—Tú tampoco. —Intente zafarme pero a cambio sus manos pasaron detrás de mí espalda uniendolas.
—¿Me seguiste?.— Preguntó, sentí su aliento mentolado bastante adictivo debo decir.
—Emm… no, solo pase por aquí y quise entrar a divertirme un rato. —Guíe mis manos a su pecho tratando de imponer espacio entre nosotros.
—¿Quieres que te diga algo?, Mientes. —Dijo observandome de pies a cabeza. —Porque uno: no estás vestida para la ocasión, dos: te vi buscarme entre todas estas personas, y tres: parpadeas mucho cuando mientes.
—Uno: así me visto siempre, dos: no te busque a tí buscaba a mi amiga y tres: eso no es cierto. —Dije enumerando, sus cejas se fruncieron y tenso su mandíbula para después acercarse a mi oído.
—Engañate a ti misma pero a mí no. —Susurro. —Vamos. —Tomo mi mano libre ya que en la otra tenía el abrigo y me llevó a la salida.
—Al fin aire puro. —Mis pulmones se llenaron de oxígeno.
—Tampoco estaba tan mal ahí dentro. —Vi cómo se formó un hoyuelo en su mejilla derecha al sonreír, eso podría matarme, es muy sexy, todo él es sexy.
—No, no está mal está horriblemente mal.
—Exageras, ven te llevaré a casa. —Lo seguí hasta su auto donde abrió la puerta para que entrara, que bien lo mío entrando a autos de desconocidos no tan desconocidos.
—¡Qué bien!. —Rompí el silencio incómodo que se formó.
—¿Qué bien qué?. —Preguntó enarcando una de sus cejas.
—Parece que ya tengo chófer personal, te voy avisando que los lunes salgo a las 7:30 PM, sé puntual. —Reí por tan tonta idea mía, obvio que solo juego con él. Soltó una suave carcajada y me miró, sus ojos se achinaron un poco y levantó su mano acomodándose un mechón rebelde en su jopo desordenado, observé sus ojos y pude notar que tenía unas bolsas debajo de ellos bastantes pronunciadas se veía cansado por cómo acomodaba su cuello en todo el viaje.
—Tienes un moretón.
—¿Qué?. —Pregunte desconcertada.
—Eso, tienes un moretón en tu cintura. —Baje la vista y vi que mí remera estaba subida, allí efectivamente había un punto rojo que seguramente con el tiempo será un moretón enorme, suspiré frustrada.
—Tendrás que ponerte un gel y un poco de hielo para que no duela tanto.
—Eso haré, espero no sea muy grande. —Lo último lo dije más para mí que para él.
Una de sus manos fue al radio y lo prendió.
—¡the neighbourhood!, ¿Te gusta?. —Pregunte.
—¿Gustarme? Estos chicos son geniales podría decir que es mi banda favorita, y ¿a tí?. —Su sonrisa se ensanchó más.
—¡Me encantan!, soy su fan. —Que a él le gustarán me dejó impresionada y con ganas de conocerle más. —¿Puedo aumentarle?.
—Claro.
Subí el volúmen y de inmediato reconocí la canción Sweater weather mi tema favorito, comencé a cantarlo despacio ya que para mi mala suerte no nací con el don para cantar y tampoco quería asustar a nadie con mi voz.
—Cantas horrible. —Sus carcajadas llenaron el auto. —Parece que te están electrocutando. —Su risa no paraba y cada vez era más fuerte. —Mejor no cantes que asustas. —Lo mire que mala manera pero igual no le hice caso y cante aún más fuerte a todo pulmón, pues que se joda por criticarme, yo solo puedo permitirme decir que cantó fatal. —Mis oídos, deja de aullar.
Cuando llegó la parte del coro tome una gran calada de aire y lo miré.
“Cause it's too cold whoa
For you here
And now
So let me hold whoa
Both your hands in the holes of my sweater”
“Cause it's too cold whoa
For you here
And now
So let me hold whoa
Both your hands in the holes of my sweater
Whoa, whoa
Whoa, whoa, whoa
Whoa, whoa
'Cause it's too cold whoa
For you here and now
So let me hold whoa
Both your hands in the holes of my sweater
It's too cold whoa
For you here and now
So let me hold whoa
Both your hands in the holes of my sweater
It's too cold,
It's too cold
The holes of my sweater”
Al terminar la canción reíamos por lo feo que habíamos cantado ya que el no se pudo aguantar y se unió a mí.
—Nunca más pondré una canción que te sepas, pobre de mis oídos y de los que te escuchen. —Rio una vez más.
—Tu también no te quedas atrás, cantas igual de horrible que yo. —Eleve una de mis cejas mirándolo sonreír.
—Pero hacemos un gran dúo juntos, le aullamos a la luna.
Observe mis manos y luego enfoque mi vista en el libro que se encontraba en la guantera, lo tomé y leí “Bocanadas y besos: Mind of Brando”.