Tell Me You Love Me.

Capítulo 6.

Skylar.


 

—¿Estás malditamente consciente de lo que dices? —Él se cruza de brazos, —Esto sólo fue una vez, si quieres follar con alguien pues va a tener que ser con otra persona.


 

Niega, —No, no pienso hacerlo, tú eres lo que yo quiero, Skylar.


 

Me río, —Por favor, no sabes ni lo que quieres, mejor me largo.


 

—Si sales por esa puerta te puedo jurar que te va a ir muy mal. —Me detengo con la mano en la perilla de la puerta.


 

Me doy la vuelta para encararlo, —¿Es una amenaza, Forbes?


 

—No, Sky, no es una amenaza, jamás me atrevería a amenazarte. Simplemente te estoy advirtiendo. —Dice sin más sentándose en la cama.


 

—¿Es que no puedes entender que ya no quiero nada contigo? Dios mío, tengo pareja y tú tienes una esposa.


 

—¡A la cuál no amo! —Grita levantándose de golpe, —No la amo, no me llena sexualmente, no siento ese deseo de querer follarla y a ti sí, desde que te vi quise poseer ese cuerpo.


 

Subo ambas cejas para después bajarlas, —¿Eres un adicto al sexo?


 

—No, Joder, No soy un jodido ninfómano pero todo el mundo tiene sus necesidades y si las mías son follar las veces que yo quiera pues así será.


 

Suspiro poniendo mis manos sobre mi cadera, —Hay muchas chicas que se deben morir porque tú las poseas. Espero y te vaya bien.


 

—Tú eres a la que quiero poseer. Es que si te vieras...


 

Camina hasta mí, él me agarra de las manos y las lleva por encima de mi cabeza para pegarme a la pared. Jadeo cuando sus labios tocan los míos, él me besa con una necesidad increíble, cuando quiero mover mis manos más fuerte las agarra, con la otra mano que tiene libre me sube la pierna para que lo rodeé y así lo hago, me colma el cuello de besos y mordidas y en cada una de ellas gimo y me retuerzo. Él suelta mis manos pero esta vez no intentó apartarlo, con sus dedos presiona mis mejillas y pasa su lengua por mis labios.


 

—Así me gustas, sumisa, sabes tan bien, Amor. —Dice susurrando en mis labios.


 

Sin hacer mucha fuerza me agarra por la cintura y me carga, me abrazo a su nuca sin parar de besarlo. Me tira a la cama y suelto un quejido. Sonríe y se sube sobre mí. Me presiona con fuerza a la cama, no sé si lo hace para que no me escape o porque eso le da placer. Se detiene para mirarme a los ojos, hace que cierre estos para darme un beso sobre las párpados. Damos la vuelta y yo quedó sobre él, pone sus manos arriba de su cabeza con una sonrisa.


 

Tiro de mi ropa quedando en ropa interior. Muerdo mi labio inferior y me vuelvo a subir sobre él, paso mi lengua por sus músculos, sus bíceps y luego por su abdomen. Él gruñe, me agarra del cabello y me lleva hacia donde él quiere que le dé el placer. Paso mi mano por encima de su boxer, subo y bajo, este está como una carpa, quiere salir el amiguito. Sonrío y le bajó el Bóxers dejando que este se escape. Sigo sorprendida de lo grande que es.


 

Miro a Maverick sobre mis pestañas, este asiente y yo empiezo a lamer, subo por el tronco y cuando llegó a la punta lo meto en mi boca.


 

—Esa boca si sirvió para algo mas aparte... —Jadea cuando vuelvo a bajar, —Aparte de estarse quejando, Cielo.


 

Como no cabe todo en mi boca me ayudó también con la mano. Lo sacó mientras juego con las bolas, vuelvo a pasar mi lengua por este y luego lo meto en mi boca, él sostiene mi cabello mientras me empuja la cabeza.


 

—Oh... Mi cielo, así. —Me empiezo a mover mas rápido, él no para de gruñir. Baja la mirada y ve que estoy mirando todo lo que hace, que bien se siente tenerlo bajo mi control, —Esa boquita, Amor.


 

Alejo mi boca y lo empiezo a masturbar con la mano, él me agarra y me sube. Sus manos se mueven tan rápido que no me doy cuenta cuando me ha quitado el Corpiño. Yo misma me bajo las bragas todavía sobre él.


 

—No sé como pude aguantar tanto, tienes una boca peligrosa, Cielo.


 

—Y sirve para muchas cosas más.


 

Sonríe, —Lo sé, Cielo, lo sé.


 

Él se estira y saca un condón de su mesita de noche. ¿Cuántos tendrá? De tan sólo pensar que estuvo con más mujeres aquí me enoja, Dios, ahora lo quiero follar pero con rabia.

Le pongo el condón y me lo acomodo en la entrada y cuando voy bajando ambos jadeamos, soltamos el aire que estábamos conteniendo.


 

—Cielo... —Se ríe, —Eres un maldito ángel de fuego.


 

Me muevo hacia adelante y atrás apoyando mis manos en su pecho, él cierra los ojos mordiendo su labio inferior. Sonrío al verlo tan débil debajo de mí. Como me gusta tener el control, verlo así y que él vea que no es el hombre fuerte que suele decir.


 

Me agarra de las caderas y empieza a subirme y bajarme. Nuestras pieles empiezan a sonar, se empiezan a unir una y otra vez. Juega con uno de mis senos mientras estos suben y bajan por la velocidad con la que me estoy moviendo. Bajo para que nuestros labios se peguen, nunca en mi vida he sentido tanto deseo por alguien, es como si él me hiciera retumbar, todos mis muros de rompen con él. Me vuelvo a poner en la posición que estaba y llevo mis brazos por detrás para ponerlas en sus piernas. Él me estimula el clítoris para que me venga más rápido.


 

—Que bien se siente, Mave. —Gimo fuerte, Se me sale solas esas palabras, yo no las quiero decir.


 

—Sí, amor, se siente increíble. —Cambiamos de posición.


 

Él se arrodilla y me abre más de piernas, entra en mi nuevamente y ahora soy yo la que esta abajo, agarra una de mis piernas y la sube a su hombro, grito de placer cuando entra con rapidez. Mis ojos se ponen en blanco y agarro una de las almohadas para sostenerme de esta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.