El día a transcurrido demasiado lento, pareciesen que las clases de hoy nunca fueran a terminar, es el último día de la semana y el cual tengo más clases. Tenemos un tiempo libre a la hora de almuerzo, nos dirigimos a la cafetería de la universidad, como todas las veces hacemos la fila para comprar y luego para pedir nuestra comida, luego de eso nos vamos a sentar.
—Lucas ¿irás a la fiesta?— pregunta Kathe después de un rato comiendo.
La verdad es que la comida que venden es buena, así que saborear es primordial. Aunque claro, hay días en que es incomible.
—Sí— contesta con entusiasmo — iré con ustedes, no les molesta ¿verdad?— hace un puchero mientras agita sus pestañas. Sonrío ante su dulce gesto, luego sacudo la cabeza.
—No— contestan al unísono Kathe y Fefa.
Lucas mira a las chicas sonriendo de forma coqueta. Ambas sonríen sin darse cuenta del gesto de la otra, mi ceño se frunce con confusión y preocupación, esto no va a terminar bien.
Seguimos comiendo mientras conversábamos de algunos trabajos y recordando las fechas próximas de pruebas, lo sé, algo aburrido pero necesario de recordar. Cuando terminamos todos de comer aún faltaban treinta minutos para la siguiente clase. Me sumergí en mis pensamientos, todo esto se está haciendo muy complicado. Espabilé al escuchar que Lucas me llamaba.
—Grace... Grace— me miraba impaciente, yo lo miro con confusión— ¿te llevo la bandeja? — pregunta mientras apunta la bandeja que tengo frente a mí.
—Claro, gracias— se la acerco.
Me quedo mirando a mis amigas, quienes todavía tienen sus bandejas vacías delante de ellas ¿Por qué no le ofreció llevarlas también? Suelto el aire de mis pulmones al ver que retiraba las bandejas de mis compañeras una vez que volvió de dejar las mía y la de él, pero ¿Por qué no llevo la de Kathe primero? Sólo está siendo amable, Grace.
Lucas se sentó en su puesto y me quedó mirando. Yo lo miro esperando respuesta, sin poder evitarlo me fijé más de la cuenta en su rostro, se notaba suave, mis manos tenían muchas ganas de verificar si era así. Hazlo, Grace, di que tiene algo en la cara.
—Grace— por fin habla Lucas, salvando a mis manos de acariciarlo. — ¿me prestas tu cuaderno?
—Yo también tengo toda la materia— habla Kathe, buscando la atención del chico.
—Es que vi que ella anoto algo muy importante— dice y le da una sonrisa. — ¿Me lo prestas y me acompañas a pedir un libro en la biblioteca?— Lucas me pega una patada por debajo de la mesa.
—Claro— apenas logro decir por él dolor.
Nos levantamos, no sin antes acariciar mi pierna adolorida. Caminamos hacia la biblioteca, una vez adentro Lucas abre la boca para decir algo, pero lo interrumpo.
—Me quedará un moretón— me quejo en un susurro.
—Perdón— Lucas se agacha y acaricia mi espinilla. Incomoda después de unos segundos de su caricia me alejo de él con educación.
—Ya está mejor. Gracias.
Lucas se incorpora mientras sonríe, nos acomodamos en una mesa que estaba vacía.
—No te pregunté ¿Cómo fue tu cita?— se rasca la cabeza nervioso— quiero decir ¿Le pudiste contar cosas de Kathe?
—Sí, mi no cita fue bastante bien, le conté solo algunas cosas de mi amiga—el asiente— ¿te puedo preguntar algo?— hago un gesto con mi labios.
—Sí, dime.
— ¿De verdad te gusta Kathe?—es algo que necesito verificar, ya que no me lo ha dicho en concreto. No quiero que mi amiga sufra, menos entendiendo que a ella le gusta Lucas— porque ella te encuentra lindo.
—Sí, me gusta, es linda, simpática, ayer hablamos hasta tarde y me parece muy genial — mira para todos lados ¿Está mintiendo? No sé, necesito conocerlo más, aún no confío en él— y a ti ¿Te sigue gustando Liam?
—Sí, bueno, me ha gustado por un tiempo— el asiente comprendiendo, si bien sé que no estoy enamorada de Liam, no me dejará de gustar de la noche a la mañana, a menos que claro, al conocerlo más no me guste como creí. Todo puede pasar, querida.
— ¿Volvamos con tus amigas?— pregunta luego de un cómodo silencio, asiento y nos encaminamos donde mis amigas.
— ¿Encontraron el libro?— pregunta Fefa mirando las manos de Lucas.
El nerviosismo me atrapó, a eso íbamos a la biblioteca.
—No, estaba prestado— contesta Lucas sin siquiera inmutarse, suelto el aire, no se me hubiese ocurrido contestar eso, menos con tanta tranquilidad. Eres pésima mintiendo, no sé como te ha resultado hasta ahora.
— ¿Te irás con nosotras a la fiesta?— pregunta Kathe a Lucas.
—Claro, yo encantado, llegar a una fiesta con tres chicas, que lujo— sonríe satisfecho.