Te ayudaré a enamorarla

Capítulo 14-. Un nuevo comienzo (Parte 2)

Lucas acorta la distancia que nos separa, pasa sus manos por mi cintura y me abraza tiernamente, subo mis manos y las paso por su cuello,  siento sus manos apretarse contra mí un poco más fuerte, causando que nos juntemos aún más. Nuestro abrazo está lleno de energía renovada, demostrando lo que queremos hacer, empezar de nuevo.

—Perdóname— dice cuando se separa y lo miro confundida.

— ¿Por qué?— termino de hablar y el agarra con ambas manos mi rostro, cierro los ojos por efecto reflejo y en segundos siento los labios de Lucas sobre los míos.

Sus labios suaves apenas tocan los míos, siento su caricia en mi mejilla, luego siento otra de sus manos en mi cintura, atrayendo mi cuerpo al de él nuevamente. Su mano se desliza de mi mejilla hasta mi cuello lentamente, acaricia suave mientras inunda su mano en mi cabello para atraerme hacia él profundizando así nuestro beso.

 Vuelvo a sentir las cosquillas en mi abdomen, sigo su beso con intensidad, se siente tan bien poder besarlo así, libre. Comienzo a bajar la intensidad de nuestro beso, Lucas parece no ceder, ya que no me suelta, mis ojos se abren un poco logrando ver los de él, están cerrados. Cierro mis ojos y sigo besándolo.

Nos separamos lentamente, disfrutando el momento, Lucas apoya su frente con la mía y al igual que yo, suelta un suspiro.

—Ahora si— se separa con una enorme sonrisa en ese perfecto rostro—Partimos de cero, así que te invito a cenar. — yo asiento, agarra mi mano y comenzamos a caminar al auto.

—Lucas— se gira intrigado, atento.

Me acerco lentamente a él, subo mi mano lentamente hasta el cuello de su camisa, él está atento a cada movimiento de mi mano, sin que él se percatara mi mano tira de su camisa atrayéndolo hasta mí, juntando así nuestros labios, lo beso intensamente, el parece anonadado, pero luego de unos segundos me abraza fuerte y responde con la misma intensidad el beso. Me separo rápido de él y termino dándole un tierno beso en los labios.

—Ahora sí—repito sus palabras— partamos de cero— le termino de decir,  fiel a mis principios, nadie me dice que hacer.

—Me estas volviendo loco— sonríe mostrando unos lindos hoyuelos— ya veo quien mandará aquí. Créeme que buscaré la forma de que eso me beneficie— no puedo ver su rostro, ya que comenzamos a caminar, pero sé que tiene una sonrisa traviesa en su rostro.

Subimos al auto, había comenzado a temblar de frío, al estar al lado del mar, era mucho el viento. Al entrar sentí un calor agradable, que hizo que parara de temblar de inmediato.

Lucas subió del otro lado, nos fuimos del lugar, sin antes echar un vistazo a las personas que ahí se encontraban, la mayoría parejas abrazadas, ni siquiera me había fijado en ellas antes, pero ahí estaban, compartiendo al igual que nosotros un romántico momento.

Mi acompañante comenzó a manejar, en el camino no hablamos mucho, ambos nos encontrábamos sumidos en nuestros pensamientos, ya estaba anocheciendo, miraba concentrada por la ventana como los autos pasaban a nuestro lado o a las personas de la calle, debes en cuando miraba a Lucas, quien estaba concentradísimo manejando, pero aun así se daba cuenta que lo miraba y entonces sonreía, sus ojos se achicaban al hacerlo. 

Después de algunos minutos llegamos a una pizzería, yo lo decidí así, ya que no había ido, pero al parecer Lucas sí.

—Espera— dice cuando estaciona, luego baja rápidamente del auto y me abre la puerta para que baje, no sin antes ofrecerme su mano, la acepté anonadada ante su gesto.

—Gracias— le sonrío amablemente, agarro fuerte su mano, la cual aceptaré cada que tenga oportunidad, me encanta sentir la seguridad que esta me da.

Entramos a la pizzería y comenzamos a hace nuestro pedido, no fue difícil como pensé, a ambos nos gustan los mismos ingredientes. Además pedimos helado, ya que tenían una máquina de estos. Luego de comer, reírnos y hablar de cosas triviales decido que es tarde y mañana tenemos clases. Perderse una clase en la universidad es igual a una mala nota, ya que los contenidos son muchos durante una clase, sobre todo los de mañana.

— ¿Te quedas conmigo hoy?— pregunta tímido, me quedo estática ante su pregunta.

Somos amigos, simplemente, además ya acordamos que partiríamos de cero y ahora me pregunta si quiero quedarme con él, eso es algo más, no entiendo.

—No puedo, no tengo ropa y mañana tenemos clases, además dijimos que partiríamos de cero. — justifico, obvio que me gustaría pasar más tiempo con él, pero si queremos que funcione no debemos apresurarnos tanto.

—Lo sé, pero hoy Mels se fue a cuidar la casa de Ralph, ya que mi tía se fue de luna de miel y no quiero estar solo, no creo que se moleste si te paso un poco de ropa, le puedes decir a Kathe que te lleve los cuadernos— hace un adorable puchero.

—Lucas...— digo en tono de advertencia.

—Grace, solo como amigos, tu duermes en mi habitación y yo en la de Mels— pestañea varias veces, está siendo adorable, no debe saber que esa es mi debilidad.




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