Relatado por Vanessa
Subí al avión rumbo a Roma, con miedo y sin saber a quien me encontraría después de este trayecto, es difícil viajar sin saber a dónde y sobre todo que te pidan que te olvides de todo lo que has vivido.
“Señora, es mejor que olvide todo lo que ha vivido antes del día de hoy, quien nos ha enviado no la dejará volver, siento tener que decirlo de esta manera, pero esa es la realidad, hágase a la idea que a partir de que ponga un pie en Roma usted es otra persona” (Secuestrador)
Como imaginan que puedo olvidarme de lo que he vivido, como podría no pensar en mi Yo anterior, debo guardar la calma y espera a que todo esto solo sea un mal entendido.
Llegamos a Roma y me indican que encontraremos un auto que nos está esperando afuera, subo a él con lágrimas en los ojos, pero nadie los nota, pedía que alguien pudiera acercarse y preguntarme si estaba bien y así poder escapar, pero eso no pasó. Sufro al imaginar lo que me espera.
Pasadas dos horas de trayecto me indican que me suba a otro auto y ahora solo dos de los tres tipos que viajaron conmigo siguen aquí. Conducen por un camino pequeño pero largo, dos horas después estamos en una casa enorme y antigua, con una gran vista y sin una sola casa a su alrededor. Como podre pedir ayuda sin vecinos alrededor.
Bajamos del auto y El miedo me invade y mi cuerpo comienza a temblar, siento unas enormes ganas de vomitar por la adrenalina y la descarga de miedo que llena mi interior.
Me agacho después de un par de pasos y el vómito por fin se deja venir, no puedo parar de hacerlo, aunque mi estomago está vacío y las arcadas son dolorosas.
Los dos chicos se acercan a darme la mano y me brindan una botella de agua, lo agradezco y aunque uno de ellos se ha disculpado 2 veces conmigo por hacer esto, en cada ocasión me dice que no lo odie, que es su trabajo y que no puede hacer más que esto.
Llego a la puerta de la casa y cuando estamos por entrar siento mi cuerpo temblar y de un momento a otro me desmayo.
Despierto en una habitación muy grande, con ventanales y una puerta de cristal que da al patio, es una habitación grande y espaciosa. Estoy mejor de lo que imaginé, pero desearía tanto estar en casa.
Relatado por Sofia
Es el día de la boda de mi mejor amiga, bueno la única amiga que tengo y he tenido desde siempre, quedamos que hablaríamos después de su boda y que me haría una videollamada para mostrarme lo hermosa que se ve con su vestido de novia.
Son ya las 10 de la noche y no se nada aún de ella. Debe haberse olvidado que me dijo que llamaría. Le envío un mensaje para que sepa que aún lejos le mando los mejores deseos.
“Vane, creo que la emoción y felicidad que te invaden en este día tan importante hicieron que olvidaras llamarme, pero no importa. Solo quiero que sepas que aunque no pude estar ahí contigo, estoy más que feliz de que haya llegado este día y sobre todo el saber que eres tan feliz me llena de la misma felicidad a mi, te quiero mucho amiga y en cuanto pueda viajar iré a verte. Llama cuando tengas un momento” Sofia
Se llega el día domingo y aún no ha contestado a mi mensaje, pero esperaré a mañana para llamarla, no quiero invadir su espacio personal y mucho menos cortarle un momento con su ahora esposo, cuando hubiera deseado yo que el padre de John quisiera formar un hogar con nosotros, pero esa siempre ha sido mi historia, nunca nadie termina a mi lado.
Lunes por la mañana llego a la oficina y estoy llena de pendientes, ahora entiendo tanto a Vanessa y las veces en que me decía que quería salir corriendo de la Oficina y no volver, aunque terminaba riendo por que ama tanto su trabajo como yo, aunque sea tan cansado y absorbente.
Olvido por completo el hecho de que Vanessa no me ha llamado cuando recibo una llamada del bufete de Francia diciéndome que necesitan saber que hacer con las reuniones que tenía Vanessa hoy, que no logran localizarla.
Ella no falta a una reunión a menos que le haya pasado algo, comienzo a ponerme nerviosa, opto por decirle a Camila que cancele las citas y que les diga a los clientes que les dará la nueva fecha pronto.
Llamo al número de Vanessa y no obtengo contestación, el móvil está apagado, busco en las llamadas de días anteriores en mi móvil para encontrar la última llamada que me hizo Vanessa desde su casa, llamo con gran prisa en cuanto veo el número y de una buena vez lo grabo en el móvil.
-Buenas tardes llama a la casa Moyano.
-Buenas tardes, podrían comunicarme con Vanessa por favor, dígale que llama Sofia.
-Señorita la señora no se encuentra, le daremos su mensaje cuando vuelva.
-Pueden darme el número móvil del señor Ashton, necesito comunicarme con ellos.