( Alaia pov ❤️)
No sé si escuché mal o estoy viendo mal y Alan no está frente mi puerta diciendo que viene a estar en mi casa con maletas en manos.
— Espera un momento ¿Qué dijiste?— digo confundida.
— Lo que escuchaste — se limita a responder con una gran sonrisa que no se porque la tiene si yo lo que quiero es matarlo.
— Pero...
— Nada tu tranquila todo estará bien o como dice el dicho tu tranquila yo nervioso — dice entrando a mi departamento sin ser invitado, apartándome de la puerta y entrando su par de maletas, pero que está pasando.
— Espera un momento caballero, ¿cómo es eso de que estarás aquí? — digo no sé si confundida o enojada.
— Pues como ves, desde hoy seré tu sombra — dice muy sonriente y yo queriendo darle un golpe.
— ALAN AIRAM GARCÍA — grito azotando la puerta y se cierra en el azote, mientras Alan me mira con cara de susto y así debe de tenerla.
— Alaia... No te.. ¿Alteres? — dice nervioso y asustado.
— ¡¿Y QUÉ QUIERES QUE HAGA?! — grito enojada. — que te cuente un chiste o que te dé la bienvenida con un banquete.
— No, pero no estaría mal que lo hicieras.— dice y Dios mío este hombre hará que me suba la presión o que me dé algo. (Respira Alaia mantén la calma y no lo mates).
— Alan ¿Qué haces aquí y por qué con maletas? — digo algo calmada recuerdo lo que me dijo Vero no me puedo alterar.
— Alaia amor, vine a estar contigo, vengo a pedirte que me des otra oportunidad o bueno, que sigamos con lo que teníamos o tenemos, se que, está vez si te fallé, si te hice sentir mal pero quiero estar contigo Alaia de verdad y así tenga que quedarme en la calle o sin nada, con tenerte a tí y a mi frijol sería feliz.— dice y se pone de rodillas frente a mi y no entiendo nada ¿Por qué se quedaría en la calle?.
— Alan no hagas eso ponte de pie y ¿Cómo es eso de que en la calle? — digo.
— Alaia, le conté todo a mi madre y a mi familia, bueno ellos escucharon por los gritos, pero ya lo saben en fin lo importante es que estoy aquí, y no sabes cómo me siento al saber cómo mi madre te trato ese día y lo que te hizo de verdad Alaia perdoname por como te trate ese día y por no defenderte cuando lo necesitabas fui un estúpido al pedirte que te disculparas con alguien que te hizo daño, perdón de verdad Alaia hoy vi la verdadera cara de mi madre y te juro es más te demostraré que siempre estaré para ti. — dice aún de rodillas y con mis manos agarradas, yo solo puedo quitar la mirada estás hormonas al parecer están haciendo su trabajo y ya estoy casi llorando, pero tengo que ser fuerte.
— Alan, ya ha pasado un mes de eso, ponte de pie por favor, no es necesario que te arrodilles, te perdono pero no será nada igual.— digo firme.
— Alaia por favor, yo te amo, te amo y no lo digo por recuperarte, lo digo porque es lo que siento, te amo y amo a ese frijol que viene en camino y te juro que los voy a proteger y defender de quien sea es más te lo voy a demostrar.— dice aferrándose a mí aún de rodillas, quiero contener mis ganas de abrazarlo y decirle que lo acepto pero no, algo en mi me lo impide.
— Alan te perdono, pero por favor ya párate del suelo y si es como dices que me lo vas a demostrar, te daré la oportunidad pero comenzaremos desde lo dejamos, y ya veremos que pasa por ahora suelta tu agarre que me estás apretando mucho y te recuerdo que maní está ahí dentro.— digo al ver qué está aferrado a mi como si me fuera a ir.
— Gracias Alaia, gracias por la oportunidad amor y te lo voy a demostrar, se los demostraré a ti y a mi frijol — dice y me besa el vientre aún plano, ese gesto mueve mariposas dentro de mí, pero tengo que ser fuerte.
— Bien, ahora explicame ¿Las maletas? Que yo sepa tu tienes departamento.— digo confundida y el se para del suelo toma asiento en el mueble.
— Si, tengo o bueno tenía, mi madre al saber todo, me lo quitó.— dice pasando su mano por su cabello negro azabache de seguro buscando tranquilidad. Y no puedo creer que esa mujer haga algo como eso.
— ¿Estás hablando en serio? Creía que ese departamento era tuyo. — digo tomando asiento en el mueble.
— Si, era mío pero por papeles firmados por nombre de mi madre, así que cuando fuí por ayuda para poder hablar contigo con zair ella aprovechó y fue a quitar el contrato del departamento mando a sacar mis cosas y pues aquí estoy.— dice mirando por todos lados buscando no se que cosa.
— Oh, y ¿Por qué no fuiste a dónde Zair o Aran? es tu hermano — digo confundida y el aún sigue viendo por todos lados pero se detiene en la cocina.
— Zair tiene a sus padres de visitas y Aran está con su novia no voy a invadir su espacio eso sería raro.— dice y sigue mirando a la cocina y ya me estoy desesperando.
— ¡ALAN QUE DEMONIOS BUSCAS! — termino gritando.
— Dios que carácter. — dice asustado.— pero si estoy buscando tu mesas de alcohol pero veo que no tienes, quiero un trago.— dice, enserio casi me deja loca por estar buscando un trago porque no lo pidió y listo.
— Alan en serio, casi me mareas por tu cara de buscar sin encontrar, solo debías de pedirlo o preguntar y si tengo vino, pero no te daré.— digo firme, no se lo daré, el sabe que detesto que tomé.
— No entiendo, ¿por qué? — dice confundido.
— Pues porque no, y listo, en primer lugar no son horas y en segundo, serás padre, además sabes que odio que lo hagas.— digo, y me paro del asiento para ir a mi habitación por mis aperitivos que antes de que el llegará estaba comiendo. Veo como me sigue.
— Tú me dices que no son horas de tomarme un trago y tú te estás devorando todo eso alas 22:15 PM. — dice viendo como está la mesita de cama llena de postres, helados, y Nutella.
— Es diferente — me defiendo.
— Sí, como no — dice y sale de la habitación y ahora que le pasa se ¿enojó?. Lo sigo detrás y veo que no se enojo ya que al parecer supo dónde estaba el vino.
— Alan García que te dije.— digo enojada.