Nick
— Es hora Nick — bufo por lo bajo y me pongo mi almohada encima de mi cabeza.
Me duele la cabeza, tengo una migraña terrible, como para querer morir.
— 5 minutos — respondí de mala gana.
— Levanta ese trasero o te juro que traigo agua — maldigo por lo bajo y le levanto de mala gana aun con los ojos cerrados.
— Nana ya me levanté — abro lo ojos y me encuentro con ella mirándome entre enojada y angustiada.
Ya conocía esa expresión, su ceño ligeramente fruncido, sus labios en una linea y su mirada era cálida. Me habia encontrado de nuevo drogado.
— Nick- — la interrumpí.
— Me tengo que bañar y cambiar, sino se me va a hacer tarde — ella abrió la boca y la volvió a cerrar.
No es un tema del que quiera hablar con ella, creo que no es el momento y creo que nunca lo será.
— Ethan va a venir por mí — continúo — O solo viene para comer tus deliciosos panqueques — le sonrió, mientras me acercó a mi armario.
— Que bueno, que Ethan va a venir te va a hacer bien — miro por el rabillo de mi ojo que se acerca a la puerta de mi cuarto — Te espero abajo y no te duermas, porque vengo y te echo hielos — me advirtió y yo levanté las manos en forma de paz divertido, ella sonrío satisfecha y se fue.
Cuando sale me doy cuenta que estaba un poco tenso, suspiró, veo mi uniforme, lo sacó y lo dejo en mi cama.
Entro al baño, empiezo a desnudarme, odio verme al espejo, me parezco un poco a mi hermano y eso me pone mal, además de la marca que tengo en mi espalda.
Cuando práctico básquet nunca me quito la camisa, odio mirar mi reflejo. Ver que yo sigo vivo y el no pudo. No resistió.
Abro la ducha, muevo la llave y veo como el agua cae al piso, como una lluvia. Entro a la ducha, la cierro y me meto bajo el agua. Me relaja sentir como cae el agua, me hace sentir bien.
Agarro el bote de shampoo y me dejo caer un poco de champú en mi mano, para empezar a esparcirlo por mi cabello.
El ya hubiese estado en la universidad este año, y me hubiese levantado con almohadazos. No me hubiese molestado que lo hiciera, pero ahora que lo perdí. Quien siempre me despierta es mi nana.
Cada mañana que bajo no lo encuentro a el haciendo sus bromas y tomando desayuno en la isla. Ya no veo a mi papá y a mi mamá reir con el como lo hacían antes, ya no compartimos vacaciones familiares.
Ya no lo hacemos más después de que el nos dejó.
Me enjuagó la cabeza del shampoo, cierro los ojos. No se porque lo recuerdo si me hace daño.
El era tan perfecto, el debió estar aquí. Yo no.
Nunca sabré porque el y no yo.
Veo que ya no tengo shampoo en mi cabello, tomo el jabón y empiezo a enjabonar mi cuerpo.
Solo se que dos cosas me ayudan a sobrellevarlo y son las drogas y nunca quedarme solo. Porque si lo hago empiezo a pensar una y otra vez en eso. Cada ve que estoy solo, siento depresión, siento que me deprimo con el paso del tiempo.
Se que ya no soy el mismo Nick y nunca lo volveré a ser.
Porque cuando el se murió se llevo una parte importante de mí.
Nosotros nos llevábamos muy bien, peleabamos en cada oportunidad, pero sabíamos manejarlo.
A veces me pregunto que hubiese pasado si yo hubiese muerto en lugar de él. Creo que el si lo hubiese sabido sobrellevar mejor que yo.
Y se que si el me viera en estos momentos, no me reconocería y se decepcionaría.
Hasta yo estoy decepcionado en lo que me he convertido.
Empiezo a enjuagarme el cuerpo lo más rápido posible, para dejar de pensar un solo momento en él.
Una vez pense en matarme, pero no tenia las agallas para hacer eso. Derrepente por eso me drogo, a parte de que me ayuda a dejar de pensar, porque puede que en una sobredosis muera y este con él.
Se que aquí nadie me necesita, no soy de gran importancia para nadie. Les dolerá si me voy, seguro, pero lo superarán.
Cierro la llave y abro la ducha, necesito salir, agarro la toalla que estaba en el colgador, me la ató a mi cintura. Salgo del baño, camino hacia mi cama donde esta mi uniforme.
Me seco y empiezo a ponerme mis boxers, noto como hay un espejo detrás de mí. Logro ver la cicatriz de mi espalda y trago saliva. Trato de ignorar eso y empiezo a colocarme el pantalón, me pongo rápidamente la camisa la abotono y me acomodó el pantalón, abotono el botón y subo la cremallera.
Me volteo y veo mi reflejo, tengo unas ojeras muy marcadas e adelgazado en todo este tiempo, a veces evitaba comer para no ver a mi mamá y papá.
Agarro la corbata y me la coloco sobre un hombro, acomodó mi cabello. Me quedo paralizado al recordar a mi hermano en la mañana despinandome antes de ir a clases.
No puedo evitar sentir tristeza.
Termino de peinarme, agarro mi blazer del colegio y salgo de la habitación. Me voy directo así las escaleras, justo ahí me encuentro con Ethan en la sala de espaldas, pero se voltea cuando escucha las escaleras.
— Hey, bro — me saluda.
— Hey — le doy una palmada en el hombro para que me siga a la cocina — ¿Ya desayunaste? — pregunto mientras camino hacia la cocina.
Por suerte no veo a mis padres en la cocina seguro que ya se fueron a trabajar.
— En realidad no — hace un puchero y me pasa un brazo por encima de mis hombros.
— Si, claro — ruedo los ojos — Crees que no se que vienes por los panqueques — lo fulminó con la mirada.
— ¿Yo? — me quita su brazo indignado — En que mal concepto me tienes — niega con la cabeza — Perooo ¿a hecho panqueques? — pregunta curioso y yo le paso el brazo por los hombros.
— Vamos — hago presión en el agarre y nos vamos hacia abajo.
— Suéltame, me arrugas mi camisa — se queja, lo suelto riendo.
— ¿Para que quieres llegar sin arrugas? — pregunto intrigado.
— Van a llegar chicas lindas y no me pienso perder de eso, por eso desayunamos y nos vamos — yo pongo los ojos en blanco.
— Al final, van a ser fila por mi y no por tí — digo egocéntrico y el es el que me pasa el brazo por los hombros y hace lo que yo le hice.