi responsabilidad cuidarlo. No tuve más opción que avisarle a Alessandra para no preocuparla, y para tener ayuda, ya que yo sola no podría. Esto de cuidar a otros es una tarea complicada.
Menos mal que su madre estaba dispuesta a ayudar, lo cual me quitó un gran peso de encima. Para no preocupar de más a Kaly, Alessandra se ocupó de explicarle, de tal manera que ella no preguntaría por Kay durante un tiempo. Aunque creo que, si le pregunta a su hermana, le dirá toda la verdad.
Espero que ella no nos arruine todo.
La mayor parte del tiempo estoy sentada junto con él, esperando a que despierte. No siento culpa, ya que no he hecho nada malo, pero sí duda.
Sé que este no es momento para dudar, pero no puedo dejarme de preguntar algo. ¿En verdad lo amo?
Sí, puede que el amor sea el sentimiento más fuerte que pueda sentir una persona hacia otra, pero, ¿no tiene fecha de caducidad? Digo, si no has visto a esa persona durante tres largos años, ¿deberías sentir lo mismo que en el pasado?
Mientras vivía sola, leí muchas historias y novelas románticas. Algunas eran fantásticas, otras, predecibles, pero algo que tenían en común, era que, con el pasar de los años, y sin importar la distancia o cuánto tiempo se hayan separado, siempre permanecía el amor mutuo.
Claro, esta no es una de esas novelas, esta es la realidad, lamentablemente.
Creo recordar el haber escuchado a Vanessa hablar sobre su amor por alguien. Según ella, habían pasado años, e incluso siglos desde la última vez que lo había visto.
Con eso, me pregunto si esto es una idea mía. Me gusta ser sincera, pero, creo que tendré que mentir un poco por mi propio bien.
Soy egoísta y solo pienso en mí, posiblemente. Mis padres nunca se alegraban por más logros que obtenía, así que nunca me sentí querida.
Tal vez es por eso que me quiero aferrar a Kay, ya que fue la primera persona que me amó de verdad, que se preocupaba por mi sin importar lo que sucediese. Yo era feliz, él era feliz, hasta que llegó ese día en que nos separaron.
Se fue tan rápido como llegó, y sin dejar rastro de que existió.
La única persona que me apreciaba, fue separada de mí.
En mi desesperación, traté de aferrarme a la imagen que tenía en mi mente de él, para sobreponerme a lo que me sucedía. Tres años completos en una habitación oscura, siendo golpeada casi todos los días, y con el peso de que pude haber hecho más. Nadie soportaría tal cosa, pero yo lo hice.
Pensaba en volverme a encontrar con Kay, lo deseaba fuertemente.
Pero, todo eso se destruyó en el momento en que lo volví a ver. Él ya no se acordaba de mí, no quedaba ningún rastro de sus sentimientos de hacía tiempo. Incluso, era una persona completamente nueva con una vida, de la cual, yo no formaba parte.
Es por es que digo que esta no es una historia de amor.
Traté de obtenerlo para mí, ya que en mi mente existía una imagen de lo que él era, y no podía aceptar su yo actual Tenía que regresarlo al tiempo en que estábamos juntos, hacerle recordar todo lo que sintió por mí.
Esa única persona que me había comprendido, está actualmente acostada en una cama, desconectado de esta realidad.
¿Es esto lo que yo quería?
No, en lo absoluto.
Yo tan solo quería hacerlos sonreír.
Sin importar lo que haga, la historia se repetirá. Esa será mi condena.
No estoy destinada a ser feliz. Mi madre tenía razón, soy un demonio. No debí nacer.
Tan solo mi muerte dejaría de causarle problemas a los que me rodean. Pero no soy lo suficientemente valiente para suicidarme. ¿Qué puedo hacer entonces?
Junto a mi cuello está el relicario de mi madre. Lo tomo y observo la fotografía. Nos veíamos como una familia feliz, sin preocupaciones. Tal vez esa fue la única vez en la que mi madre sonrió.
No le guardo rencor, en lo absoluto, pero no tengo motivos para verla como una buena persona. Me trató como una basura todo el tiempo, al igual que papá. No entiendo qué los llevó a comportarse de esa manera conmigo. Sé que no era igual al resto, era superior, esto me lo dijo Vanessa.
¿Qué tengo que hacer para que ella me acepte?
Recuerdo que ella era una gran fanática de ese evento llamado el Juego, y su equipo favorito era el Azul, causándole problemas con mi padre debido a la apariencia del Rey Azul. Él, por su parte, apoyaba al Rojo. Nada los haría más felices que ver a su hija ganadora, eso estoy seguro.
Entonces, si quiero hacerla feliz, tendré que ganar a toda costa. No he olvidado la oferta de los Altos Mandos, así que, tendré que cumplirla para lograr eso.
Si es necesario luchar contra cientos de personas, con tal de verla sonreír de nuevo, es un precio bajo que hay que pagar. Y su puedo llevarme a Kay, será mucho mejor. Es por eso que tengo que hacerlo reaccionar de nuevo. Julie se entrometerá en mi camino cuando haya regresado, así que tengo que ser rápida, para que ella no tenga la menor oportunidad.