Te quiero sólo para mi

Capítulo 4

Después de pedir las pizzas por teléfono, voy a la estantería donde tenemos todas las películas y elijo una de mis favoritas "Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso". La he visto más de diez veces pero es que vivo enamorada de Jace y Clary. 

Ana cuando me ve con la película, se lleva las manos a la cabeza y hace una caída en el sofá muy teatral. Esta mujer podría haber sido una gran actriz. Levanta la cabeza y me dice:


- ¿Nunca te cansas de ver la misma película? La voy a quemar, te aviso.-La mira con cara de asesina en serie, y en ese momento recuerdo cuando de pequeña ella se enfadó tanto conmigo que cogió a mi peluche favorito, llamado Tipi, y lo tiró por la ventana. Cuando fui a buscarlo ya no estaba.

A pesar de que la quiero muchísimo, todavía le guardo un poquito de rencor por eso, pero a pesar de todo, ella es parte de mi familia. Aparte de mis 2 hermanos (Javier y Alfonso, de 23 y 31 años) ella siempre ha sido como la hermana que nunca tuve.

Dos horas después, ya estamos recogiendo los cartones de la pizza y apagando la televisión dispuestas a irnos a dormir.

El despertador suena a las 8 de la mañana, es el peor sonido del mundo. ¿No os pasa que en lo mejor del sueño suena el despertador? y claro luego estoy todo el día de mala leche. 

Como todos los días preparo la ropa que me voy a poner, me voy a la ducha y cuando me dispongo a ir a la cocina para desayunar suena el teléfono. Lo cojo rápidamente y es Rodri.

Rodri: Hola tempanito, ¿como te has levantado esta mañana?


María: Bueno... Sabes que a mi madrugar no me sienta bien. ¿Y tu? ¿Pasas por casa y desayunamos antes de ir a la oficina?


Rodri: Claro, pero tengo que peinarme antes salir. Mi lema de vida es siempre "Antes muerto que sencillo" como María Isabel.


En cuanto escucho eso, me parto de risa. Como siempre Rodrigo tiene un arte que no se puede aguantar.


María: Valeeeeeee, pero date prisa que nos conocemos y te puedes tirar todo el día arreglándote el flequillo.


Rodri: Venga, nos vemos en un ratito.


Cuelgo y voy a la cocina a preparar los dos tazones de leche para los cereales. Como siempre, Ana sigue dormida. Su gran amor es su cama.

Mientras lo espero, voy a maquillarme. Mi jefa mas conocida como la Pitbull, por que le falta poco para tirarse a tu cuello cuando menos te los esperes, nos "aconsejó" que si queriamos dar buena imagen teníamos que ir siempre maquilladas y perfectas como ella. Yo que soy la típica chica que iría en vaqueros, camiseta simple, botines, mi chaqueta de cuero (mi favorita) y sin maquillar. 

A los diez minutos, llaman a la puerta. Abro y me encuentro a Rodrigo. Tan guapo como siempre con su traje y corbata, que pena que sea gay. Rodrigo es abogado y nos conocímos cuando entré a trabajar en E&G. 

Le hago pasar y le doy un abrazo. Cuando nos separamos, va directo a la cocina y en cuanto ve el tazón y los cereales, le brillan los ojos como si estuviera viendo la cosa más deseada del mundo. Con una rapidez asombrosa, se termina el tazón me empieza a meter prisa, y al ver la hora abro los ojos, me lo termino y voy a por mi bolso.

Salimos a la calle y nos vamos a su coche, un Mini Cooper negro del que vivo totalmente enamorada. Ponemos rumbo a la oficina y como siempre hay un atasco enorme. Son las 09:56, nos quedan cuatro minutos para llegar. Para la Pitbull la puntualidad es esencial, asi que como llegue un solo minuto tarde la bronca que me cae no va a ser pequeña.

Aparcamos justamente enfrente y con un minuto de retraso. Me despido de Rodri y corro todo lo que puedo. Tenéis que pensar que llevo unos tacones, que me estan haciendo polvo los pies, asi que más que correr estoy andando rápido.

Por fin llego a mi mesa y respiro tranquila ya que no hay señales de la Pitbull por ningún sitio. Que raro, normalmente siempre está pendiente de buscar cualquier excusa para calentarme la cabeza con sus "Si no quiere trabajar, ya sabe donde está la puerta". Esta deseando que me vaya, pero lo siento, me hace mucha falta el trabajo. Si fuera rica, evidentemente no estaría aguantándola, pero como no lo soy me tengo que aguantar.

Después de una hora, aparece ella por la puerta y como siempre pasa por mi lado mirándome como si ella fuera la reina de Saba y yo una esclava a su servicio. Entra a su despacho y sale con millones de papeles que tengo que archivar, revisar, etc. Yo hago todo eso mientras ella a saber que hace dentro de su despacho, bueno, mejor no quiero saberlo.

A la hora de comer le mando un mensaje a Rodri para que baje a comer conmigo a la cafetería y me responde con un "Lo siento tempanito, tengo un montón de papeleo y no puedo moverme de aquí"

Decepcionada ya que el único momento que me gusta de venir a trabajar son los almuerzos con mi amigo, bajo a la cafeteria a por un café y un pitufo de mantequilla. Mientras desayuno me pongo a jugar a un juego que me he descargado y me tiene bastante enganchada.

Cuando termino, subo a mi mesa y me encuentro con una imagen muy rara que no me hace pensar nada bueno. Mi jefa y el tal Lucas están abrazados hablándose al oído.

Me quedo en las escaleras medio escondida hasta que Lucas se va en el ascensor. Me siento en mi silla mientras pienso:

¿Tendrán algo la Pitbull y el tal Lucas?



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En el texto hay: destino, celos, amor

Editado: 14.04.2018

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