La vida.. En si, qué es la vida?
La vida es lo que tu quieres que sea.
Escucho toques seguidos y fuertes en la puerta. Me remuevo y me arropo mas con la suave cobija.
Los golpes en la puerta siguen, mi conciencia regresa a mi y me levanto de un salto y llego a la puerta, la medio abro y asomo la cabeza.
-buenos días, dentro de quince minutos vendré por ustedes. Irán al gimnasio, no demoren- da la vuelta y se encamina por el pasillo.
-buenos días para ti tambien Valentino- murmuro y ruedo los ojos.
Cierro la puerta y miro a las chicas que duermen plácidamente.
Reviso la hora en mi reloj de mano que deje en la mesita. 6:40 de la mañana. Todavía es temprano! Por qué molestan a esta hora?! Despierto a las chicas, es una tarea difícil y mas con Akari.
-apúrense!- amarro mi cabello en una coleta alta mientras espero a que estén listas.
-estoy lista!- Rita se para a mi lado y miramos a Isa y Akari correr de un lado a otro.
-me haré una trenza mientras ellas terminan- avisa y se para frente al espejo a peinarse.
-son unos idiotas! Quién mierda se despierta tan temprano para entrenar?! Que no pueden dejarnos dormir?! Estúpidos, imbéciles..-
-Akari ya basta! En vez de estar insultado termina de ponerte las zapatillas- la regaño.
Mi amiga no es de muy buen humor en las mañanas y menos cuando la despiertan.
-estas zapatillas no me gustan!- se queja Isa.
Tocan a la puerta, es Valentino.
-vamos!- es lo único que dice.
Salimos y caminamos tras de él.
A esta hora de la mañana ya hay hombres por los pasillos, no tantos como ayer cuando llegamos.
Bajamos las escaleras, pasamos por la entrada principal y salimos. Valentino sigue caminando, hasta que llegamos a un lado de la mansión y vemos una casa al otro lado del jardín, es de un solo piso, pero es muy ancha y larga.
Llega a la puerta, la abre y se adentra. Me quedo parada afuera con mis chicas detrás.
-entren- nos ordena Valentino.
Paso primero seguida de las chicas.
Es un gimnasio enorme, equipado con todo. Y como no.. Aquí se encuentran los señores "mejores asesinos".
-buenos días bellezas! Vengan, acérquense. Ya están retrasadas- Keith nos grita.
-no me digas que ese es el Keith?- susurra Rita. Asiento con la cabeza.
-yo ya lo odio- murmura Isa.
-prepárense que estos tipos serán nuestro tormento- les aviso mientras caminamos.
-no si nosotras lo permitimos. Nosotras seremos el tormento de ellos- dice Akari con una sonrisa de satisfacción.
Llegamos y nos paramos frente a Keith, nos mira una por una de pies a cabeza, los otros tres hombres están parados a un lado. Sospecho que Keith es el cabecilla de todos. Su parada es la de un militar.
-señoritas, de hoy en adelante tendrán que entrenar con nosotros. Todos los días a las siete en punto de la mañana las quiero formadas aquí. Sin excusas, puntuales y dispuestas. Entendido?!- lo ultimo lo dice subiendo un poco el tono de su voz.
Nosotras solo lo miramos pero no decimos nada.
-dije que si entendido?!- esta vez grita.
-no grites tan temprano! No somos militares ni queremos serlo. Así que no nos hables así!-
-Akari!- la regaño.
Como se ha podido atrever a hablarle así? Él la matará. Me pongo alerta en cuanto veo a Keith acercarse a Akari.
-muy ruda la señorita? Eso lo veremos. Tú..- la señala con su dedo y con cara muy seria.
-tú entrenaras conmigo. Vamos a ver que tan ruda es la señorita- mi amiga rueda los ojos y no se deja intimidar del enorme hombre que tiene frente a ella.
-Ian, tu entrenarás a Rita- oh! Que tenemos aquí?! se han aprendido nuestros nombres.
-Allek, te toca la muñeca de porcelana- señala a Isa que lo mira con una ceja alzada.
-Jack, tu entrenarás a Julieth-
Los hombres se acercan a nosotras, veo como Isa se hace diminuta ante la cercanía de Allek, la comprendo. Ese hombre es el mismísimo diablo.
Cada pareja nos encaminamos a extremos diferentes del gran gimnasio.
-has hecho ejercicio alguna vez?- Jack me pregunta mientras caminamos hasta pararnos frente a una maquina de correr.
-solo salía a caminar o correr de vez en cuando-
-muy bien, haremos un poco de cardio, luego te enseñaré a saltar la cuerda-
Jack es amable en estos momentos, me enseña a manejar la maquina, a como respirar y moverme mientras estoy corriendo sobre ésta.