Loui.
Aún recuerdo ese primer día de clases en la escuela secundaria, mantenía la esperanza en pie de que no me tocara compartir salón nuevamente con alguno de los que fueron nuestros compañeros en la primaria, sin embargo no fue así y terminé siendo compañera de clase de más de uno, entre ellos tú.
El espanto tan horroroso que sentí cuando te vi pasar por la entrada principal del salón, deseando que por alguna u otra razón llegará algún supervisor a informarme que se equivocaron al momento de organizar a los alumnos y que mi verdadero salón no es este.
Pero lastimosamente no fue así.
Supongo que no me queda de otra más que soportar un año más tus estupideces y las de tu grupito de amigos.
Con repulsión, Nicolle.