3:30 de la madrugada era la hora que reflejaba mi reloj, las calles de Toronto a estas horas no son muy transitadas y lo único que se puede ver a esta hora son borrachos saliendo de bares, parejas entrando y saliendo de moteles y adolescentes como yo drogándose para olvidar todo aquello que los hace sentir como una mierda.
¿Qué hago a estas horas en la calle sola sabiendo que me puede pasar algo malo? Pues trato de olvidar lo mierda que es la vida y lo mierda que me hacen sentir los que se hacen llamar mi familia, estoy sola en la calle caminando sin rumbo mientras tengo un cigarrillo de marihuana en la mano y siento como lágrimas calientes resbalan por mis mejillas. Hoy tuve una pelea con mamá, lo mismo de siempre, pero esta vez si me hizo sentir peor que otras veces.
Me dijo tantas cosas, que ahora no recuerdo pero ténganlo por seguro que fueron muy feas como para estar como estoy justo ahora. Mi celular comenzó a sonar de repente y contesté sin ver un poco dudosa.
— ¿Que? —dije al instante que respondí.
— Como qué andas muy agresiva ¿no?, ¿Dónde estás Maia? Tu vecino me llamó y dijo que habías discutido con tu mamá y luego saliste corriendo de tu casa y pues el se preocupo por ti ¿estas bien —habló rápidamente ella con un tono de preocupación.
— Si Zoe, estoy bien —respondí sin importancia.
—Maia no te volviste a drogar ¿verdad? —preguntó ella.
Yo solo me quede callada, y la llamada quedó en un silencio total. Al parecer mi silencio lo respondió todo.
—Maia... dime que no lo volviste a hacer, por favor —dijo con la voz cortada.
— perdón... perdóname por favor, pero esto es lo único que me hace escapar de la realidad, esto me hace sentir bien.
— ¿Dónde estás ahora?.
— No se, yo solo salí y comencé a caminar sin rumbo. Te paso la dirección.
Ella solo cortó la llamada y yo al instante le envié la dirección para que me pasara buscando.
Zoe llegó y yo no me di cuenta solo veía como me gritaba cosas tipo: "la droga te hace mal" "recuerda lo mal que la pasaste la vez pasada por esas porquerías" "pareces una niña encaprichada con un juguete nuevo" y mil cosas mas.
—Zoe tu no entiendes y se que tú también pasaste por esto, pero tu recibiste el apoyo de tu mamá y de tu hermano, pero yo no tengo el apoyo de nadie. Yo estoy sola ¡joder! Parece como si la puta vida tiene todo en mi contra, escomo si dijera: "toma una patada mas para que sigas estancada en ese lugar sin poder levantarte" y hay días que me digo a mí misma que yo puedo, que yo puedo salir adelante pero viene alguien o esa maldita voz en mi cabeza y me dice que yo no puedo. Y así es como sigo aquí, sufriendo como idiota —dije sintiendo como las lágrimas bajaban por mi rostro.
Zoe no dijo nada solo me abrió la puerta del auto para que subiera y nos fuimos a su casa ya que su mamá me estaba esperando, y el problema que se me viene no es para nada bonito.
Al llegar a la casa Clara nos estaba esperando sentada en unos de los sillones de la sala, al vernos ella se levantó rápidamente y corrió a abrazarme.
—Dios mío, cielo hasta que apareces me tenías preocupada —dijo besando mi frente.
En este tipo de momentos de mi vida es donde me siento muy querida, sentía que a pesar de todo habían personas que me querían tal y como soy.
—¿Qué fue lo que pasó esta vez cielo? Cuéntanos —Preguntó ella.
— Lo mismo de siempre, ella dijo que no sirvo para nada, que soy una mierda, que tengo toda la culpa de todo lo que ha sucedido y que desea no haberme tenido nunca —murmuré con un nudo en la garganta.
—Solo debes ignorarla cariño?—murmuró ella mirándome con lástima.
— Y eso es lo que yo trato de hacer pero no puedo. Y perdón pero yo no puedo más, no puedo seguir así, mi vida cada vez se va mas al carajo —sollocé.
— Maia... tu sabes que yo soy tu mejor amiga y siempre estaré aquí para ti —habló Zoe.
Yo no dije nada porque se que rompería en llanto y solo fui directo a mi habitación que tenía en casa de Zoe, me cambié de ropa para intentar dormir.
Y a los minutos me dormí, estaba cansada y mi cuerpo y ojos pesaban.
Al día siguiente como al medio día Manuel el hermano de Zoe entra a mi habitación a despertarme para bajar a almorzar. Peleé con el por un buen rato porque no quería bajar ya que mi estomago estaba revuelto y tenia demasiadas ganas de vomitar, pero el es más grande y más fuerte que yo así que me tomó como saco de papas y me llevó a la fuerza a la cocina.
— Acá les dejo a la enana —dijo Manuel bajándome de el.
El salió de la cocina rápidamente porque se tenía que ir a ver a alguien y yo solo me quedé allí parada como idiota viendo a la nada, hasta que alguien me tiró del brazo y me sentó en una silla.
— ¡Mierda Zoe me asustas! —exclamé con una mano en el pecho.
—Perdón —dijo ella riendo.
— Bueno ajá, ¿Qué pasa?—pregunté.
— Perdón, de verdad siento mucho haberte dicho esas cosas ayer Maia pero estaba enojada ya que me habías prometido dejar de hacer eso y pues no cumpliste tu promesa, y tengo miedo de perderte Maia... de verdad tengo mucho miedo de perderte, porque eres especial para mí y si te pasa algo yo moriría —sollozó la teñida.
Yo no dije nada solo le di una cálida sonrisa y la abracé fuertemente. Luego del abrazo procedimos almorzar.
Un rato después Clara entra por la puerta rápidamente abre el refrigerador saca una bebida y se sienta en la mesa abriendo su laptop, me ve fijamente y me pasa unos papeles.
— ¿Qué es esto? —pregunté.
— Fui a ver a tu psicóloga para pedir los registros de tu proceso en estos 5 meses que han pasado desde que inició el año —respondió Clara.
— Ajá y bueno, ¿Qué dicen? —pregunté con algo de nerviosismo.
— No has avanzado nada, Maia, no has avanzado nada y eso me está preocupando muchísimo —responde Clara seria.