Miley
Al llegar todas las miradas se posan sobre mí y estoy casi segura de que el motivo es aquella nota que se publicó ayer…
-Pero miren a quien tenemos aquí- dice con tono de burla- la famosa señorita Miley Ruggiero.
-No me jodas, Liz- es mi respuesta
-Pero rubia, qué te pasa? Sabes que no lo dije con mala intención, cierto? Creí que nos divertiríamos con esto- dice como si conociera la magnitud de los problemas que este “chistecito” acarrea
-Divertirme con esto, Liz? ¿Sabes cómo reaccionarán mis padres en cuanto vean la nota? Crees que les parecerá gracioso que su niñita “perfecta” salga en una revista de chismes?
-Mierda, lo había olvidado, rubia- dice con claro arrepentimiento por su actitud reciente.
-Pues yo no, Liz, y ya tengo suficientes problemas con mamá como para ahora tenerlos con papá también.
-Ey, pero tranquila, sabes que tu papá te adora, rubia, él no dirá nada.
-No lo sé, rojita, eso espero…
-Estoy segura que así será, por cierto, ahora si cuéntame, ¿cómo estuvo todo? Según la revista, ese lugar es muy especial y recurrente para el famoso cantante de pop: Jack Ruggiero
-Qué?! de qué hablas, Liz? ¿Cómo sabes eso?
-Bueno, eso es lo que dice la revista, incluso lo llaman su… “refugio”- Joder… Esto afectará mucho a Jack y el significado que aquel lugar tenía para él.
-Rubia? ¿Estás bien?
-Ehh… si, no te preocupes, solo… Me preocupé por Jack, no lo merece, por muy arrogante que sea, sé que ese lugar significa mucho para él y ahora dudo que pueda volver sin que todos estén pendientes de lo que hace o no.
No te preocupes guapa, según Cam, él es más fuerte de lo que parece, y algo en lo que coincido con el, además del sexo- me lanza un guiño mientras sonríe coqueta- es que hacen una linda pareja.
-No! No somos pareja, no somos nada! Y tampoco lo vamos a ser, lo odio, entendiste, Liz?! Lo odio….-Sigo sin estar convencida de mi palabra pero… no puedo admitir que es un estúpido arrogante quien está logrando descifrarme y conocer los secretos que traté de ocultar por mucho tiempo, simplemente no puedo...
-¡Ay vamos!. Cariño, no lo niegues, si yo salgo con Cam, porque tú no puedes salir con Jack. Además, recuerda que “del odio al amor hay un solo paso”, rubia… Me voy, tengo clase de marketing, besos, nos vemos luego…
*
"Del odio al amor hay un solo paso"... las palabras de Liz estuvieron retumbando en mi cabeza todo el día. Las clases terminaron hace 5 minutos, estoy en mi pupitre guardando mis cosas para salir.
Al salir me encuentro con Mike en la puerta, no quiero hablar con nadie ahora, solo quiero aclarar las cosas con Jack y olvidarme de todo lo demás. Hace una seña para llamar mi atención y lo logra.
-Eyy! Miley! -dice gritando para que lo escuche.
-Lo siento Mike, ahora no. -Me voy alejando de él, sin embargo me coje de la muñeca, y me atrae hacia él, dejando mi cuerpo a centímetros del suyo, siempre supe lo que Mike siente hacia mí, pero también sé que no es amor, es un sentimiento de agradecimiento por lo que ocurrió hace años, Mike siempre estuvo conmigo en todo momento después de lo de Trent, incluso cuando lo traté de apartar, fue por esa misma razón que intenté que funcionara “esto”, pero no pude, nunca he sentido algo más que amistad por Mike y dudo que algún día lo haga, y de hecho, mis pensamientos con respecto a ESTE momento me lo confirman.
Mike mira mis labios atentamente, sé lo que quiere hacer pero en este instante solo una persona ocupa mis pensamientos, y no es quien me tiene en brazos… Siento una ligera punzada de disgusto al saber que no es aquel prostituto nórdico quien me tiene sujetada, es por eso que no puedo seguir así de cerca a Mike.
-Lo siento Mike, ¡AHORA NO! -me escabulló de entre sus brazos y me voy, sin embargo él grita algo a lo lejos, aunque no logro distinguir sus palabras.
…
Llego a casa sin ánimos de ver a mis padres nuevamente, estar en compañía de Jack y que me escuche sin juzgar o decirme que “lo hacen por mi bien”, fue reconfortante. Pese a los problemas por los que pasamos estos dos últimos días, puedo decir que fue un fin de semana increíble, sobre todo luego de volver a sentir aquella sensación tan cálida y reconfortante que me brinda la música.
Al parecer mis súplicas no fueron oídas, ya que apenas pongo un pie en la escalera para subir hacia mi recámara, mi madre empieza con su sermón del día...
- Recién llegas?, esta vez tu capricho duró más de lo normal-en cuanto las palabras salen de sus labios, mis manos yacen cerradas a cada lado de mi cuerpo, la idea de que no me tomen en serio o de que crean que es un simple capricho me enfurece, pero más aún, me duele…
-Capricho? No entiendes, cierto?, no soporto que todos los días papá y tú…
-Ashh, ya no empieces, si?-me corta- mejor alístate, porque esta noche viene alguien importante a la casa y tu eres un factor imprescindible en esta reunión
-Factor?
-Solo alístate
-Por lo menos puedo saber para qué?
-No, y deberías apresurarte que estamos tarde.
Subo a mi recámara, entro y me lanzo a la gran cama en medio de mi habitación, ya no soporto estar aquí, mis padres hacen lo que quieren conmigo y además, tengo la obligación de ser la hija perfecta que todos quieren que sea. Ya no aguanto, vuelvo mi vista hacia la pequeña repisa dentro de mi armario cuando encuentro sobre esta un vestido rosa hasta la rodilla con una falda semi-plisada y corte evasé, acompañado de unos tacones y una cinta en el cabello del mismo color, a un lado del conjunto hallo una pequeña nota con un remitente más que obvio, “Ponte esto, no confío en tus gustos y esta noche tienes que estar sorprendente” ¿No confía en mis gustos?! Acaso vio la ropa que eligió? Es como de los años cincuenta!!. Llevo. Aghh… Demasiado rosa, es decir, me gusta el rosado, pero no tanto como para lucir como un algodón de azúcar