Capítulo 7 "La ley de Murphy"

La ley de Murphy

Segundo intento.

Suspiro dando un paso a dentro de la cafetería. Miro a los lados y a diferencia de la otra vez, Margot si esta, así que, en lugar de ir a verla, tomo asiento en una de las mesas.

Leo la cartilla pero de reojo observo a Margot, al menos hasta que termina a mi lado.

-Buenos días señorita ¿se le antoja algo? Es bueno empezar el día con el estómago contento para tener una buena jornada. Y le aseguro que tenemos de todo, porque para todos los gustos y colores, tenemos todos los sabores.  

Sonrío levemente. Sí, lo mismo solía decir papá.

-¿Así que puedo pedir cualquier cosa?-bajo el menú sorprendiéndola-¿Qué tal un poco de su tiempo señora Margot?

 -¡¿Abigail?!

Un abrazo, aquel acto tan confortable me es dado por aquella señora mayor que empieza a llorar.

>>¡No puedo creer que estés aquí! ¿Dónde estabas? Creí que ya no te vería de nuevo, ¿sabes la sorpresa que fue saber que te fuiste? ¡Ni siquiera te despediste niña!

Río y la abrazo, murmura cosas sobre cómo se había preocupado y su nostalgia se me es contagiada, así que no me sorprende soltar una que otra lágrima también.

Pero estoy feliz, feliz de verla de nuevo también.

-Ha pasado un tiempo y estás tan hermosa-dice tomando con sus manos mi rostro-Pero sigues teniendo el rostro de una joven.

-Soy joven, Margot-río-solo tengo veintiún años. 

-Te ves más chica.

-Sí, sé que soy cara de bebé. Y hablando de bebés...felicidades por Celina, ¡realmente es asombrosa en la música! Cuando supe que era ella no lo podía creer ¡tiene una voz preciosa! Me preguntaba donde la había escondido todo este tiempo, de verdad es increíble. 

La manera en la que sus ojos brillan y sonríe, grita orgullo por su nieta.

-Lo es, mi pequeña sin duda tiene mucho talento. Después de tantas cosas...ella encontró la felicidad y-se acerca a susurrar-el amor también.

Oh, eso suena interesante.

-¿Enserio?

Me hace una seña para que me siente y me apegue más al fondo. Lo hago con gusto y ella toma asiento.

-Sí, hace un tiempo ella conoció a un chico. Se llama Mateo y es un niño realmente dulce. Si supieras las veces que vino por Nina y los detalles que le daba. ¡Me enteré que le tocó canciones!-susurra emocionada-Y aunque yo no vi eso, si estuve presente cuando hubo la declaración, pero era realmente la declaración.

Río.

-¿La declaración?

-¡Sí! Aquella que es llena de drama, lágrimas y el beso final. ¡Una telenovela niña!

Órale, eso activa mi vena curiosa y me centro oyendo la explicación de Margot. Parece una colegiala mientras cuenta los cambios de Celina y como Mateo se fue adentrando a su corazón.

Sus acciones me parecen lindas y aunque sé que me pierdo varios detalles porque obviamente Margot no lo sabe todo, me hace adentrarme a la historia de los dos. En especial me parece dulce que Mateo le enseñara a Celina a tocar la guitarra de Don Ángel.

Mientras la escucho sonrío y no puedo evitar verme a mí misma de esa edad. Seguro Celina también pasó por las dudas e inseguridad, tal vez sintió desconfianza al empezar a sentir algo nuevo y estoy segura que también quiso en algún momento correr y negarlo todo. Porque hay que admitirlo, amar sin importar la época es difícil. Aterra, pero él la convenció, sí, la perseverancia y los detalles de Mateo, seguro tuvieron que haberse adentrado muy al fondo de su corazón.

Porque Hailey me contó que jugaron con el corazón de Celina, seguro tuvo miedo a volver a caer. Pero me alegra que ellos terminaran bien.  

Una sonrisa de nostalgia ocupa mi rostro al recordar mis propios momentos de colegio, las vergüenzas que hice y los momentos que cree.  

Ah, de adulta no los haría de nuevo, pero sin duda quedaron para anécdota.

-¿Relación a distancia?-interrumpo a Margot.

Asiente.

-Sí, por desgracia Nina está viajando mucho y el niño Mateo también tiene sus asuntos familiares, pero al menos no se opusieron a la relación de los dos.

-Bueno, nunca hay un camino libre espinas-murmuro-pero por lo que me cuentas de ellos aún nos falta mucho por ver.

Sonríe de manera radiante y soñadora.

-Pensé lo mismo.

-Uhm seguro te burlaste mucho de Celina luego de la escena de confesión.

Ríe y no lo niega. Va a hablar, pero unos gritos llaman nuestra atención.

-¡Te dije que primero era para la empresa y luego para la reunión!

-¡Lo siento! De verdad creí que era al contrario.

-Te mataría si pudiera y tuviera el tiempo para enterrar tu cadáver. Porque ahora el tiempo que tengo es para pensar en una solución a esto.

Margot quiere levantarse, así que le ayudo y me dirijo con ella hacia los chicos.

-¿Qué sucede Lady?-pregunta.

La chica del día anterior le regresa a ver estresada.

-Lo siento Margot, Jeremy confundió el orden de los pasteles y entregó en la reunión el que debía ser para la empresa.

-¿Jeremy?

-Lo siento, Margot. Yo de verdad lo siento.

-Y ahora tenemos dos entregas más-continúa Lady-se supone que yo haría las dos porque Jeremy tiene colegio, pero si voy a la empresa no alcanzaré a las demás. Estaba llamando al resto, pero no responden y el problema es que las entregas son en polos opuestos.

-No hay problema, yo iré a la empresa-dice Margot.

-No, a tu edad ya no puedes hacer eso-dice Lady y niega-Yo me las arreglaré, llamaré de nuevo y...

-Puedo hacerlo yo-me ofrezco-Realmente no tengo mucho que hacer.

-¿Estás segura?

-¡Claro! Solo denme el pastel y la dirección.

Lady suspira y sonríe aliviada.

-Caíste como un ángel en este momento. Espérame aquí, te daré todo en un segundo. ¡No te vayas!