Émile se caracteriza por tener el corazón más noble y amable, una sonrisa enternecedora y un par de ojos profundos y preciosos.
Émile Baxter es el chico ideal.
Pero, ¿qué sucede cuando su mundo de perfección peligra? ¿Qué debe hacer?
En ninguna clase de etiqueta le han enseñado cómo sobrevivir, conducir o lavar platos sucios, porque Émile Baxter ha crecido con una corona en la cabeza, misma que se esfuma en un abrir y cerrar de ojos provocando que su mundo de cristal caiga en picada.
Sí, Émile está en aprietos.
Con la necesidad de sumarse a la realidad, Gala aparece en su vida como un milagro, pero ésta no estará dispuesta a mostrarle cosas lindas.
Émile por fin conocerá lo que es el dolor, la precariedad. La realidad.
Gala le enseñará que hay algo más que coronas, joyas, nobleza y privilegios.
Que detrás de toda esa amabilidad, él puede ser tan encantador como Saturno, pero fuerte como un huracán.