El campo de fuerza se estaba debilitando porque 08 se estaba quedando sin fuerza, no resistió más y cayó desmayada.
Al despertar, estaba acostada en una camilla, la cual se arrastraba por un pasillo oscuro, pero sentía una pesadez en sus ojos y no pudo resistir más en dormirse. Despertó nueva vez y esta vez se encontraba en una habitación blanca. La estaban nebulizando, tenía un suero en ambas manos y estaba amarrada. No tenía suficiente fuerza para moverse.
La puerta se abrió, un hombre vestido de doctor entró lentamente con una inyección en sus manos.
No recordaba su pasado, pero si algo sabía es que le temía a las cosas puntiagudas.
Se sacudió como pude, trató de usar sus poderes pero no funcionaba. Algo en su mente no estaba bien.
—Tranquilízate, 08. —Habló el Doctor despacio mientras se acercaba más. — Aún tienes tus poderes sólo que estos sueros — los señaló—. Te debilitan, como si cerraran tu capacidad cerebral, aunque aún están vigentes. Quiero que sepas que sólo lo hacemos por tu bien, la dosis del R31D afectó parte de tus pulmones impidiendo que llegue oxígeno suficiente a tu cerebro —se acercó al suero color transparente y destapó la aguja.
08 se sintió confundida, lo único que entendió es que no tenía sus poderes y esto la hizo sentir desprotegida, gritó con todas sus fuerzas, que no eran muchas, temía que la inyección le causara algo.
— ¡No! ¡No! ¡No! —sus gritos no fueron suficientes para detenerlo e insertó la aguja en el suero, el líquido de la aguja es color anaranjado. 08 con atención miró detenidamente como este recorría todo el tubo del suero, cuando llegó a su brazo sintió un picor fuerte, cerró su boca para soportar el dolor pero este se volvió cada vez más fuerte, como si la quemara por dentro.
—El dolor que estás sintiendo es provocado por tu mente, realmente no existe, si supieras el poder que tiene tu mente te evitarías mucho sufrimiento —dijo el doctor justo después de quitar la inyección totalmente vacía, ella gritaba, pero cuando la inyección llegó a su corazón comenzó a sentir cada parte de su cuerpo, sus latidos, su sudor corriendo, sus vellos moviéndose con el poco aire que había allí, incluso sintió sus pupilas abriéndose. Entones sus pulmones se desinflamaron, cosa que también sintió y logró respirar a la perfección. — Puede que tengas un ataque de estos cada 48 horas y rápidamente hay que ponerte el tratamiento o podrías colapsar y morir —08 le miraba con nerviosismo, rogando porque se fuera, sus ojos temblaban cristalizados pero tuvo la idea de comunicarse con él aunque no sabía cómo ordenar las palabras, igual lo intentó.
— ¿P-por q-qué esta-amos aquí? —me miró sorprendido, era la primera vez que uno de los pacientes hablaba.
—Wow —el Doctor respiró profundo, se recostó sobre la pared tratando de encontrar las palabras adecuadas levantó su mirada hacia ella y le observó unos instantes en silencio—. Para vivir —fue lo único que dijo antes de salir a paso veloz de la habitación, 08 elevó su cabeza de la cama haciendo presión, para observar la puerta blanca, esperando que llegara alguien, pero no. La inyección terminó de hacer efecto y durmió.
— ¡Despierta! ¡Despierta! —la voz ronca de una mujer espantó a 08, la chica vestida de enfermera se encontraba frente a 08 con sus ojos muy abiertos, lucía joven, como de la edad adolescente al igual que 08, pero parecía estar del otro lado y eso fue algo que dejó anonadada a 08, porque ella pensaba que todos eran adultos—. Al fin —susurró la enfermera entre dientes. Trató de despegar la cama de los enganches del suelo pero 08 hizo fuerza para patearle, no lo logró, sin embargo la enfermera se alejó. — Tranquilízate —dijo la enfermera con una sonrisa que podría ser más una mueca de miedo, sus manos estaba en frente suyo a modo de defensa— no te haré daño, sólo te trasladaré de habitación.
08 respiró profundo y se dejó llevar, de todas formas no podría hacer nada mientras tuviera aquel suero puesto en sus manos.
La enfermera le quitó el seguro a la camilla y la arrastró hacia el pasillo, era estrecho y frío, 08 podía sentir que el techo tocara su cabeza de tan bajo que está. En la orilla del techo hay pequeñas luces redondas, blancas, las cuales son las únicas que iluminan. El pasillo es de metal, color gris, las paredes no son lisas, pues tienen algunos salpullidos en forma de cuadrados y rectángulos, pasaron varias puertas marrones, hasta que la enfermera se detuvo frente a una puerta blanca, reluciente. Abrió la puerta y entró a 08 en ella.
La enfermera cerró la puerta, la piel de 08 se erizó al sentir que allí la temperatura es más baja, la enfermera le quitó el suero, 08 sintió la aguja salir de sus venas y echó un grito entrecortado. Las paredes, el techo y el suelo también son blancos, con sólo oler, 08 pudo darse cuenta que el cuarto está hecho de metal.