Capítulo 11: Quédate conmigo

Quería estar con este chico, aquella frase estaba en la punta de mi lengua, "quédate conmigo"... Pero no tenía el derecho, yo: la que dijo que amaba a otro.

Pero, aun así, Estaba fascinada por él, desde la punta de sus cabellos hasta la última de sus pestañas, era como si de todos los hombres en el mundo tuviéramos que habernos conocido él y yo exactamente aquella noche.

- ¿En qué estás pensando? — Preguntó con un toque de burla en su voz como si pudiera leerme el pensamiento.

- ¿Qué tal vez podría tener más suerte de la que había pensado? — Respondí con otra interrogante.

- ¿Y eso es por qué...? — Presionó sutilmente.

- Por qué llegamos antes de que la torre N estuviera cerrada y hasta me pude subir en uno de estos — Lo evadí, sabía lo que él quería escuchar

Se limitó a sonreír, luego recargó su cuerpo contra la cabina en movimiento, decidió vengarse por mi respuesta.

- ¡Ah! — Exclamé cuando esta se balanceó.

- Cobarde — Se burló.

Simule que lo golpearía con el puño cerrado y se cubrió la cara.

- ¡En la cara no, soy artista! — Sonó exaltado y eso me hizo reír.

Mi risa era tan fuerte que podría haberse escuchado hasta mi país, irónico, Reía y lloraba desde que llegue. Él se incorporó y me vio extrañado, pero no preguntó nada.

Cuando deje de reír él me miró con desconcierto, luego acaricio mi cabeza.

- No sé si ríes de verdad, pero espero que así sea, no soportaría ver de nuevo aquella expresión en tu rostro como la que mostraste en la fiesta. — Me susurró.

- Debí darte un susto, disculpa. — Bajé la mirada

- Sé que no hay mucho que pueda hacer por ti, pero espero que sepas que estoy siendo sincero, quiero ayudarte — Me levanto la cara desde mi barbilla y la dirigió en su dirección.

- Gracias mi caballero de brillante armadura, por salvarme siempre — Le susurré burlándome en respuesta y él me hizo un gesto de desagrado fingido.

Nuestro viaje casi concluía, pero mis pensamientos aún estaban ahí, así que seriamente analice mi situación. La persona que creí amar me había dejado por otra, ¿qué era lo que realmente buscaba viniendo a verlo? ¿una disculpa, un reinicio, verlo sufrir?

Eli se acercó un poco más a mí y la atmósfera cambio de nuevo. las luces de Seúl brillaban en sus ojos, fue un momento de felicidad.

- Aunque sea un poco, ¿Eres feliz? — Preguntó con aquella acogedora voz.

- Sí — Respondí con fuerza y una gran sonrisa.

El paseo había terminado, tomó mi mano y me ayudó a bajar con cautela, el viento estaba frío, pero eso no nos detuvo, paseamos por todo el lugar, vimos las promesas de amor de otros en los candados, pensé: aquí debería estar nuestra promesa también, si él no me hubiera abandonado, pero pronto me deshice de ese pensamiento. Vimos a las parejas cenando y sonriendo era una atmósfera hermosa.

A pesar de que había tanto amor del cual estar envidiosa, no sentí tristeza alguna, al menos no en ese momento, ELI me notó distraída viéndolos y decidió romper mi burbuja.

- Deberías tomarte algunas fotos para recuerdo. — Siguiendo con su móvil en mano.

- ¿Cómo? — Me sorprendí.

- ¿No te has tomado ninguna foto desde que llegaste aquí cierto? — Él estaba en lo cierto.

- No soy muy fotogénica — Intente disimular

- ¿Cómo lo sabes? — Bromeó.

- Por qué la gente dice que hago gestos raros en todas mis fotos — Sonreí discretamente.

- Me gustaría verlo... — Murmuró con ironía.

Era gracioso pensé, al recordar aquella foto que mi madre tomó en mi graduación, en la que parecía que me estaba aguantando un estornudo, fui la burla por más de un mes, incluso mi mamá la imprimió y la puso en la entrada de la casa a propósito.

Este era uno de los recuerdos en los que extrañamente Hyun Jin no pasó inmediatamente por mi mente, era tal vez que aquel día él estaba enfermo y no asistió a la ceremonia. En fin, estaba enfrascada en eso cuando el flash del móvil de ELI me cegó.

- ¡Mis ojos! — Me deslumbró, cuando el aturdiendo pasó lo vi sonriendo al ver la pantalla de su móvil, ¡me había tomado una foto!

- ¡Quedó perfecta! — Exclamó entre risas.

- ¡Eli! ¿Cómo pudiste? — Intente verme indignada, pero su expresión era tan deslumbrante que me fue muy difícil mantener el porte.

- Con respeto a lo que ellos dicen, yo no opino lo mismo — Se burló sacándome la lengua y empezó a retroceder, luego guardó rápidamente su móvil.

- ¡Hey dámelo! — Exclamé intentando quitarle su móvil en un solo movimiento, pero estaba lejos de mi alcance en su bolsillo.

- Cerca, pero no — Se burló balanceando los brazos.

- ¡¿Por qué me tomas fotos!? - Al fallar en quitárselo di brinquitos alrededor de él, pero él lo levanto entre sus manos y yo no lo alcance ni a rozar con la punta de mis dedos.

- Un poco más alto y tal vez lo tengas. — Se estaba divirtiendo a mis costillas.

- ¡Bórrala, hazlo! — Al ver mi intento fallido bajó sus brazos mientras contenía la risa.

- No, este es mi recuerdo — Sonrío brillantemente como Solía hacerlo.

- ¡No es justo! — Hice puchero y el meneo su cabeza de lado a lado en respuesta.

- No te funcionará ese truco — Me extendió su mano en señal de paz.

Lo vi me dio indignada y medió divertida, Muy bien, ya te olvidarás de eso y encontraré la forma de borrarla, pensé.

Cuando vio que había renunciado a ver la fotografía, amablemente me preguntó.

- ¿Quieres cenar aquí? — Señalando el restaurant frente a nosotros.

- No, prefiero ver un poco más — Le señale el resto del camino.

- ¿Estás segura? — Insistió poco convencido por mí respuesta.

- ¡Claro! — respondí firme. - Perderé tiempo valiosos si ceno de nuevo — Mi gesto debió extrañarlo, pero no insistió más.

- Si cambias de parecer dime, nuestra cena de hace rato estaba fría y poco apetitosa — Me guiñó el ojo y yo le respondí con el dedo pulgar arriba.