Take Me: Tómame

Capítulo 61

—“Simplemente pasó”, no tienes vergüenza, ni autocontrol —le reclama Verdandi cruzándose de brazos— pobrecilla, vulnerable e inestable y tu… —no me doy cuenta en que momento me descubre viendo con deseo incontenible a Aiden— ¡Simone!

—¡Yo no hice nada! —, grito asustada mientras me escondo entre las sábanas, sintiéndome acusada.

—No tienes vergüenza tú tampoco, ¿por qué veías a Aiden como un trozo de carne? —, mientras el regaño de Verdandi parece sincero, la mirada de Aiden se vuelve lujuriosa, satisfecho de saber la clase de miradas que le dedico cuando no me está viendo—. Un momento… respondiste a tu nombre —se acerca la norna con curiosidad y nos vuelve a ver a los dos, pero su mirada cambió—  tal vez simplemente se me adelantaron… ¿cómo te sientes, Simone?

—Todo regresó —le digo emocionada, pongo mis manos en la cabeza— ya no duele.

—Como decía, necesitabas buscar recuerdos significativos, no como los has estado teniendo, sino recuerdos que… anhelaras recuperar y supongo que… así fue —se cruza de brazos y me sonríe feliz —supongo que el amor siempre funciona… —levanta los hombros y su sonrisa se ve confusa —…o… fue el sexo, no sabría… decirlo, pero el punto es que… funcionó —lucha por mantener su rostro alegre.

Después de dedicarle una mirada significativa a Aiden, vuelvo a tomar el anillo entre mis dedos y tiro de él, se desliza con facilidad sin provocarme dolor, vuelve a ser un anillo más. Lo dejo sobre la mesa de noche que está a un lado y Aiden se sacude el cabello, aun intentando comprender.

—Recordé… cada vez que estuvimos juntos, cada vez que me hiciste el amor hasta que llegué a esa primera vez…

—¿Me estás diciendo que… recordar nuestros momentos de lujuria y perversión te regresaron la memoria? —, me pregunta divertido y escéptico.

—Creo que… lo que me liberó fue esa noche, esa primera vez… donde… yo me sentía herida, me sentía… devaluada, una basura por haber sido usada por Burak tantas veces… —me duele recordar eso— …no creí que me pasaría, pensé que lo superaría, pero aquella vez, cuando me tuviste denuda ante ti, cuando viste cada cicatriz, me avergoncé… porque sentía que te estaba ofreciendo algo roto y usado, incluso algo… podrido, no era una mujer normal, Burak había abusado tanto de mí que… simplemente no creía alguien me querría así… me daba tanta pena estar frente a ti de esa forma, no te merecía, pero… besaste mis cicatrices, me hiciste sentir amada, deseada, me hiciste sentir atractiva… no solo fue… acostarme contigo y tener un momento de pasión, fue… algo más profundo para mí, me sentí curada, sentí que… no era la basura que creía ser, que había alguien que no le importaría tener un juguete roto— de nuevo las lágrimas caen sin que pueda controlarlas—. Esa primera vez fue muy importante para mí, me recibiste rota y juntaste cada pedazo y lo volviste a unir.

—Lo que hizo Burak no cambia lo que eres, Simone —Aiden recoge mis lágrimas con besos— yo no vi una mujer rota ni usada, mucho menos podrida… vi una mujer fuerte, imponente… yo soy quien se sintió abrumado, ¿cómo podría estar con una mujer tan valiente?, ¿cómo podría estar a tu nivel?, no cualquiera pasa por eso y sale con la frente en alto… —escondo mi mirada, no puedo creer lo que me dice— …yo soy quien quería ser digno de ti, quería ser capaz de curar tu alma —toma mi rostro y besa mi mejilla con cariño.

—Awww… por Odín, creo que voy a llorar —de pronto recuerdo a Verdandi, no se ha ido, escuchó todo. —A eso me refiero, no se trata de que recordaras solo el buen sexo que te dio este hombre, recordaste algo tan profundo, tan enternecedor y lleno de amor, recordaste un momento que para ti fue lo más hermoso y ese sentimiento fue tan grande que no pudo ser contenido, la magia tiene un límite y este llega cuando sientes algo real y profundo, es la única forma de destruir esa mentira. Me alegra tenerte de regreso, Simone Björnsson —retrocede un par de pasos y se desvanece limpiándose las lágrimas.

—“Björnsson” —repito con familiaridad, volteo hacia Aiden que aun parece no creer del todo lo que pasó, me acerco y lo abrazo con fuerza, beso su mejilla y me acurruco entre sus brazos —me alegra estar de vuelta. Cierro los ojos y me dejo llevar por el calor que su cuerpo me ofrece. De pronto toma distancia y recoge su ropa del suelo—. ¿Qué ocurre?

—Quiero… llevarte a un lugar en especial —me dice con una sonrisa que lo hace ver incluso más joven, parece un adolescente emocionado.

—¿De qué se trata?, ¿crees que es el momento?

—Es el momento, no puedo dejar que pase más tiempo.

Cuando me dispongo a buscar el vestido con el que llegué, Aiden se acerca a un pequeño closet y toma algo de ropa y me la acerca, es un vestido color durazno más corto y vaporoso, se ve hermoso y elegante, una buena elección hecha por él. Le sonrío ante el obsequio y me lo pongo de inmediato, me queda a la perfección. Mi mirada vuelve hacia el closet y noto que hay más ropa, saco ese atuendo negro que conozco tan bien.

—Tenía la esperanza de recuperarte, así que… traje tus cosas, tu atuendo de asesina, creo que lo necesitarás —me dice con los brazos cruzados y no puedo evitar sonreírle agradecida. Noto que hay otros dos colgados y me causa curiosidad.

—¿Y estos? —, le pregunto pasando mi mano por la tela y el cuero.

—No me preguntes, creo que cierto miembro de tu familia tiene un plan que aún no se digna a compartir —me sonríe de forma divertida.




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