Alexander no deja de mirarme, me mira una y otra vez de pies a cabeza.
- ¿De qué quieres hablar? – interrumpo sus pensamientos mientras doy un sorbo a la taza de té.
-Necesito que me digas- acercándose a mi - ¿porque huyes de mí?- dice tocando mi mejilla.
- ¿Es en serio que no te das cuenta? – digo armándome de valor para confesarle lo que siento.
- ¿De qué? - dice agachando su mirada.
-Alexander, de que me gusta, de que me he enamorado de ti- añado mirándolo para ver su reacción.
Me mira a los ojos - ¿Porque nunca me dijiste? - se acerca un poco más -tú me gustas desde que pasamos a bachillerato- dice con un suspiro.
Lo miro sin entender lo que acaba de decir- ¿de qué hablas?
-Bueno me gustabas- aclara.
-Espera que, gustaba.
-Si, pero conocí a Chloe, que, aunque es muy diferente a todo lo que me gusta de ti, ella es la chica con la que quiero estar o con la que debo estar- dice con una mirada triste.
-Creo que entiendo- digo mientras seco las lágrimas que se están acumulando en mis ojos.
-Lo siento- dice mientras se separa de mi -creo es todo lo que quería decir, te busqué y te encontré- me podre ir en paz.
-Que te vaya bien- digo seria.
- ¿No vendrás al palacio? - pregunta mirando a la pared.
-No, aquí he encontrado mi lugar - digo decidida a empezar de cero con todos mis sentimientos hacia él.
-Chelsea, por favor, quiero que vengas conmigo- se acerca para tomarme con sus brazos, me rodea la cintura, se acerca a mi rostro, siento su respiración en mi nariz, en eso sus labios tocan los míos, mis piernas tiemblan, mi corazón se acelera, mi cuerpo se estremece. Es un beso que he esperado por mucho tiempo.
- ¿Qué haces Alexander? - pregunto confundida entre el beso.
-Chelsea, yo debo hacer lo correcto- dice separándose de mí.
-Está bien, hacer lo correcto- digo derrotada.
Se acerca nuevamente de a mí, para volver a tomarme de la cintura y me besa una vez más, este beso es más apasionado que el anterior, mi cuerpo sigue estremeciéndose cuando lo hace, no puedo evitarlo Alexander es todo lo que he soñado desde la secundaria, pero de que se trata, siento la presencia de George y cuando abro los ojos él nos está viendo.
-George- digo cuando volteo a él , él no dice nada y se va furioso a su cuarto.
-Me iré, por favor necesito que entiendas que no me puedo quedar contigo, ya me comprometí, pero aun así seguiremos siendo amigos- dice tomando su saco del sillón.
Trato de entender sus palabras.
- ¿Qué? Pero ¿Porque me besaste? - le pregunto.
-Solo quise hacerlo, pero, a decir verdad, me gusto, pero debo estar con Chloe-dice mientras se acerca a la puerta.
-Si, tienes razón ve con ella, que sean felices, tengan mil hijos, ambos vivan en el palacio de los Hamilton, que sabes- lo señalo con el dedo- ambos se merecen, son el uno para el otro, esto- señalándonos a los dos- jamás habría funcionado, así que vete, adiós- digo mientras lo empujo a la salida-adiós, Alexander- cierro la puerta en su cara.
Me recargo en la puerta y me dejo caer lentamente en un mar de lágrimas, del otro lado se oye un golpe a la pared, pienso que Alexander lo hizo porque no pudo decirme nada más.
Recuerdo que George vio el beso entre Alexander y yo, así que me levanto y corro a su habitación. Trato de abrir la puerta, pero esta con seguro desde adentro.
-George- digo su nombre tocando la puerta.
- ¿Qué quieres?
-Necesito que hablemos- pido mientras limpio mis lagrimas de la cara y trato de limpiar mi maquillaje con una toalla.
En ese momento el abre la puerta y veo tristeza en su rostro.
-Lo que viste- tartamudeo.
-No tienes que decir nada al respecto- dice recargado a su puerta.
-Puedes venir por favor- tomo su mano dirigiéndolo a la sala -George necesito que de favor me ayudes- digo mirándolo fijamente.
- ¿Con que? – pregunta.
-Necesito que me ayudes a olvidar a Alexander- digo devastada abrazándolo.
-Yo, no sé si pueda ayudarte- dice tomándome con sus brazos -pero puedo intentarlo, tú no mereces sufrir así- agrega y se acerca a mí, en ese momento me toma del mentón y acerca sus labios a los míos.
Siento otra vez como mi cuerpo se electrifica, pero esta vez siento en mi ser, tranquilidad, desde el primer momento es lo que me transmitió, tranquilidad, paz -desde el bar quise besarte- dice entre el beso.
Me levanta con ambas manos, sin dejar de besarme, camina a su cuarto, se inclina conmigo y nos tumbamos en su cama, empieza a tocarme con delicadeza.
-Nunca lo he hecho- digo separándome de él y sentándome en la cama.
Editado: 01.04.2021