Me encontraba con las chicas sábado por la mañana buscando un atuendo acorde, era una fiesta en la piscina, no me lo perdería por nada del mundo. Como costumbre, las menores no nos acompañaban, aunque quedamos en reunirnos para comer algo — creo que compraré un traje de baño entero — me encantaba el que tenía en mis manos, era sexy y recatado.
Nos encaminamos hacia la caja registradora, Dahyun trataba de coquetear con la chica mientras esta solo reía sonrojada. Salimos para dirigirnos al café donde nos esperaban Chaeyoung y Tzuyu. Nos paramos varias veces para comprar algunas cosas restantes, al llegar, nos conseguimos con la menor de las Chou — ¡Holaa! — la menor de quince años, nos dio unos furtivos abrazos antes de sentarme.
Sana soltó un leve gruñido antes de desviar la mirada — ¡Dubu! ¿Qué pasó?
La menor se sonrojó — la dependienta fue muy amable en mostrarme el interior del mostrador.
Asintió — Me gusta pasar tiempo sola.
Soltó un suspiro — me dejó venir, solo porque sabía que ustedes estarían por aquí, además de que vendría más tarde.
Rodé los ojos — No entiendo porque te sobreprotege tanto, no eres una niña.
Había una tensión latente en el entorno, empezábamos a sospechar de la verdad sobre nuestras amigas. Se comportaban extrañas, desparecían con constancia, muchas con algunos rasguños, los tatuajes, no pude evitar pensar en el tatuaje que cubría parte del hombro y todo el brazo de Chaeyoung.
Ella asintió — se algo, las escuché.
Todas nos acercamos para prestarle más atención — ¿Qué sabes con exactitud?
Miro hacía todos lados con precaución, se acercó aún más susurrando — dijeron que tenían que ir el sábado a los terrenos de los padres de Irene, que ahí sería. Creo que mis padres saben de esto, puedo llevarlas si quieren, pero no entraré.
Aquello me hizo pensar aún más, sentía como mi cabeza comenzara a dar vueltas — Sabes algo ¿no? — preguntó Dahyun con suavidad, sus manos temblaban levemente.
Suspiró, asintiendo — No puedo decirles que exactamente, pero puedo mostrárselos.
Hubo un incómodo silencio entre todas ¿En serio era cierto todos aquellos rumores? Mi corazón latía fuerte contra mi pecho — Bien, haremos esto. ¿Dónde nos encontraremos? — había un remolino de indecisión en los ojos de Jihyo, su voz se tambaleaba
Asentimos — Ahora cambiemos de tema, vienen hacía acá.
La verdad, no le prestaba tanta atención a la conversación. Su mente repetía una y otra vez todos los rumores que se habían esparcido a lo largo de los años, sus desapariciones, las pocas veces que había ido a su casa, las pocas veces que salían con ellas. El tatuaje de ambas, lo extraña y siniestra que era la madre de Chaeyoung, si la pequeña taiwanesa tenía algo que mostrarle, quería decir que ocurría algo que se estaban perdiendo.