Dos meses después
Un año y medio soñando noche tras noche esa historia y de pronto dos meses sin haber soñado con Nariel, ni nada que tuviera que ver con esos sueños, aunque no lo admitiera eso me tenía un poco de mal humor.
Me recosté en mi cama, miré el reloj y era pasada la media noche, y afuera de mi habitación aun escuchaba las voces de mi familia, decidí bajar a tomar un poco de leche fría, para ver si así dejaba por un momento de pensar en esos ojos idénticos a los míos por un segundo.
- ¿aún siguen despiertos? -pregunte entrando a la cocina
-sí, estamos revisando por última vez la lista de invitado para la fiesta de mañana-asentí mientras sacaba la leche
-mañana cumplimos 21-dijeron los trillizos alegres
-su fiesta será inolvidable estoy segura-les sonreí- ¿aun será de máscaras? - pregunté risueña
-claro, es la tradición de los trillizos-me reí, cada cumpleaños de los trillizos había sido una fiesta de máscaras, con rey y reina de la fiesta, en donde se premiaban a los que se vieran mejor, y que su atuendo tuviera una historia
- ¿de verdad me obligaran a participar este año? -
-claro hermana, por algo tu padre es el rey de la moda y tu madre la reina- me reí por el comentario de Mike.
-solo porque seré una hermosa reina de las flores- dije con la voz más diplomática que pude, pero solté una carcajada de inmediato.
-por cierto, como seré juez, mi voto será completamente tuyo-dijo mi padre guiñándome el ojo, asentí.
-entonces ya es momento que esta princesa futura reina, vaya a dormir-dije a modo de broma
-sí, recuerda mañana iremos a desayunar en familia- le di un beso a mi madre y uno a mi padre y choque puños con mis hermanos
Subí las escaleras en dirección a mi habitación, mientras subía una imagen de Nariel apareció en mi mente mientras me decía que nos veíamos donde siempre, deje caer el vaso que llevaba en las manos.
- ¡Ari! -Escuche que todos gritaron, mis hermanos llegaron a mi lado
- ¿qué paso? -pregunto mi madre mientras me tomaba por los hombros, me acababa de dar cuenta de que estaba totalmente inmóvil, viendo a la nada.
- ¿Qué tiene? -mi padre se puso frente a mí con rostro preocupado, y fue cuando reaccione
-estoy bien-murmuré apenas-creo que ya estoy muy cansada-mi padre me cargo en brazos y me llevo hasta mi habitación, se sentó en la orilla de la cama
-últimamente estas muy extraña bebe-me dijo tomando mis manos entre las suyas
-estoy bien papá, pero necesito preguntarte algo-el asintió en señal de que continuara- ¿me pasas mi Tablet? - el asintió y me la dio, busque entre mis dibujos el lugar donde en mis sueños siempre me encontraba con él- ¿sabes dónde es este lugar? –
-sí, es cerca de la casa en la costa- contesto- de niña amabas ir a ese lugar, pero después no volviste a ir, me sorprende que aún lo recuerdes, siempre le decías a tu madre que ahí habías encontrado al amor de tu vida-me reí un poco
-he soñado muchas veces con ese lugar-respondí, pero no creí que antes hubiera estado allí-
-debes dormir ya, será un largo día-asentí y me despedí de él, mi padre beso mi frente y se fue.
Trate de dormirme, deje mi tableta encendida con el retrato de Nariel.
Cerré los ojos y al abrirlos sentí el golpeteo de las olas en mis pies, por mi vestimenta sabía que ese sueño había regresado, fue cuando recordé y una sonrisa se mostró en mi rostro, me levanté sacudiendo la arena y corriendo al lugar donde siempre me reunía con él, al estar a unos metros lo pude ver sentado en las rocas.
- ¡Nariel! -grite, volteo la mirada y abrió sus brazos, corrí y me lance a sus brazos
-mi amor no sabes cuánto te extrañe-susurro mientras me apretaba contra él
-yo también te extrañé mucho-dije y sentí que estaba volviendo a llorar
-amor no llores-me abrazo con más fuerza
-la última vez-comencé a llorar más
-tranquila mi amor, estoy bien, yo tampoco sé que paso-susurro, pero ahora estamos juntos de nuevo, acaricio mis mejillas y junto nuestros labios en un dulce beso –extrañé tanto tus labios-susurro mientras volvía a besar mis labios.
Nos sentamos en las rocas abrazados, yo recostada en su pecho.
-Mis padres organizaron una fiesta para mis hermanos-le contaba mientras seguía abrazada a él
-me alegra, te distraerás un poco-asentí –creo que ya debo irme-me susurro, mientras volvió a besar mis labios
- ¿volverás? -pregunté, mientras él se ponía de pie y me ayudaba
-amor, te prometo que a partir de ahora estaré a tu lado-me sonrió y me volvió a besar, cerré los ojos y al abrirlos estaba de nuevo en mi cama, talle mis ojos y mire el reloj, eran las 6:30 de la mañana, me levante desperezándome y me metí a la ducha.
Al salir me arregle solo un poco, me puse un vestido floreado y unas zapatillas planas, baje las escaleras junto con mi Tablet, era como una tradición el regalo de mis hermanos era un retrato de los tres.
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Editado: 20.05.2020